Reformar contra restaurar

Reformar contra restaurar

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 18.8.2001

En este artículo tocamos un tema antagónico (sueña como una parcialización política, como un desacuerdo con un líder de un partido político. Nada de eso.)

Se destacan tres grandes hitos en la historia boliviana de los últimos veinte años, octubre 1982 con la vuelta a la democracia constitucional; agosto de 1985 con la implementación de la Economía Social de Mercado y abril de 1994 con la descentralización a través de la municipalización. Faltan las “Reformas de la Segunda Generación”.

Desde 97 hasta hoy, no prosperaron más reformas, ni de primera ni de segunda generación; Bolivia se estancó.

El discurso del Presidente “Tuto” ha sido, con razón y plena justificación, calificado por mucha gente como un discurso moderno, anunciando reformas de la segunda generación; fue pronunciado en un estilo exento de glorificaciones a nada y a nadie, lejos de la de manera pomposa altoperuana.

Es acertado citar de los discursos de grandes hombres de Estado de la talla de un John F. Kennedy, o Winston Churchill o Charles de Gaulle (mencionando la fuente), que liderizaron sus pueblos en tiempos difíciles.

¡ Bolivia se encuentra en una situación sumamente difícil!

Y en esta crisis coyuntural nacional e internacional, con tendencia alarmante de empeorarse, se siente con fuerza brutal la crisis permanente estructural, cuyos efectos son amortizados cuando la coyuntura es favorable, persistiendo, sin embargo, las causas de la crisis permanente estructural.

Tuto, en su discurso, ofrece desencadenar una lucha frontal contra las causas de fondo de la crisis estructural, y merece todo el apoyo en este cometido, para que Bolivia logre competitividad. ¿Puede cumplir con su oferta?

Se ha dicho que los “Pitufos”estan enfrentados con los “Dinosaurios” en ADN. Creo que es una aberración, un grave error del entendimiento. Se está liberándose una disputa fuerta; no sólo se enfrentan políticos de diferentes generaciones, como insinúa el equivocado apodo de Pitufos, etc. Entre los “jóvenes” hay momias en cuanto a su forma de pensar y actuar, dignas de un viejo patriarca feudal, que no cumple con leyes, no paga impuestos, no respeta la Controlaría. Por otro lado, entre los “viejos” hay gente que interpreta acertadamente y actúa conforme a lo que significa “convivencia democrática” y cumple y hace cumplir leyes imparcialmente, y son viejos sólo en términos biológicos, pero jóvenes guerreros para el bienestar colectivo.

Tampoco es el enfrentamiento entre un partido político moderno de vanguardia contra otro retrógrado; pues dentro de todos los partidos se presenta la división entre los grupos que quieren reformar y aquellos que quieren conservar, restaurar y retroceder, para resguardar sus privilegios.

Ni siquiere en el sector empresarial hay uniformidad del pensar y actuar; está dividido de la misma manera en nostálgicos mercantilistas (que lamentan los tiempos pasados) y dinámicos emprendedores que reclaman al Estado reglas claras de juego que les permite desempeñarse competitivamente. En el mismo sector y en las mismas condiciones (“ceteris paribus”) hay empresarios virtualmente en bancarrota y otros defendiéndose.

La gran batalla de Bolivia está entre las fuerzas reformadoras y las fuerzas de la restauración.

La restauración es sinónimo de mantener privilegios (o sea, no pagar impuestos, no esclarecer escándalos de corrupción, comportamiento antidemocrático comprobado, ganar elecciones regalando perlas de vidrio, jumechi, gorras y poleras), lo que significa que la distribución del progreso sigue siendo una injusticia social, y la brecha entre los aprovechadores de una Bolivia débil (con un Estado mal funcionando) y, por otro lado, los excluidos, que es la gran mayoría, se abre y profundiza cada vez más.

El “Producto Interno Bruto per cápita” es una manipulación perversa con números, pues habla de un “crecimiento” que favorece a unos cuantos, mientras la gran mayoría sufre de la exclusión.

¡Macanas lo de Pitufos, etc.! La batalla se da entre los que quieren reformar y, al otro lado, los que defienden su situación cómoda. Es la lucha entre el interés colectivo versus el interés grupal / individual.

No hay que subestimar a los defensores de sus privilegios; representan una rosca, conocen todas las mañas de la obstrucción, y ladran como perros de hortelano. Por otro lado, el equipo de Tuto es conformado por capital humano muy valioso; tiene buenas posibilidades de triunfar.

El pueblo necesita confianza, nada de mentiras, exige transparencia y resultados palpables después del hermosos discurso escuchado. Un primer resultado sería cobrar impuestos y esclarecer los casos de los 6.500 y de los 650.000 y, y, y.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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