Virutas 8, artículos publicados entre 1986 y 1999 — Willi Noack

Autor: Willi Noack

Publicado: enviado a eforobolivia en mayo de 2003

Virutas 8, artículos publicados entre 1986 y 1999
Willi Noack

1. Por la vía de la economía
El Nuevo Día, 18.08.1999

2. Privatización
SECCION 100, 01.01.1991

3. ¡Qué no confundan!
SECCION 100, 17.07.1990

4. ¿Quo vadis, Alemania?
¿Quo vados, Bolivia?
desde la RFA
SECCION 100, 16.05.1989

1. Por la vía de la economía
El Nuevo Día, 18.08.1999

E1 titular “Chile propone profundizar más el intercambio comercial con Bolivia” (El Deber 15.08.99), invita a hacer algunas reflexiones. Conviene echar una mirada a Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Las acciones hostiles terminaron en mayo de 1945 y formalmente fue declarado por terminado el estado de guerra en julio de 1951 por parte de Gran Bretaña, de Francia y de los EE.UU., y en enero de 1955 por la URSS.

Sin embargo, ya en 1952, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos con Alemania constituyeron la primera organización para fomentar los sectores carbón y acero, y en 1957 fue creada la CEE, que en febrero 1992, se convirtió en la Unión Europea.

¿Qué tiene eso que ver con el título citado? Siempre, guardando la distancia de dos “casos” diferentes, ¡mucho!

Entre Alemania y Francia habían guerra en 1870/71, de 1914 a 19188 y de 1939 a 1945, dejando heridas muy profundas y frescas, con millones de víctimas en ambos lados. Durante décadas se sembró y abonó el odio, en un clima de chovinismo, que es la exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero. ¡Inolvidable encuentro entre los nos arquitectos europeos, Konrad Adenauer y Charles de Gaulle, quienes, con visión construyeron Europa con la amistad franco-alemana! Desde un principió ha sido’ la meta final la unión política de Europa. Para estos grandes hombres de Estado y otros que apoyaron su política, ni la guerra que dejó un saldo de 50 millones de muertos en total, ni los chauvinistas indoctrinados por el doquier, tampoco el corto tiempo que había pasado, representaron obstáculos para iniciar una cruzada de reconstruir Europa en paz, democracia y bienestar.

El vehículo principal era entonces la economía, por supuesto flanqueado por importantes iniciativas de producir el acercamiento de los pueblos para superar erradicar el odio, el rechazo los y prejuicios que, al persistir, hubieran sido el humus para futuras guerras. En vez de hablar de “culpa”, sé habló de una “tragedia”. Pocos países vecinos del mundo tenían tanta tradición en detestarse mutuamente como Alemania y Francia.

Hoy, el contexto internacional se caracteriza por la abolición de fronteras, donde el Estado soberano nacional, en muchas regiones del mundo, pierde su rango (la U.E está conformada por 15 países, cada uno renunciando paulatinamente a partes de-su soberanía en pro de un “Gobierno Europeo”). Eso no quiere decir que el nacionalismo haya desaparecido, ver Serbia. Hoy muchos países del Mundo participan en el comercio mundializado, donde gigantescas empresas operan sin importar fronteras nacionales, y donde hay el chance de lograr niveles de bonanza, si se logra controlar los excesos de esta proliferación del capitalismo desenfrenado, sobre todo repartir las bonanzas inter e intranacionalmente de manera equitativa, socialmente justo (¿Quién se atreve a definirlo?) En el largo transcurrido de la historia entre vecinos han ocurrido tiempos de atrocidades, pero muchos hacen grandes esfuerzos de aplicar el ”borrón y cuenta nueva”, para el beneficio compartido. Gana gana.

Citando el artículo que inspira este comentario: “Las relaciones diplomáticas están subordinadas a las económicas entre Bolivia y Chile”, afirmación que fue subrayada por el Gobierno boliviano (¿Cómo? El Gobierno representa la diplomacia … ) y, como es de esperar por altos representantes bolivianos del mundo de los negocios, a sabiendas de que empresarios chilenos invirtieron 400 millones de dólares en Bolivia y considerando que el intercambio comercial es lucrativo para ambos lados. Vale añadir que muchos bolivianos estudian en Chile, pasan sus vacaciones allá y tienen cordiales lazos de amistad. Bajo ningún punto de vista esta relación binacional se puede comparar con la europea de la posguerra.

Si existe la fuerza normativa de los hechos, es hora de adecuar ciertas normas a la realidad de los hechos e iniciar una nueva fase de relaciones con sentido práctico que permita construir y superar el status quo.

Hay esperanzas que los hechos que hablen por sí mismos, produzcan cambios entre los líderes, pues de los hombres de tala de Adenauer y de Gaulle depende.

2. Privatización

SECCION 100, 01.01.1991

“En 1991 debe encararse la privatización con mayor seriedad” (Samuel Doria Medina, asesor presidencial, El Mundo, 29.10.90).

El tema está sobre el tapete.

Para formarse una opinión acertada sobre el particular, creemos conveniente analizar el tema bajo el criterio del análisis económico y no a través de una evaluación política (se sabe que en política todo se puede), para conocer pros y contras, pues existen serios límites.

Empezamos con una sistematización.

El objetivo de la privatización es incrementar la eficiencia en empresas públicas a través de medidas que intervienen tanto en el financiamiento de capital como en la forma de actuar en el mercado. Esta desregulación significa que el Estado renuncia al intervensionismo, dejando el rol de dirigente omnipotente y permitiendo a las fuerzas del mercado lograr los equilibrios mediante la competencia.

Se pueden distinguir tres clases de empresas públicas, según el método como se fija el precio de la oferta.

a. La oferta pública no tiene precio específico, como es el caso de la seguridad pública que el Estado garantiza mediante la policía y el ejército. Este es el clásico caso de la oferta pública de un estado, financiado a través de impuestos y otras recaudaciones.

b. La oferta de la empresa pública se vende, cobrando un precio fijado por decreto, considerando conveniencias al ser resultado de una decisión política. Ej.: los precios para servicios de correos y ENFE. Desde luego, no se trata de cobrar el costo real de un determinado servicio prestado a un cierto usuario (por ej., el costo del transporte de una carta), sino permitir a toda la población gozar del servicio cuando lo precise, por ser considerado esencial para todos; por lo tanto, no debe ser demasiado caro, pese a que se corre el riesgo de que precise ser subvencionado por el Tesoro General de la Nación, TGN, (ej.: la subvención de las pérdidas del LAB en rutas internas, que se debe al fomento de la integración territorial del país). La “Deutsche Bundesbahn”, léase la ENFE alemana, es una empresa estatal con tremendas pérdidas anuales. Estas empresas, por su misión, suelen tener pérdidas, y la tarea gerencial consiste en optimizar la relación costo-beneficio.

c. La empresa pública vende bienes y servicios a precios que se definen en mercados según la ley de la demanda y oferta. El Estado, en este caso, actúa como cualquier empresario privado (y siempre hemos enfatizado que no nos gusta ver al Estado desempeñándose como empresario privado, pues no sirve como tal). Las empresas públicas pueden y deben ser privatizados, siempre y cuando se respeten las normas del juego limpio, como mencionaremos más adelante.

Esta clasificación, según la forma de lanzar la oferta al mercado, en principio no tiene nada que ver con la forma de financiamiento del capital de la empresa pública, por lo tanto, puede ser propiedad del Estado al igual que de inversionistas privados, y también financiada en forma mixta. Vale subrayar esta afirmación, pues de ahí pueden surgir confusiones: la privatización no es sólo cuestión de la propiedad en capitales, sino también cuestión de cómo ella actúa en el mercado.

En Bolivia hay 157 empresas públicas, que, según Samuel Doria Medina, se caracterizan por déficits (prefiero utilizar el nombre exacto: pérdidas) y mala administración.

La supuesta solución es la privatización, y es un buen camino.

Aquí no cuestionamos la teoría de la privatización y desregulación, sino advertimos eventuales problemas de su realización en la práctica.

No es aconsejable, por lo menos no en primera instancia, privatizar empresas públicas; a menos que surjan graves conflictos de intereses en los siguientes casos:

a. Entes públicos, que producen servicios públicos no comerciales, es decir, que no tienen precio en el mercado.

b. Algunos sectores públicos que producen y ofrecen bienes y servicios a precios regulados y no a precios del mercado. Peor aún si después de su privatización no existiera competencia real y más bien se constituyera en monopolio en manos privadas; ej.: la desregulación de las tarifas aéreas en EE.UU. tiene su justificación en virtud de haber desencadenado competencia entre las muchas empresas; pero aún así, todavía hay economistas que preferían seguir con los precios regulados de antes; dado que el propietario capitalista busca rentabilidad, mientras el Estado se ve comprometido a ofrecer servicios a la gran masa de la población a precios económicos alcanzables. La desregulación conlleva la consecuencia de que tramos aéreos de poca frecuencia o son muy caros, o son mal atendidos; siendo esto la otra cara de la moneda, que brilla con precios bajísimos en tramos de muy elevada frecuencia de transporte. Además, se pone en duda la seguridad pública por una disminución en los patrones.

c. Muchos problemas para la privatización aparecen en empresas que precisan elevadas inversiones y que suelen representar dificultades financieras para inversionistas privador, como por ej., ferrocarriles o telecomunicaciones.

Como sobresaliente ejemplo-modelo, frecuentemente se citan las recientes privatizaciones de la línea aérea y de ENTEL de Argentina y de algunos tramos de ferrocarriles de este país.

Vemos el caso de ENTEL (Argentina) desde más cerca para darnos cuenta de cómo discrepan la teoría (buena) y la práctica (dudosa) de la privatización.

“Telefónica de España” y “STET-France Cable” pagaron en efectivo la “pichanga” de 214 millones de US$ según estimación de expertos, y habiendo sido fijado su “precio” en 5 mil millones de US$, el cual fue pagado casi en su totalidad con títulos de la deuda externa del Estado argentino cotizados al nominal, siendo su valor en mercados financieros internacionales sólo del 14%. Además, las deudas de ENTEL, en el orden de 2.100 millones de US$, fueron absorbidas por el Estado argentino. Como si todo este fuese poco, los compradores van a poder gozar de una rentabilidad anual del 16%, garantizada por el Estado argentino, que tenía que multiplicar los precios de los servicios durante los últimos meses por un 2.000% (fuente: Deutsches Allgemeines Sonntagsblatt, N° 47, 23.11.90). Hasta aquí la privatización-modelo de nuestros vecinos que, según el gobierno, debe servirnos como guía en nuestras privatizaciones.

Desconociendo detalles y corriendo tal vez el error de comparar lo que no puede ser comparado, citamos al Jefe Militar de Bolivia quien lamenta que el puesto ganadero “23 de Marzo” fue vendido en 1.2 millones de US$, siendo su auténtico valor de 8 millones de US$ (El Deber, 31.12.90).

Vemos que pueden existir “incógnitas” en la privatización. La justa y justificada búsqueda de más eficiencia, puede ser de doble filo para la nación.

Algunas preguntas claves para la evaluación de las supuestas bondades de la privatización son:

¿Quién, en qué monto, con qué método de valoración, fija el precio?

¿Quién y después de qué proceso transparente de licitación pública, nacional e internacional, compra la empresa pública?

Desde 1984, en Alemania existe una “Bolsa de privatizaciones” que hace pública la oferta de empresas a privatizarse y donde un inversionista interesado puede conocer la oferta existente. La privatización debe ser democratizada, permitiendo la adquisición de acciones a los pequeños ahorristas, si es que tienen confianza en el negocio.

¿Quién fiscaliza con rigor la transacción para evitar los daños y perjuicios que podría sufrir la nación y para dar “fe pública” a las transacciones? Es ineludible contar con la división de los tres poderes, actualmente en estado de guerra: ¡pobre nación si se reparte su matrimonio entre los “amigos todos” de los discursos!

¿Cuáles son las modalidades de pago del precio convenido (con cláusula de mantenimiento de valor)?

¿Qué empresa pública se vende: aquella que más o menos anda (y con la que el Estado podría quedarse después de ciertos cambios que mejoren su rendimiento) o la obsoleta (la que produce lo que ningún mercado requiere, la empresa digna de poblar un jardín zoológico de bichos raros: “elefantes blancos”?

Después de la privatización: ¿habrá un monopolio (el peor enemigo de la demanda populista), o habrá competencia activa sin subvenciones no proteccionismo (como Collor de Mello lo pretende establecer para empresas privatizadas)?

¿Quién “amortigua” las consecuencias sociales de la privatización (desempleo por despido de una planta burocrática ineficiente)?

¡Qué las encaradas privatizaciones no sean el pretexto hipócrita (buscamos eficiencia, pues) para que algunos se sirvan un plato para chuparse los dedos! ¿Y la Ley SAFCO? ¡No es verdad que el único remedio contra la mala administración sea la privatización! No es correcto insinuar a todos los entes estatales que no pueden ser privatizados, por destino de los dioses quedan forzoso y eternamente mal administrados! Es cuestión de aplicar, pero aplicar imparcialmente, conceptos conocidísimas en la administración moderna, y nada más!

¡El pueblo debe estar bien atento en 1991, “cuando se encare la privatización con mayor seriedad”!

Recomendación bibliográfica para el lector interesado: Desregulación y Privatización de Empresas Públicas en Bolivia, Konrad-Adenauer-Stiftung, CIEDLA, Buenos Aires, 1990.

3. ¡Qué no confundan!

SECCION 100, 17.07.1990

Leemos con mucha preocupación que podría fracasar la Perestroika, sobre la cual discuta el actual congreso del partido comunista soviético. Las resoluciones se conocerán antes de que sea publicado este artículo.

¡Es mejor no pensar en lo que significaría para la URSS, para el hemisferio Este, para la reducción armamentista, para el mundo entero, incluyendo Latinoamérica y Bolivia, este tremendo fracaso! Un mal ejemplo en su peor dimensión nos lo da el fracaso de la primavera política en China.

Vale la pena hacer entonces algunas preguntas teóricas:

1. La Perestroika significa restauración, apertura hacia un esquema económico que tiene características de economía de mercado. Si la URSS vuelve al esquema estatista de antes, ¿debemos asumir que el modelo implementado hace 5 años, no sirve y que, por lo tanto, fracasó? En otras palabras: que no sirve el concepto y que el análisis del origen y de las causas de la innegable amenaza de una bancarrota de la URSS, motivo por el cual fue introducida la reestructuración, era equivocado y, por lo tanto, también los remedios para subsanar la inminente quiebra.

No cabe duda de que en estos cinco años, desde 1985 hasta el XXVIII° congreso no fue resuelta la difícil situación, y en ciertos sectores empeoró la crisis, de la cual todo el mundo hoy en día puede enterarse, pues gracias a la transparencia (Glasnost), igualmente introducida hace 5 años, el estado no suprime la información inconveniente. En resumen: si se imponen los adversarios de Gorbachov, impulsor, promotor y defensor de su concepto, ¿tenemos que concluir que el sistema no es viable, factible, más bien que el estatismo es mejor? Nada de eso.

2. Si un determinado productor aplica por primera vez un concepto técnico, con máquinas sofisticadas, totalmente comprobadas y con resultados positivos en un sinnúmero de casos, este productor espera obtener de pronto, “al tiro”, altos aprovechamientos por su cambio. Tiene frecuentemente expectativas sumamente exigentes y, por lo tanto, irreales.

Si por falta de una adecuada aplicación o por falta de condiciones ineludibles, el concepto no resulta, mucha gente tiende a echar la culpa a cualquier causa ajena, pero lo más fácil es condenar el concepto: ¡no sirve!

3. Para que conceptos científicos y máquinas sofisticadas puedan funcionar, se precisan condiciones adecuadas, tiempo suficiente para el arranque, eliminación de otros mecanismos incompatibles, y disciplina en la aplicación. Las condiciones colaterales imprescindibles deben ser claras, sin contradicciones, aplicadas y proliferadas para que sean acatadas por las personas que incurren como actores en el “teatro” del quehacer, y cuya actuación deseada se logra obtener cuando se ofrecen incentivos por buen comportamiento y se aplican sanciones por mala conducta.

4. La Perestroika, el D.S. 21060, el “22/90” (que es el Nuevo Modelo Municipal y que, por fin, fue aprobado), el “modern management” empresarial, todos estos ejemplos con conceptos eficientes, que funcionan siempre y cuando las condiciones estén dadas.

Las condiciones necesitadas, por ejemplo, exigen que el Poder Legislativo decrete de una vez el marco legal y que el gobierno administre la “res publica” con atractivos incentivos y sensibles sanciones aplicadas; que el empresario enfrente el reto de invertir pese a los riesgos existentes, pues así se cumplen las condiciones que determinan el éxito.

Además de las condiciones debe existir confianza, pues los actores no obedecen a obligaciones, sino actúan sólo en base a sus expectativas, y, a veces, la confianza individual tarda y es fiel reflejo de la imagen de la situación sociopolítica económica percibida por los ciudadanos. La imagen depende de la apariencia (el “show” que se hace), del comportamiento (las leyes, la actuación concreta) y de la comunicación (cómo se vende el “charque”, es decir, el “show” y la práctica tangible). La comunicación por parte de los actores tiene como objetivo divulgar los logros del ente en cuestión (si no hay muchos logros, para poco o nada sirve el “show” y la propaganda). Todo este proceso de generar confianza, demora, hay que tener paciencia y los resultados positivos se muestran a veces sólo al final de unos cuantos años y no meses. Un sismógrafo muy sensible para medir esta confianza existe en la banca, y es la preferencia del público para depositar o sacar fondos.

También es muy peligros, por lo menos de doble filo, la promesa de un político de cambiar dentro de un determinado lapso una situación crítica. Al Gorbi, al gobierno nacional, no les colabora el tiempo, ojalá que nuestro Honorable Alcalde tenga aparte de sus buenas intenciones, también suerte para poder cumplir con su cronograma ambicioso.

Conclusión:
Qué nadie confunda un mal esquema con un buen sistema que está mal llevado a cabo, pues ambos resultan en fracasos, de verdad, pero el primero por equivocaciones de fondo, mientras el segundo por errores cometidos en su aplicación – implementación.

Nosotros contamos con buenos esquemas (o modelos, o sistemas u órdenes, escoja a su libre gusto), esperamos que los responsables tengan la sabiduría para evitar errores en sus manejos. La palabra clave es confianza en la seriedad y eficiencia de los gobernadores y compatibilidad de su actuación con el esquema de la economía social de mercado. Esta confianza no se decreta, sino nace y crece en baso a logros tangibles, y eso deben entender quienes (el-ellos) administran democráticamente la “res publica”.

4. ¿Quo vadis, Alemania?
¿Quo vados, Bolivia?
desde la RFA
SECCION 100, 16.05.1989

Habíamos llegado a Francfort. Nuestro tren salió del mismo aeropuerto de Francfort para llevarnos a Dusseldorf, un viaje inolvidable de 2 y media horas en el bello valle del río Rhin, conllevándonos a una sola conclusión posible: ¡qué orden, qué limpieza, qué disciplina hay en Alemania! La terminal de Dusseldorf, recién habilitada, modernizada, sorprende por su funcionalidad y limpieza.

Así se presenta Alemania al turista durante sus primeras horas de su estadía.

Las primeras charlas con buenos amigos, y también los titulares de los periódicos, comprueban esta impresión. El país anda bien, económicamente muy bien.

Eso se manifiesta en el “fetisch” auto. Bellos coches con performance de verdaderos bólidos, permitiendo 200 kms / h. o más, vuelan en las autopistas, con2 o 3 carriles, como si nada. Manejando a esta altísima velocidad, ya no hay más diferencia social, se pierde la distancia entre un alto ejecutivo y un ciudadano común, pues el auto veloz del primero da el mismo estatus que tiene el otro. Insisto, el auto es fetisch y válvula social de esta sociedad que defiende con uñas y dientes su peligroso afán de sentirse “libre” atrás del volante. Hasta allí no más, pues el triunfo se convierte en frustración cuando los grandes Porsches, BMWs, Mercedes, te pasan con 20 a 30 kms/h más de velocidad.

Visitamos la Universidad de Colonia, momento de nostalgia y lindos recuerdos: la misma disciplina, limpieza y funcionalidad. Paredes libres de lemas “Abajo …” o “Viva …”. Pero, al parecer, tampoco hay la alegría, esta expresión que es privilegio de una juventud despreocupada.

Impresiones como las que les doy son subjetivas y siempre ocurre que uno ve, lo que uno quiere ver.

Lo que veo es impresionante en cuanto a la organización de la vida y la infraestructura.

Económicamente sólido, con un crecimiento económico pronosticado para 1989 de 3,5%, el cual es totalmente visible y palpable.

Todo tiene su precio, y la exagerada protección por parte del estado, quien se preocupa por los grandes y pequeños problemas de sus ciudadanos, también es demasiado caro, lo que se puede entender con un ejemplo bien significativo: después de Suiza (18,36 US$), Alemania ocupa con 18,29 US$ costo por hora de trabajo industrial el segundo lugar más alto a nivel mundial, siendo 8,41 US$, o sea, 46% del costo total por hora, costos adicionales al salario, para caja de seguridad, beneficios sociales obligatorios y voluntarios.

Sin embargo, según comunicados oficiales, por ejemplo, ofrecidos en las dos importantes ferias internacionales que se desarrollan actualmente (INTERZUM y LIGNA ’89), las expectativas económicas están buenas, hasta excelentes. Esta opinión podíamos acopilar en el ilustre y muy distinguido Club de Golf de Dusseldorf, donde se nos hablaba con optimismo sobre la economía. El tema del endeudamiento del “Tercer Mundo” no está de moda, o, pero aún, está bastante desconocido, de todas maneras ni de lejos es objeto de profundas discusiones de líderes de la economía.

Entonces estamos, así nuestra pregunta, ¿paseando en un verdaderos paraíso? ¡Sí y no!

Vienen dudas serias, estallidos en Berlín el 1ro de Mayo de 1989, arrojan unos 350 policías heridos y millones de dólares de daño, manifiestan un contraste entre la violencia por un lado y la disciplina por otro lado. El Honorable Alcalde de Berlín habló de “Odio ciego contra el estado”.

¿Por qué? ¿Qué más quieren? ¿En qué falla el Estado?

Recién, buscando una respuesta a estas preguntas, habla la gente de graves problemas sin solución: Sistema de seguridad social considerado injusto y demasiado caro; ola de migración hacia Alemania causa rechazo; desempleo de 2 millones, de los cuales 700.000 están sin empleo desde hace más de un año, presión social (stress), competencia entre todos contra todo, a todo nivel. Según “Der Spiegel”, revista semanal, más de 20 millones de habitantes, la tercera parte de la población, no disfruta del “boom”.

A tal extrema llega la disconformidad que se escuchan más y más comentarios que no encajan nada en el orden político-social, supuestamente democrático, lo que se manifiesta en ganancias electorales de grupos políticos bastante exóticos, de tinta ultrista. Hemos escuchado comentarios sobre la migración y la seguridad que parecieron bastante a los de los años 30.

Lo que veo y escucho sirve para la reflexión:

Bienestar económico a un nivel inimaginablemente alto, en comparación con nuestros estandards, al parecer, no es ninguna garantía para una paz social. Lo que importa es el consensus de la sociedad y la concertación de intereses de todos sus grupos. Me parece que en Alemania de hoy, hay bastaten polarización en vez de la concertación que permitió en la post-guerra el “milagro”, parecido al ave fénix.

Falta la alegría de nuestros “buris”. Casi diría que somos nosotros pobres, pero felices. Gente pobre – pobre gente, son dos cosas distintas, lo que se puede estudiar muy bien alejándose de Bolivia, disponiendo del contraste.

Desarrollo económico = no es oro todo lo que brilla…….

A ver qué vamos a escuchar en los próximos días con respecto a n8uestras elecciones presidenciales. Vimos un breve comentario televisivo y como siempre fue una caricatura de la realidad boliviana: imágenes netamente altiplánicas y, además, de miseria, tomas “in extenso”, rememoración que Bolivia tenía en 1970 cuatro gobiernos en un día, etc., etc. Así no podremos nunca captar capitales privados para Joint-ventures (ya no 23.000% de inflación, etc.) que fueron también ofrecidas. La TV alemana hace ver y escuchar lo que a su clientela le gusta ver y escuchar. Sólo faltaban imágenes de la fiesta de San Ignacio de Moxos con los indígenas emplumados bailando … ¿Joint-venture con socios decorados con plumas y chulus? ¡Vaya!

fecha: 2003-06-01 00:12:32
autor: Willi Noack

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