Ley “SAFCO” – Corrupción – Cuarto Poder

Ley “SAFCO” – Corrupción – Cuarto Poder

Autor: Willi Noack

Publicado: Gaceta del Norte, Separata de El Deber, 1992

En días pasados fueron distribuidos unos 130.000 ejemplares con, citando el prefacio ” … la esperanza de que esta publicación contribuya al logro de una administración transparente, eficaz y eficiente, que precautela el patrimonio e intereses nacionales, reduciendo las oportunidades de corrupción….”. Uno de los más escuchados comentarios ha sido: Hecha la Ley, hecha la trampa. El problema es: ¿ Será que se aplicará esta Ley?

Denunciar corrupción públicamente levanta mucha pólvora. El sólo echo de prestarse como medio de comunicación social para que un autor con su nombre y apellido, por lo tanto bajo su exclusiva responsabilidad, pueda hacer público su denuncia, provoque difamación y calumnia.

Se puede hablar de la corrupción, pero ¡por favor! solamente como un discurso alegórico, absteniéndose de cualquiera concretización.

Combatir la corrupción es como romper un círculo vicioso que conecta al parecer en forma insolulable los corruptores y los corrompidos. Los lazos de parentesco, compadrinaje, fraternidades, logias, afiliaciones a partidos políticos y otros son al parecer más sólidos que estándares legales y éticos.

Este fenómeno se puede observar aún más en pequeñas sociedades tradicionales donde prevalece aparentemente una tendencia de respetar un consenso tácito que consiste en un “déjame y te dejo”. Puede ser que el uno tiene una “cola” tan larga como el otro, lo que es de conocimiento público. Cuando mucho sacan ramas del árbol caído.

Un comportamiento muy generalizado entre muchos conciudadanos es aquel de los tres monos, que no ven, no escuchan y no hablan – pero saben!!! Sí, se sabe. La denuncia corre pero en forma informal. Los monos son co-culpables por omisión. Los monos tienen autoridades que merecen.

Los “trigos limpios” ( no me refiero a un determinado partido político) tiene muchas veces miedo por represalias de toda índole, sabiendo que del poder juridicial no puede siempre esperar un respaldo imparcial. Una represalia corriente y común es la intimidación, la amenaza con consecuencias personales económicas, por ejemplo la pérdida del puesto de trabajo.

Allí surge el rol del Cuarto Poder. Como foro de la libre expresión de la opinión se hace público la corrupción. El denunciado tiene por supuesto el innegable derecho a la replica. La opinión pública ejerce una influencia que puede cambiar las anormalidades, ver el caso del Presidente destituido del Brasil. Es probable que raras veces la opinión pública se impone, y que los corruptos sean sancionados por ley civil y penal. El Cuarto Poder peca también pues no hace seguimiento: ¿Se aplicó la ley en un caso denunciado o más bien fue “negociado”?

Pretendemos como Gaceta, órgano independiente y cautelosamente valiente, aportar un grano a la formación de una conciencia pública en contra de la corrupción, pues si más y más personas con coraje civil, respaldado por Leyes como esta Ley SAFCO públicamente denuncian existe una pequeña esperanza que el vil de la corrupción se reduce.

En este afán publicamos un articulo de opinión que salió como editorial de la revista D+C Desarrollo y Cooperación, No. 2/1993. Este articulo describe en forma muy convencedora el círculo vicioso de la corrupción en toda su dimensión.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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