Virutas 1, artículos publicados entre 1986 y 1993 — Willi Noack

Autor: Willi Noack

Publicado: enviado a eforobolivia en mayo de 2003
Virutas 1, artículos publicados entre 1986 y 1993
Willi Noack

1. Bolivia a través de los ojos de un gringo
(alemán de visita por el país)
SECCION 100, Separata de El Deber, 28.11.1989

2. Bolivia desde el cielo
¡Orgullosamente nuestra!
La Gaceta del Norte, No. 32, 4ta semana de mayo de 1993

3. ¿Cómo frenar a los criminales?
SECCION 100, 21.08.1990

4. Con ojos ajenos
SECCION 100, 31.01.1990

5. Ayer y hoy
La Gaceta del Norte, No. 2, 3era semana de noviembre de 1991

1. Bolivia a través de los ojos de un gringo
(alemán de visita por el país)

SECCION 100, Separata de El Deber, 28.11.1989

Tuve la oportunidad de acompañar en las semanas paradas a un industrial alemán, yugoslavo de nacimiento, en una gira por varios lugares del país. Había venido para averiguar sobre las posibilidades de invertir en Bolivia.

Mucho se habla (y felizmente se hace) de convencer a inversionistas extranjeros a que coadyuven en el desarrollo del país a través de actividades empresariales extranjeras, en forma de inversiones directas o de “joint-ventures”, es decir, cooperación entre bolivianos y extranjeros.

Lo importante es aplicar una política activa y agresiva en la búsqueda de esta colaboración. De nada sirve esperar sentado, aguardando a que aparezca, tal vez, algún inversionista, hecho que es bastante improbable por la pésima información sobre Bolivia que llega al exterior, formando una imagen totalmente distorsionada, falta y nada tentadora para animarse a invertir en un país supuestamente caótico, narcótico, inestable, etc. etc.

Aplauso para cualquier actividad que abra caminos en este sentido. Recientes viajes de personalidades del sector empresarial cruceño a países limítrofes o ultramarinos merecen respaldo total.

¿Cuáles son los obstáculos ara que un extranjero invierta en Bolivia?

1. En primer lugar, muchos no vienen, directamente, asustados por los “clichés” falsos que existen sobre Bolivia, Cada empresario que no venga a visitarnos, representa una posibilidad perdida. Existe mucha omisión al respeto por parte del gobierno (trabajo insuficiente de las Relaciones Públicas de las Embajadas y Consulados, y poca agresividad en los entes dedicados a la conquista de nuevos mercados).

2. Cualquier inversionista busca rentabilidad atractiva sobre su capital invertido, corriendo riesgos más o menos calculables. Por más que la rentabilidad sea muy atractiva, no va a arriesgar su capital si las garantías para ella son insatisfactorias. ¡Bolivia necesita una Ley de Inversiones urgentemente!

3. Presentación de proyectos de factibilidad debidamente elaborados, según los requerimientos del extranjero y no según la rutina nacional. Una determinante fundamental es el análisis del mercado futuro, para bienes y servicios que se pretendan producir. Otra exigencia son los planes operativos y presupuestos financieros que reflejan la calidad gerencial de la contraparte boliviana.

4. El inversionista no sólo nos “sirve” como financista, dejando “plata”, sino también es un valioso aliado en la transferencia de “know-how”, es decir, transferencia de conocimientos técnicos, administrativos, mercadeo, flujos de trabajo, etc. A este inversionista hay que darle la bienvenida.

5. El inversionista extranjero nos abre puertas para llegar a mercados, difícilmente penetrables sin esta cooperación, que tal vez es un valor que debería ser valorizado como más importante que su capital de riesgo, que comúnmente, al aparecer, tanto nos gusta recibir. Como ejemplo, citamos a la empresa cruceña que, hace poco, firmó un contrato de cooperación con un grupo italiano.

6. El marco macroeconómico debe inspirar confianza en el futuro (¡mencionábamos la Ley de Inversiones!), pues durante toda la vida de la inversión deben existir las condiciones iniciales que animen al inversionista a arriesgar su capital. Si el ministro alemán de cooperación, Sr. Jürgen Warnke, visitante y conocedor del país, subrayó que Bolivia recibirá con preferencia ayuda alemana, será siempre y cuando siga con su política NPE de estabilidad y crecimiento, fortaleciendo al sector privado”. Mucho más aún, esta condición representa una “condicio sine qua non” para un inversionista privado.

Las recientes nubes negras en el cielo económico-político-social del país, que pretende tener el cielo más puro de América, deben preocupar mucho más aún cuando se piensa en la captación eventual de cooperación extranjera. Diez o mil pruebas positivas de crear un ambiente favorable, se echan a perder por un solo ejemplo de que la inversión privada sigue siendo sujeto a caprichos imprevistos.
7. El país debe ofrecer respuestas satisfactorias, válidas para años venideros, a las preguntas claves que figuran en un catálogo de criterios (“check-list”) que cualquier inversionista aplicará, “asignando notas buenas y malas”.

· Estabilidad política.
· Actitud frente al inversionista extranjero y la transferencia libre de sus ganancias (convertibilidad de la moneda nacional en moneda extranjera).
· Riesgo de estatización de la empresa privada.
· Estabilidad financiera.
· Balanza de pagos equilibrada.
· Existencia de la burocracia (¿en qué grado?).
· Crecimiento demográfico y económico.
· Confianza en la aplicación de contratos (“hecha la ley, hecha la trampa”…).
· Productividad en general y sobre todo rendimiento de los recursos humanos.
· Disponibilidad de servicios, expertos y mano de obra calificada.
· Comunicación y transporte.
· Calificación del “management” local y de los socios.
· Disponibilidad de financiamiento a corto plazo.
· Disponibilidad de créditos a largo plazo y patrimonio.

Además, importa la protección de la economía nacional en su fase de desarrollo (subvenciones, aranceles, restricciones, contrabando, etc.) y no se debe olvidar las barreras de mentalidad e idiomáticas.

El inversionista encuentra siempre un sinnúmero de alternativas y escoge libremente aquella que le ofrece un máximo de ventajas ponderadas.

¡Hay todavía mucho por hacer!

2. Bolivia desde el cielo
¡Orgullosamente nuestra!

La Gaceta del Norte, No. 32, 4ta semana de mayo de 1993

En un solemne acto, con la concurrencia de ilustres representantes de la sociedad, en muy digno ambiente, fue, en días pasados, presentada una obra diseñada y producida en Bolivia, el libro: “Bolivia desde el cielo”, de 224 páginas, con 170 hermosas fotografía, de los destacados fotógrafos Willy Kenning y Hermes Justiniano, con la introducción de Fernando Cajías de la Vega.

Las palabras del padre José Gramunt de Moragas y del vice-presidente Dr. Ossio Sanjinés, se complementaron y se distinguieron no sólo para hacer las palabras corteses, los elogios que se estila hacer en tales acontecimientos, sino trataron de ir más allá, de hacer reflexiones.

Nosotros, que vivimos en el Norte del país, podemos apreciar mejor que nadie estas deliberaciones. Me refiero a lo manifestado por los oradores mencionados cuando elogian la sabia organización del libro presentado, que contempla siete regiones de gran semejanza biológica o de “bioversidad” similar, en vez de enfocar a Bolivia como país dividido en departamentos, división que resulta de muchas casualidades y coincidencias, menos de una división que refleja las características de los ecosistemas (o regiones socio-económicas homogéneas).

Las fronteras políticas dependen de muchos factores, son históricas pero no siempre lógicamente entendibles.

La macro región de la Amazonia boliviana se compone de provincias de los departamentos Pando, Beni, La Paz, Santa Cruz y la división política corta lo que debería estar junto.

Muchos campesinos, ciudadanos de Riberalta, ciudad situada en la provincia Vaca Díez del departamento Beni, tienen sus chacos en la banda del río Beni, a 2.000 metros de distancia de su casa, en el departamento Pando. Estrategias de desarrollo, por ejemplo: Desarrollo de la red vial que vincula la región amazónica con el interior del país, que incluye varias provincias o departamentos. Actualmente, existen problemas interprovinciales e interdepartamentales sobre la “justa” repartición de regalías, provenientes de la pesca, tienden a respetar las fronteras políticas y de allí surge el problema de diseñar políticas que contemplan el conjunto. Esta realidad perjudica, cuando no se toma en cuenta el aspecto macro-regional.

Este libro, totalmente elaborado en Bolivia, de muy alta calidad y lujosa presentación (interesados en su adquisición dirigirse a la Papelera S.A., La Paz), es el indicado instrumento para hacer conocer internacionalmente una Bolivia atractiva, y todos los ilustres visitantes de Bolivia deben salir del país con un ejemplar bajo sus brazos. Willy Kenning y Hermes Justiniano son embajadores de hecho de Bolivia, ¡de verdad!

3. ¿Cómo frenar a los criminales?

SECCION 100, 21.08.1990

Si un vecino, un tal Pancho, le mata cuatro perros en forma asquerosa, envenenándoles sin previa advertencia, por motivos desconocidos, rompiendo de esta manera una cierta amistad, usted, amigo lector, ¿cómo actuará? La Biblia recomienda “ojo por ojo, diente por diente” (por lo menos el Antiguo Testamento aconseja esto…) y si en vista de ciertos problemas bien conocidos, prefiere no buscar (para probablemente no encontrar…) su derecho con ayuda de la policía o la justicia… qué, pero qué, haría Ud.? La primera reacción podría ser buscar venganza: matar a los perros u otros animales del vecino, hacerle daño, etc.

Bueno, le cuesta, pero no lo hace, pues es Ud. civilizado y no quiere rebajarse al nivel del bárbaro. Entonces, ¿lo pasa por alto, invitando al maleante a la falsa interpretación de que Ud. es un cobarde o que está con miedo, pues se rinde delante del atropello, y así se alienta al antisocial a seguir tal vez con sus fechorías? (No hablo del amor propio lastimado por permitir al vándalo haber cometido un crimen en contra de Usted sin que Ud. busque justicia…) Reitero: ¿Qué se puede hacer como ciudadano civilizado? ¿Qué hago con Pancho?

Los Panchos en lo internacional, Saddam Hussein y compañía, representan una amenaza contra la civilización, pues saben muy bien que existe el temor de entrar en guerra abierta, por lo tanto, juegan con alto riesgo, son cada vez más atrevidos, hasta que rebalsan los retenidos deseos por justicia y se desencadena la acción para castigar, léase: empieza la guerra, involucrando gente que no quiere matar ni pelear.

¿Está en lo correcto el mundo civilizado cuando utiliza la fuerza contra los desesperados de la civilización? ¿Cómo se debe frenar a los Hitler?

No cabe duda alguna de que si se deja pasar por alto, mañana la situación será peor y más difícil de evitar un mayor enfrentamiento bélico; por lo tanto, hay que frenar decididamente y a tiempo a los maleantes que prescinden del contrato social que ordena la vida civilizada. Entonces, ¿no queda opción al uso de la “última ratio” de la política, que es la guerra?

El mundo (y los vecinos de Pancho) buscan paz, pero vigilancia es el precio de la libertad, como constata el lema de la OTAN. Para que vivamos en paz, debemos combatir a los asesinos, mentirosos, chantajistas, maleantes, por más que el uso de la violencia vaya en contra de nuestros principios morales.

Lo que siempre dificulta el juicio es que con suma viveza los desesperados utilizan argumentos que contienen un grano de verdad, en el caso del Medio Oriente la injusticia social, es decir, la falta total de distribución de las riquezas entre todos en forma más equitativa. Un vivísimo líder – demagogo – sabe aprovechar de este malestar entre las masas para justificar sus delincuencias. Sea como sea, mostrarse débil no conviene a los amantes de la paz.

4. Con ojos ajenos

SECCION 100, 31.01.1990

En 1860, la información sobre el derrocamiento del presidente Dr. Linares tardó casi tres años en llegar a la “aldea” de unos 10.000 habitantes llamada Santa Cruz. Hoy en día tenemos las noticias simultáneamente con el desarrollo de los eventos importantes.

La información nos llega hoy por hoy en abundancia, pero su interpretación y, sobre todo, el entender de su impacto sobre un pequeño país periférico como el nuestro, resulta a veces bastante difícil. ¡No debemos tener conceptos erróneos, esperanzas vanas, sueños ilusorios sobre nuestra realidad!, por ejemplo, sobre la llegada de la “gran plata”.

¿Cómo ven e interpretan otros pueblos los cambios mundiales más destacables de las últimas semanas?

Gracias a un amigo francés, tuve la oportunidad de “hojear” varias revistas francesas y encontrar una serie de artículos de opinión sobre hechos como Houston, el XXVIII° Congreso del PCUS, y la unificación alemana, para nombrar algunos que todos ustedes también conocen.

“Le nouvel Observadeur”, 12 au 18 Juillet 1990
“Le point”, 16 au 22 Juillet 1990
“L’Express”, 13 au 19 Juillet 1990.

Vale la pena enterarse de cómo opinan los comentaristas franceses, para sacar, tal vez, algunas conclusiones válidas.

Para empezar, tenemos una caricatura que muestra el jefe de gobierno alemán, Helmut Kohl, fortalecido por las dos Alemanias unificadas, y que representa el principal problema de Houston por su “grandeza” (pues es grandote). ¿Se trata de una caricatura como expresión de temores vecinales y al la vez válvula de escape de xenofobias? Me sorprende que Kohl no sea dibujado como Bismarck. ¿Por qué en las revistas citadas se hace tanto hincapié en Bismarck y la guerra entre Alemania y Francia de 50 años atrás?

Partimos de un principio, y es el de que los cambios vertiginosos constituyen un peligro, por generar de improviso una autodinámica y, por lo tanto, pueden escapar a un “espíritu rector”, similar al del aprendiz de brujo que sabía desencadenar un proceso pero no conocía la fórmula para controlarlo y domarlo. Nuestros propios hijos tienen etapas de fuerte crecimiento, las empresas lo tienen y también el temporalmente admirado señor Trump. Sin embargo, la naturaleza ha previsto una posterior etapa de consolidación; y el respetar esta norma de la naturaleza es también necesario en otros procesos de crecimiento, por más que, aparentemente, no estén sujetos a esta regla biológica. No cabe duda, actualmente el mundo hace historia “a todo trapo” y, por lo tanto, sin permitir que maduren las cosas.

Llegamos a un primer resumen de la lectura de las revistas citadas: Existe demasiada incertidumbre sobre el futuro de los procesos políticos desencadenados. Ahora bien, incertidumbre significa un riesgo cuya magnitud en la actual situación se ha incrementado sobremanera. Uno de los riesgos, sin duda alguna, lo constituye el encontrar un nuevo equilibrio mundial en el futuro, en base a las nuevas constelaciones. La caricatura citada refleja también esta perplejidad. “L’Express” cita una opinión al respeto: “Los problemas económicos predominarán en las relaciones internacionales durante las próximas décadas”, constatando que existen dos prioridades.

a. La integración de la URSS, los países este-europeos y también del tercer mundo al seno del sistema económico mundial.
b. Evitar que las economías occidentales se enfrenten entre ellas.

Otro comentarista prevé la polarización del mundo en tres regiones de gravitación: la asiática bajo el régimen del yen; la americana con el US$ como patrón, donde , según el “Nouvel Observadeur”, “la opinión pública generalmente se preocupa más por su nivel de vida que por los eventos en el mundo…”, y la región europea con el marco alemán, moneda del país que probablemente lideriza Europa. ¡Cómo si no existieran países del tercer mundo y del cuarto mundo!, expresión que se ha puesto de moda últimamente.

Los cambios son o serán una realidad, nos guste o no, y ningún país, ni Francia, ni Bolivia, deben quedarse lamentando. ¡Luchemos, no nos demos por vencidos! “Ne jouons pas battus”, dice el “Nouvel Observadeur”, “c’est pourtant avec l?Allemagne que nous allons faire l’Europe”, o sea, que no desfallezcamos como si la batalla estuviese perdida de antemano. ¡Construyamos Bolivia junto con la comunidad internacional!

Debería llegar ayuda financiera externa a Bolivia por haber cumplido con tantos requisitos exigidos por entes financieros internacionales. ¿Verdad?, pero: ¿si no recibimos el “chupete” por ser “niños buenos”? ¿Hay que darse por vencido? ¡Jamás! Si los esfuerzos hasta la fecha han sido grandes, hay que esforzarse aún más: trabajar, trabajar, trabajar. Dudo que queda otra opción. Por otro lado, temo que falte valentía para preguntarse, sin vueltas, por qué algún determinado país recibe ayuda, mejor dicho, capital para inversiones y otros no lo reciben. Parece que esta incómoda pregunta clave representa un tabú, pues sólo cuando verdaderamente comencemos a combatir los factores perjudiciales, que todos conocemos son reconocerlos, el país ganará solvencia crediticia.

El capital será caro en los ’90, según estos comentaristas franceses, pues en el mundo entero hay más prestamistas (EE.UU., URSS, RDA, etc.) que ahorristas (¡Japón!). Además, según este fuente, no va a disminuir la demanda de capital, y los países favoritos de los potenciales inversionistas no están ubicados en nuestro hemisferio: los japoneses tienen inclinaciones hacia China, los alemanes hacia Rusia y su propia parte subdesarrollada, los EE.UU. están intentando eliminar actualmente su horrendo déficit presupuestario mediante un incremento de impuestos, o sea, llegamos a otro resumen poco prometedor:

1. Las corrientes de capitales no pasarán por estas latitudes.
2. La pesadilla del endeudamiento con todas sus consecuencias persiste. (¿Y el Plan Brady?, bien gracias),
3. Las tasas de interés tan altas son prohibitivas para un país en vías de desarrollo.

De los tres principales fuentes de ayuda financiera:

a. Fondos gubernamentales e internacionales
b. Capital extranjero privado
c. Ayuda caritativa

posible y probablemente sólo quedará la primera categoría.

El resumen sobre las presumibles consecuencias es alarmante para todos aquellos países que no están en el epicentro de los cambios políticos, y con preocupación los comentaristas franceses registran grandes temores en la “Grande Nation” de Napoleón. Un titular de “Le Point”, refiriéndose a Francia, ¡todavía miembro del grupo G7!, supone que el pesimismo francés se parece mucho a un miedo instintivo a los cambios, y el “Nouvel Observadeur” exige alzar la voz contra los llorones que existen entre su propia gente.

¡Cuán más preocupantes son estas tendencias para Bolivia!

Post scriptum: Espero, sinceramente, equivocarme en mis conclusiones.

5. Ayer y hoy

La Gaceta del Norte, No. 2, 3era semana de noviembre de 1991

Desde hace tiempo, tengo in mi biblioteca un librito sumamente interesante al que le falta su tapa y contratapa, por lo tanto, no sé ni el nombre del autor no el título.

En la página 177 dice: “Don Nicolás Suárez tiene 72 años. Está fresco y lozano, al frente de sus negocios, con el mismo entusiasmo y método del año 80 (1880, por supuesto, WN) y es la historia regional vivente”.

Don Nicolás nació en el año 1851, por lo tanto, mi librito querido fue escrito en el año 1923.

En adelante y en ediciones venideras de la Gaceta del Norte vamos a transcribir algunas partes y comentarlas, pues no ha perdido la vigencia lo que el autor desconocido por mi persona constató tantos años atrás.

Citamos entonces de la tercera parte “Aspectos económicos”:

“La razón suprema: Del conjunto heterogéneo de esa zona, su historia y su distribución geográfica resalta el derecho innegable, supremo pudiéramos decir, de que precisa ser atendida con esmero.

Un esfuerzo de alto patriotismo y de alta confraternidad debe guiarnos a todos los bolivianos para abolir, primero la colonia, y crear la verdadera nacionalidad.

Venimos a puntualizar el aspecto económico, que de por sí habla elocuentemente. El valor positivo de la zona, su riqueza estable y su comercio local e internacional, es la razón suprema que nos induce en el noble empeño de abogar por ella.

Ese pedazo de soberanía efectiva ha llegado a su mayoridad y no puede resignarse al estancamiento. Un renuevo del estado, como legítima aspiración, quiere esa zona, para impulsar sus industrias y vigorizar su alma.

El dorado boliviano es el porvenir de la patria.

La economía:
En la vida de los pueblos, como en la de los individuos, hay periodos que requieren energía, actividad, trabajo e inteligencia.

El Territorio de Colonias del Noroeste y toda su hidrografía han abordado un problema: la igualdad de la vida dentro de la nacionalidad, por el poder se su progreso material e intelectual.

Económicamente hablando, el Estado no cumplirá con su deber, si dejase que una inmensa zona de su territorio sea el campo de explotación propicia para los más ricos y uno páramo para los numerosos. Más explícito: el Estado sabe que tiene riquezas en esa zona, riquezas valiosas y naturales, y que su gran misión es imponer su alma, su idiosincrasia y distribuir su riqueza proporcionalmente.

Allí donde el derecho está garantizado, allí hay trabajo y, por supuesto, hay riqueza. No podemos esperar renovación de nuestro poder económico, si continuamos viviendo y haciendo en la choza y la cabaña primitiva de nuestros antepasados bárbaros.”

A mi manera de interpretar estas observaciones parece que hemos citado una parte de un discurso de un dirigente regional de nuestros días, pues caso en nada ha perdido. Notamos con sorpresa, tomando en cuenta el año de la publicación, una inquietud por la justicia social, digna de un pensador moderno.

Vale subrayar que se requieren energía, actividad, trabajo e inteligencia.

¡Esos son el afán y reto de nuestros días!

Cuando nos preguntamos sinceramente y sin engañarnos a nosotros mismos acerca de las causas del subdesarrollo, tenemos que admitir que no sólo existen causas externas incontrolables por nosotros, como por ejemplo la desventajosa geografía periférica de la región, sino existen bastantes causas totalmente controlables por nosotros y que son, por ejemplo, una mentalidad y un comportamiento en el desempeño económico que, lastimosamente, no siempre está caracterizado por “energía, actividad, trabajo e inteligencia”.

Seamos más concretos aún, dando un ejemplo muy actual: Como se sabe, ha llegado una comisión conformada por importantes personajes nacionales e internacionales para estudiar la posibilidad de promover la economía regional a través de la fundación de empresas tipo “joint-ventures”, palabra inglesa que significa: los socios de la empresa entran en sociedad por el hecho de cada uno aporta con algo, lo que no tiene (o no lo suficiente) tiene el otro, compartiendo los riesgos: es decir: repartir las eventuales ganancias y también pérdidas entre los socios. Ahora bien, la oferta es identificar rubros de bienes que tienen mercados internacionales y que se pueden producir en la región en cantidades y cualidades aceptables y a perpetuidad.

Lo que ahora se precisa más que todo es la inteligencia de entender bien esta oferta y mostrar una mentalidad abierta moderna, para no perder esta gran oportunidad de avanzar a pasos grandes hacia un desarrollo económico.

Debe existir plena conciencia de que semejante oferta de cooperación, todavía en sociedad, significa transferencia de conocimientos, establecer nuevos contactos, contar con mercados atractivos asegurados y tener acceso al financiamiento, entre otros.

Pero, para aprovechar tal oferta, la región y sus actores sociales y económicos, tienen que mostrarse más atractivos que las muchas alternativas que existen en el mundo de negocios para estos inversores.

fecha: 2003-06-01 01:43:23
autor: Willi Noack

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