El rol del Estado

Autor: Willi Noack

Publicado: El Nuevo Día, 29.5.2002

(29/05/2002)
El rol del Estado
Willi Noack*

Después del Foro de la CAO, las noticias y comentarios en prensa y Tv, evidencian una fuerte corriente que asigna al Estado no sólo la función de regulador de la economía del libre mercado, sino su activo rol en la marcha económica.

El modelo del libre mercado no ha cumplido con las altas expectativas de generar prosperidad para los bolivianos. La queja principal: no ha creado fuentes de trabajo y menos salvaguardas para el empresariado contra perjudiciales amenazas externas.

Sin analizar bien el por qué del mal desempeño del modelo en nuestro país, que en otros produce buenos resultados, se lo denuncia como el culpable de la crisis.

Similar fenómeno se ve en Argentina donde igual las causas de fondo son corrupción, evasión de impuestos, la informalidad de la economía, la fuga de capitales, la deficiente institucionalización de la democracia, etc. No obstante, también en Argentina se sataniza al modelo y al FMI, que es sólo canalizador de recursos de los países en condiciones de ayudar.

Volviendo a Bolivia. Los agropecuarios piden que el Estado les subvencione para competir. Alegan que la misma práctica censurable se da en los EE.UU., la U.E. y el Japón que subvencionan con más de 360 mil millones anualmente a su sector agropecuario y a otros. Pero el TGN boliviano no tiene recursos para igualar la desventaja; no debemos olvidarnos que el presupuesto nacional está subvencionado en un 50% por la comunidad internacional, lo que nos ilustra sobre el estrecho margen de soberanía del país.

Lo ideal sería obligar a los países ricos a abandonar esta práctica contraria al espíritu del libre mercado que en teoría, debe defender la OMC. Una pequeña señal de esperanza representa el logro de ATTAC al haber conquistado, en Doha, Qatar, la inclusión de estas reprochables subvenciones en la agenda de la OMC.

Pero lo anterior no nos hace más competitivos. Entonces, ¿cuál es el remedio? ¿Implementar un orden diferente?¿Cuál?¿El comunismo y sus koljóses?¿La economía del Estado-empresario? La respuesta es: El modelo sirve si está bien implementado. Ver países exitosos con el mismo modelo.

Nadie tiene que ser más papista que el Papa. En el caso del modelo no se trata de una ortodoxia absoluta obviamente. La intervención del Estado no debe ser un tabú, pero debe condicionarse, por ejemplo para casos especiales. Un caso: mitigar consecuencias de factores de fuerza mayor; proteger una nueva e incipiente actividad económica. De ninguna manera puede aceptarse que un sector sin competitividad comparativa a largo plazo deba ser mantenido por el TGN a costillas del pueblo.

El intervencionismo abre puertas a la corrupción, peor en un país tildado como campeón en este rubro. Lo escuchado en el Foro de la CAO suena como una réplica de tiempos pasados. En todo caso, el intervencionismo no debe interferir en el principio del libre mercado que es lograr el equilibrio entre demanda y oferta mediante el precio. Es decir, se puede transferir a un sector privilegiado fondos del TGN para comprar diesel al precio del mercado, pero no fijar el precio del diesel en contra de la demanda y oferta. En la perspectiva del ALCA que se inicia el 2005, las empresas bolivianas están obligadas a ser competitivas sí o sí. Más si el proteccionismo que otorga la CAN finaliza. Hay que aceptar que el paradigma internacional es la competencia. Lo que significa que la ganancia se consigue con sudor y no como un privilegio confiado del Estado (Windfall-profits).

Más datos en www.eforobolivia.org.

*Willi Noack es Consultor.

fecha: 2002-05-29 17:51:34
autor: Willi Noack

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