Un nuevo entorno

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 28.3.2002

(28/03/2002)Opinión

Un nuevo entorno
Willi Noack*

Bolivia está distraída en temas como la campaña proselitista, mientras suceden otros acontecimientos trascendentales con directa incidencia en nosotros, lo que a primera vista no es obvio. Monterrey, Argentina, ATTAC, Constituyente, corrupción, ayuda externa son los signos, y todos son interrelacionados. Es lo que deseo mostrar en este artículo.

Monterrey marca un hito (“turning point in war on poverty”, Washington Post), pues condiciona la ayuda externa de los ricos a los pobres. Las condiciones son “acabar con la corrupción, abrir mercados e implementar reformas políticas” (BBC).

Estas condiciones fueron criticadas por Fidel Castro como “humillantes e injerencistas” para estados soberanos, pero la corriente predominante de los ricos es el condicionamiento. Un condicionamiento conocido en Bolivia en la condonación parcial de la deuda externa boliviana, el programa HIPC, pues fue condicionada a la presentación de una Estrategia Boliviana de Reducción de Pobreza, EBRP, que tenía que rescatar la voluntad de la sociedad civil, para la cual fueron organizados los Diálogos Nacionales (DN), el DN II (2000) después del DN I (en 1997). Monterrey sigue tajantemente esta línea. Países que cumplen con las exigencias serán premiados mientras los otros serán castigados. Los ricos se comprometieron en Monterrey a incrementar su ayuda externa; ver para creer. (Actualmente, los EE.UU. dan 0,2% de su PIB, en vez del 0,7% acordado.) Argentina necesita con urgencia ayuda internacional. El Papa, Cardoso, Fox, Iglesias, Stiglitz y otros abogan por el pedido argentino, pero Washington no se deja impresionar: “no es irracional esperar medidas sustanciales de Argentina antes de proveerle ayuda financiera”. (FMI).

Por otro lado, no hay voluntad política de los partidos políticos argentinos de reformar las estructuras obsoletas que hacen posible la corrupción. Mientras no está garantizado que la ayuda será utilizada para componer este país, en vez de robada y transferida por sus “élites” a bancos del exterior, por ejemplo a un banco suizo (Menem tiene allá una cuenta de 10 millones de lo que no se escucha ni pío), no habrá ayuda. Punto. Basta. (Mientras tanto empresarios de los países ricos están seleccionando en Argentina las “gangas” para comprarlas a precio de regalo.)

Indudablemente, el condicionamiento sirve para fortalecer la hegemonía norteña para imponer sus reglas de juego. Por otro lado, como todos sabemos, es verdad que no hay ganas de reformar (“falta de voluntad política” es el término). Tanto en Argentina como Bolivia (aquí hay, quizás, más conciencia de que son ineludibles las modificaciones de las estructuras) podría resultar, a mediano o largo plazo, la presión reformatoria favorable. De todas maneras, los márgenes para modificar el “modelo” son estrechos. Sería ingenuo pensar que una constituyente pueda crear un Estado boliviano que se desmarca de la corriente internacional, so pena de que se cierren todos los grifos. Es imprescindible corregir las estructuras que facilitan la corrupción desmesurada so pena de ser castigado, para obtener, quizás, más ayuda externa siendo la niña buena de la película. Considerando este estrecho margen de soberanía, surge la pregunta si se precisa de verdad una constituyente, o, más bien, no sería mejor reformar la CPE, como manda el Art. 230. La Bolivia post-constituyente debe satisfacer a la comunidad internacional para ser considerada merecedora de la ayuda proveniente de ellos. Ver Argentina.

Es bastante probable que también en los países de nuestro hemisferio el modelo de la Economía Social de Mercado, ESM, funcionará una vez existiendo las condiciones imprescindibles para ello; hay ejemplos exitosos. Debemos dotarnos de una democracia verídica y no sólo de fachada, impedir o por lo menos reducir la corrupción, reformar la universidad pública corrupta con su interpretación abusiva de la “autonomía”, etc. (Ud. complementa esta lista de ejemplos.)

La norma de Bush del condicionamiento que se impuso en Monterrey tiene un matiz interesante para reformar en Bolivia el comportamiento de los agentes económicos y sociales. ¿Qué tal si sólo el que cumple con el Estado tiene el derecho de exigir los servicios que éste presta al ciudadano?; el principio de “ayuda a la autoayuda” está muy cercano a éste. Para conseguir un crédito de la banca privada, el solicitante debe cumplir con un sinnúmero de prerrequisitos. ¿Qué tal si el Estado exige al ciudadano el cumplimiento de sus deberes, por ej. pagar impuestos, antes de atender sus demandas? Finalmente, sería oportuno invertir el derecho ciudadano de informarse (corregir esta farsa del “control social”) en una obligación irreducible del Estado a informar. ¡Imagínese si en el Internet Ud. puede estudiar todos los contratos del Gobierno Municipal, de la Prefectura, del Gobierno Central! ¡Imagínese…..!

El creciente movimiento internacional contra los excesos del neoliberalismo (si Ud. prefiere: contra el capitalismo salvaje) liderizado por ATTAC, está paulatinamente obligando a los líderes mundiales de abstenerse de políticas inhumanas (no tanto a los de los EE.UU…..). Un ejemplo: En la próxima agenda de la OMC está incluido el tema del proteccionismo / subvencionismo agropecuario de los ricos con $us 350 mil millones anuales, que representa una sinvergüenza y, a la vez, un cinismo por propagar el libre comercio, pero solamente cuando les conviene.

En la campaña proselitista debemos descalificar toda promesa que no respeta la realidad del nuevo entorno y señalarla como demagogia.

* Willy Noack es consultor y docente universitario

fecha: 2002-03-28 14:37:06
autor: Willi Noack

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