El origen de la crisis — Willi Noack —- 6.3.2003

Autor: Willi Noack

Publicado: http://www.buscabo.net/20030306/opinion_3.html
El origen de la crisis
Willi Noack *

Es difícil, casi imposible, opinar en contra de la corriente dominante en cuanto a la interpretación de las causas de fondo de la crisis y esperar además que las reflexiones no conformistas calen hondo.

Tengo la impresión de que la mencionada corriente otra vez diría: como siempre asigna la culpa principal por la crisis a factores externos; la culpa la tienen todos menos nosotros mismos. No estoy de acuerdo con esta apreciación. Tal como en los años 70, era la dependencia (Prebisch, Cardoso), ahora es el “modelo”, el culpable aparentemente exclusivo de la crisis no sólo en Bolivia, sino también en países vecinos. Los testigos de tal interpretación hoy en día se llaman Stiglitz, los obispos, Eduardo Galeano y otros que afirman que la culpa la tienen otros, de preferencia el modelo, el FMI, el BM y otros.

Son pocos los analistas que identifican en su “lectura” de los acontecimientos como origen de la crisis una generalizada cultura de la informalidad. En otras palabras, reconocen que la mentalidad generalizada, convertida en subcultura cotidiana, es el origen para que este modelo (¿y cuál otro modelo?) no funcione en los mencionados países mientras que en otros, con otra mentalidad dominante, sí funciona.

Esta mentalidad y el comportamiento resultante tienen muchos matices; para mencionar sólo algunos: la informalidad en todos los ámbitos de la vida ciudadana, un egocentrismo exagerado de la clase privilegiada y un materialismo que antepone el tener al ser. La pugna es hacerse rico, sea como sea. Y así nace la corrupción. Otra característica es la democracia que tiene calidad de fachada, pues las decisiones trascendentales se negocian no en el Parlamento, sino “dialogando” con poderes paralelos sin representación legal.

Debido a esta mentalidad y el comportamiento de grandes segmentos de la sociedad se produce una vergonzosa polarización social entre los privilegiados y los excluidos. Los privilegiados consiguen frecuentemente sus privilegios gracias a un Estado débil y en mal funcionamiento, por lo tanto existe muy poca predisposición para cambiar la ineficiencia del Estado y acatar demandas sociales que apuntan acertadamente a reformar aquellas estructuras que permiten a los privilegiados de obtener sus ventajas personales o grupales. Ejemplos: eliminar la inmunidad parlamentaria cuando ésta sirve para la impunidad; aplicar las leyes imparcialmente; cobrar impuestos a todos; castigar a los contrabandistas mayoristas y acciones similares.

Como en Bolivia no existen las condiciones imprescindibles para el buen funcionamiento del modelo de libre mercado, el mismo se ha pervertido en un capitalismo salvaje con una vergonzosa concentración de las ventajas en manos de pocos y en desmedro de muchos. Si no se garantizan las mencionadas condiciones para el buen funcionamiento (mediante el cambio de la mentalidad y del comportamiento), el Estado nunca va a poder responder positivamente a su obligación de defender los derechos sociales de los marginados.

El objetivo debe ser complementar la economía de mercado con los elementos del socialismo para obtener una “Economía Social de Mercado”. Si la casta privilegiada boliviana desea mantener su alto nivel de vida, debe abandonar su egocentrismo secante. El problema en este cometido será tener una visión de mediano y largo alcance para reconocer que soplan vientos muy fuertes que pueden tumbar todo el sistema de tipo feudal. Un primer menetekel ha sido la elección presidencial 2002.

Los pudientes deben equilibrar su egoísmo personal y/o grupal con el interés colectivo, caso contrario Bolivia no tendrá viabilidad. A largo plazo les conviene renunciar hoy a ciertos privilegios para mañana seguir gozando todavía de una gran parte de ellos incluyendo muchos de los excluidos. En otras palabras, les conviene la evolución de la sociedad para evitar la revolución.

Bolivia necesita hechos que demuestren estos cambios existenciales para recuperar la fe y la confianza, en vista de que a los excluidos se les agota la paciencia y exigen los cambios ya.

* www.eforobolivia.org

fecha: 2003-03-06 17:13:49
autor: Willi Noack

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