Las protestas mundiales contra el capitalismo

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 08.09.2001

La oposición al capitalismo es vieja. Pero después de la caída y bancarrota del sistema socialista-comunista, éste se quedó

sin un concepto desafiante opositor y en cierta forma se convirtió en sistema monopólico en el mundo. El libre mercado se ha impuesto se ha impuesto y cualquier excepción de economía dirigida por el Estado nos parece exótico hoy en día.

Cuando a un poder, sea económico o político, le falta la competencia y se convierte en monopólio, tiende a a actuar con la prepotencia del que sabe que nadie le para.

Impone su egoismo sin considerar protestas ni medir penurias causadas por su actuación sólo orientada al beneficio propio, y burlandóse, a veces con cinismo insultante, de la minoría impotente.

¿Ejemplos? ¡Sobran! Y todos tienen en común la imposición del más fuerte sobre el débil, muchas veces engañando a las autoridades de control, sin medir los efectos sobre la sociedad ni las consecuencias en el tiempo.

Se ha establecido una cultura del egoismo. El capitalismo lo emplea como motor. Presupone un estado de equilibro a través del mercado perfecto, entre los múltiples egoísmos, situación ideal, pues el mercado perfecto no existe y mucho menos en sociedad post-feudales como la boliviana.

El resultado es obvio: El desenfrenado poder hegemonial económico y militar de una sola hiperpotencia, el dominio económico de pocos conglomerados transnacionales más potentes que países soberanos. Todo resulta en una concentración escandalosa de fortunas, rentas y por ende de poder en manos de los ya poderosos, que imponen reglas de juego a su gusto. De esta manera, se abre y profundiza la brecha entre los poderosos y los impotentes cada vez más.

El neoliberalismo es la expresión de este concepto; es el capitalismo salvaje que se rige por la ley de la selva.

La variante moderada del capitalismo reconoce el hecho de que el libre mercado deriva en una equilibrada y equitativa participación de todos (países, grupos, individuos) en los logros del trabajo realizado en conjunto, y por lo tanto, reconoce la responsabilidad social y la necesidad de actuar con solidaridad del fuerte con el débil objetivamente sin posibilidad de superarse. Esta variante es la Economía Social de Mercado (ESM).

Tanto el neoliberalismo como la ESM utilizan el mecanismo de libre mercado, pero la diferencia es abismal. El neoliberalismo se concentra en el provecho egocéntrico darwiniano. Buen ejemplo son Río ´92 y Kioto, cuando los Bush, padre e hijo, declararon sin remordimientos que su país no respaldaría políticas mundiales elementales para la sobrevivencia del planeta, por ser contrarias a los intereses de los EE.UU. ¡Basta! Las iniciativas habían sido promovidas principalmente por países con filosofía de la ESM.

Contra esta política salvaje, amoral, egoista e injusta socialmente, se está organizando la protesta mundial haciendo habilmente aprovecho del Internet. Entre los objetivos figura la lucha contra el proteccionismo y subvencionismo del sector agropecuario del “Primer Mundo” (atención CAO), contra reglas abusivas y exageradas de la libertad de los mercados, favorables para los competitivos y desastrozas para los incipientes competidores (ojo, Bolivia, futuro miembro del ALCA), la lucha por la condonación de la deuda externa de los países HIPC (Bolivia, las protestas te respaldan), la lucha por más justicia social a través de estandares mínimos universales en materia social y ambiental.

El movimiento lucha contra excesos, no contra el modelo en sí, a sabiendas de que no disponen de un modelo alternativo que no sea utópico o desacreditado.

El movimiento es pacifico, se pronuncia contra la violencia, por más que muchos medios de comunicación social pintan (ver G 8 en Genova), en vez de difundir las exigencias manifestadas por el movimiento, bastante similares a las del Diálogo Nacional 2000.

Debemos informarnos y solidarizarnos con las protestas mundiales contra los excesos y abusos de la multifacética concentración del poder que pone en peligro la convivencia pacifica democrática. La distribución muy inequitativa representa el meollo de muchos problemas, también en Bolivia.

*www.eforobolivia.org

fecha: 2001-10-19 23:42:23
autor: Willi Noack

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