Bolivia oral

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 15.5.2002

(15/05/2002) Opinión
Bolivia oral
Willi Noack*

Bolivia es un país con cultura de la comunicación oral. Cuando Bolivia oral se prepara para comicios, su joven democracia llora porque será maltratada.

Primero: La sociedad de la comunicación oral.

Esta sociedad no lee, mucho menos escribe. Se comunica con la palabra hablada y, por eso, tiene importancia la radio, el teléfono, el celular (que vino como anillo al dedo). Se comunica mediante imágenes y símbolos, y eso explica el fulminante éxito de la Tv. Se comunica en eventos con sabor a circo, como las concentraciones en campañas proselitistas. Son técnicas que responden a la ley del menor esfuerzo. Esta sociedad todavía es Macondo, donde florece la chismografía, donde se escucha la radio cocina, y donde las secciones “sociales” y las revistas especializadas gozan de preferencia. Mi amigo Carlos D. me hizo notar que tampoco la creciente comunidad de los cibernáuticos significa una evolución, pues un alto porcentaje de ellos (¿99%?) emiten señales de humo electrónico del camoteo. Dijo el amigo: “Hablan huevadas”, y parece que tiene razón juzgando con base a los contenidos de muchos foros electrónicos y de grupos de intercambio de opinión. La preferencia marcada por la comunicación oral tiene sus causas, que pueden ser: no dejar huellas; es fácil, cómodo, no exige grandes esfuerzos; evita dejar constancia de opinión con posibles incidencias negativas en el futuro; encima insinúa “confidencialidad” que es el humus para cultivar chismes (¿Cuántos millones tiene el Bombón?). Seguramente representa una causa el analfabetismo funcional de mucha gente.

Segundo: La comunicación oral viola la democracia.

¿Cómo? Por ser la causa de fondo del funcionamiento deficiente de la democracia, pues el pueblo no ejerce una soberanía que se manifiesta en su derecho fundamental de elegir sus mejores representantes, sino cae en la trampa de los ignorantes y vota mayoritariamente al mejor postor, al demagogo experimentado, al cazador de ratas de Hamelin. El miembro de la sociedad de la comunicación oral no tiene bases sólidas para juzgar con criterio, sino se acopla a corrientes de opinión. Los hinchas de esta sociedad no lo son por haberse convencido en base a los programas y su factibilidad, sino por percepciones, prejuicios, clichés, reminiscencias, creencias, que circulan en los medios informales de la comunicación oral.

¡Viva Goebbels, el gran mago criminal de la comunicación oral! ¡Viva el circo de las ilusiones y triquiñuelas! ¡Viva la irracionalidad e influencia sentimental y hormonal! Cuando el país debe dotarse de un gobierno conformado por sus mejores representantes en tiempos tan difíciles. Por eso llora la democracia.

Como consumidor aplicamos este método: buscamos las ofertas, las analizamos, comparamos y compramos. Un acto racional con la intención de conseguir lo mejor en el mercado. ¡Cuán lejos de este procedimiento queda la toma de decisión sobre la mejor oferta proselitista! Si el elector utilizaría los mismos criterios racionales para determinar su decisión electoral, estuviera el MCC entre los partidos preferidos, y el partido de los candidatos primordialmente hábiles como directores de circo pero sin un programa de Gobierno coherente y factible (demostrando sobre todo el cómo de sus propuestas) se quedarían a la cola.

Dicen que los pueblos tienen el gobierno que se merecen. Estoy convencido que la Bolivia oral corre el peligro de dejarse engañar nuevamente.

Este y otros artículos sobre este tema en www.eforobolivia.org

*Willi Noack, consultor y docente

fecha: 2002-05-15 23:14:43
autor: Willi Noack

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