Frases mortales de necios nacionales

Frases mortales de necios nacionales CHISTES

Autor: x prensa y agencias

Publicado: El Nuevo Día, 13.5.2002

(13/05/2002) Opinión

Frases mortales de necios nacionales

Luis Andrade S.*

Ahora para variar un poco, y hacer más amena esta columna casi siempre seria, adusta y a veces hasta un poco árida y aburridora, recordaremos algunas frases mortales de ciertos necios nacionales, sazonadas con el color y el sabor propios de nuestra tierra, y aunque no tienen una base doctrinal como la de Goering: “Cuando escucho hablar de cultura saco mi revólver“, pero sí, en el fondo, denotan la profunda ignorancia y hasta imbecilidad de sus autores.
Empecemos por la más “nuevinga”, que hace sólo unos días fue pronunciada por cierto funcionario municipal en sus desventuradas declaraciones a la prensa, cuando dijo: “Es una estupidez mantener un museo con “esas” cosas viejas allá en las dependencias de “El Arenal”, tramitaré ante el Alcalde la instalación en esos espacios de unas oficinas de la Defensoría de la Niñez, que serán más útiles al Municipio.
Otro funcionario público cuando le fueron requeridos ciertos fondos para efectos de restauración de unos cuadros coloniales auténticos pertenecientes a la Casa de Cultura, al verlos, exclamó sorprendido: “Pero, ¿para qué queremos restaurar estos cuadros viejos, si eso sólo significa un gasto inútil? Mejor si compramos unos “nuevingos”, de esos pintores que ofrecen sus cuadros en la calle, pues son más “bonitos” y baratos.
En cierta oportunidad, una señora de esas, perteneciente a la raza insufrible de las nuevas ricas, entró en una librería y preguntó: Dígame, señor, ¿Cuánto cuesta el metro de esos libros rojo y dorado, y esos otros azul y blanco de allá arriba? Yo he comprado un gran estante de “mara” para libros, de tres metros por dos, y quiero decorar mi sala con unos libros bonitos como esos para que hagan juego con las cortinas de mi casa”.
Un ministro de cultura cuyo nombre no quiero acordarme, hace poco, declaró a la prensa: “Las dependencias de cultura” de “mí” ministerio, sólo perjudican y complican las labores educativas y deportivas de mi despacho. No alcanzo a entender qué es lo que tiene que ver la cultura con la educación y el deporte. Pediré al Presidente que “mí” ministerio deje de ocuparse de cosas inútiles como el arte y la cultura”.
Cierto alcalde cruceño, famoso por sus frases mortales y sus sandeces públicas, expresó en una entrevista el siguiente exabrupto: “Yo no sé para qué quieren estos artistas más casas de cultura, más bibliotecas, salas de exposición, de conferencias, teatros, etc., si esos recursos muy bien podrían ser usados para otras cosas más útiles. Tengo proyectado instalar en la actual Casa de Cultura la Intendencia del municipio”.
Pero una frase que compite con la de Goering es aquella pronunciada hace poco por un aparentemente muy “culto” funcionario edil, que al inspeccionar la Biblioteca Municipal, y ver la excelente biblioteca del desaparecido polígrafo e historiador, don Hernando Sanabria, recién adquirida por el municipio cruceño, espetó, sin el menor rubor: “Y, ¿todos estos libros viejos cuestan, nada menos que ciento cincuenta mil dólares?
Finalmente, una curiosa frase, escuchada furtivamente a un estudiante de esos que hacen huelga en la plaza 24 de Septiembre pidiendo su admisión después de haber sido reprobados en el examen de ingreso a la UAGRM, es ésta: “¿Leer? No seas burro. Te podés volver loco. Además, cansa la vista, perdés tiempo y dinero y, después, los libros sólo ocupan espacio, pesan mucho, se hacen “popí” y se los comen los turiros”.

*Luis Andrade S. es escritor y docente

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