Alarma, falsos profetas (I)

Alarma, falsos profetas

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 9.3.2002

(09/03/2002)Opinión

Alarma, falsos profetas

Willi Noack *

Era de esperar que algún partido, el MIR u otro, iba a proponer “cambios”, que en el fondo sólo significan una marcha atrás y es una propuesta proselitista que hoy se analiza.

Cambiar el paradigma, o sea, el modelo vigente desde agosto de 1985, es altamente riesgoso, pues destruye la confianza de los potenciales inversionistas.

En la Tv, en estos días, escuché una breve noticia que un partido (MIR) propone una participación del Estado en las empresas capitalizadas de los sectores hidrocarburos y minero; no se proporcionaron detalles. (Aquí no importa cuál es el partido, pues critico desde estas carillas a todos los partidos cuando lo considero necesario, a Johnny por no pagar impuestos, al MNR por la descentralización administrativa “chuta”, a ADN por su peligrosa debilidad en la lucha contra los bloqueadores violadores de la Constitución y del Código Penal, a los izquierdistas por no presentar alternativas viables, etc., y doy aplauso a buenas políticas, por ej. a la Ley de Participación Popular.)

Al mismo tiempo (28.02.02) se realizó un seminario sobre “El Modelo de 2002 a 2007: ¿Neoliberalismo versus libre mercado?” (Observación: el título hubiera sido mejor formulado como “Capitalismo salvaje versus Economía Social de Mercado”.)

Resaltan, citando El Deber del 1.3.2002, las siguientes afirmaciones del seminario:

1) El modelo de la economía de libre mercado no funciona en Bolivia.

2) No hay empleo.

3) No existen empresarios bolivianos fuertes.

4) Política monetaria es restrictiva.

5) No se entiende el modelo.

6) Hay una corrupción institucionalizada y altos niveles de informalidad.

7) Desigualdad social.

8) Los gobernantes de turno, así como la administración pública, no son eficientes.

Era de esperar que algún partido, el MIR u otro, iba a proponer “cambios”, que en el fondo significan una marcha atrás.

Cambiar significa “Tomar o hacer tomar, en vez de lo que se tiene, algo que lo sustituya”, pero también: “Convertir en otro, especialmente en lo opuesto o en lo contrario”, (Real Academia Española).

Ayer, las empresas estatales estaban crónicamente deficitarias, pues el Estado ha sido siempre y doquier un mal empresario; hoy estas empresas, en su mayoría, son buenas empresas competitivas.

Puede ser que Bolivia, en la capitalización, no cobró un precio más alto, que era solamente justificado por los asientos en los libros de la contabilidad, pues Bolivia tenía que aceptar fuertes “descuentos”, por tener una calificación mala de “riesgo país”: es sub campeón mundial en corrupción (según la Transparencia Internacional).

Hoy estas empresas han invertido y funcionan. Vale subrayar la exploración. Muchos analistas sacan alegremente conclusiones del supuestamente mal funcionamiento del “modelo” en sí, sobre todo por analogía con Argentina, negando rotundamente que las fallas se deben atribuir a muchas causas de fondo, menos al concepto, como acertadamente concluyó el mencionado seminario, enfatizando la corrupción.(continúa)

fecha: 2002-03-09 15:52:28
autor: Willi Noack

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