Ofertas proselitistas

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 17.4.2002

(17/04/2002) Opinión
Ofertas proselitistas
Willi Noack*

El pueblo boliviano es el soberano. Su demanda representa un mandato que los representantes elegidos deben respetar. Esta demanda se conoce a través de manifestaciones documentadas. Para mencionar sólo tres: los resultados del Diálogo Nacional 2000, del Foro Jubileo 2000 y de la Consulta Cívica del Comité pro Santa Cruz del año 1997.

El pueblo ha especificado sus postulados que desembocaron en una estrategia boliviana para la reducción de la pobreza (EBRP).

La demanda social representa el “qué”. Entonces hay necesidad de decir al pueblo “cómo” satisfacer sus demandas, cómo deben ser las políticas correspondientes, cuánto cuestan y cómo se financian programas y proyectos que, supuestamente, sirvan para vivir mejor en el futuro.

Los partidos deben decirnos cuáles son sus ofertas al respecto, con base a programas proselitistas coherentes, detallados, verificables. Las ofertas tienen una serie de limitaciones, supuestos, condicionamientos e interrogantes.

Todos deben ser tomados en cuenta para saber cómo un partido pretende implementar sus políticas, caso contrario, se trata de triquiñuelas que sólo sirven para captar votos de electores que no están lo suficiente capacitados para descubrir el engaño, a sabiendas que la propuesta tiene carácter altamente técnico.

El candidato que dice cómo pretende lograr una Bolivia competitiva, socialmente justa, democrática, sostenible, con crecimiento económico, debe respetar sí o sí principios de hierro que nos enseña la ciencia.

Tampoco se puede descuidar el condicionamiento ineludible de la comunidad internacional de cuya ayuda externa depende la viabilidad de Bolivia como país.

La ayuda externa llega no por necesidades manifiestas sino por acatamiento de las condiciones, ver caso de la Argentina.

El elector boliviano no puede demandar legalmente al candidato victorioso por incumplimiento de su promesa (Existe este derecho ciudadano en Colombia).

A muchos electores no les queda otra alternativa que creer y confiar que la promesa proselitista será cumplida.

Ahí yace el rechazo generalizado a la clase política, pues a nadie creen. Como no se analizan las propuestas en las cuales no creen, se concentra la campaña en la persona o en el partido.

Existen pues, preferencias subjetivas por determinado candidato basadas en clichés, chismes, prejuicios y también en “cualidades” que normalmente importan en un concurso de magníficas.

Si se va elegir candidatos subjetivamente, conviene al menos recordar su trayectoria política.
Hay muchos candidatos fracasados que ahora prometen que a partir del 6 de agosto lo harán todo mejor. ¿No será esto una toma de pelo, tratando al elector como un bobo olvidadizo?
¡Que por lo menos consideren en la formación de la preferencia verdaderas cualidades comprobadas, tales como el respeto democrático o al marco constitucional, la profesionalidad, el éxito de su gestión pública!

Analizar con imparcialidad y criterio científico las propuestas proselitistas es una necesidad sentida para orientar al elector sobre los pro y contra de cada una.

Muchas opiniones hasta de los más ilustres expertos y analistas no satisfacen esta expectativa. Parece que ni siquiera leen detenidamente los diferentes programas. He leído alegres opiniones que no son respaldadas por los programas publicados. ¿Qué pasa? ¿No saben analizar o no quieren hacerlo?

*Willy Noack es consultor.

www.eforobolivia.org

fecha: 2002-04-18 17:27:29
autor: Willi Noack

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