Una tarea eminente para el 2004 – Willi Noack — 28.12.2003

Una tarea eminente para el 2004 – Willi Noack — 28.12.2003

Santa Cruz de la Sierra – Bolivia, Domingo 28, Diciembre de 2003

La coyuntura es favorable. La convicción de la necesidad de descentralizar para llegar a regiones autónomas forzosamente confederadas gana campo. Luego de la convencedora presentación del concepto de Sergio Antelo, ahora Juan Carlos Urenda ofreció una obra sobre el tema en cuestión: La autonomía regional. Ambas obras contaron con el decidido apoyo de un gran público, cada vez más convencido de que Bolivia precisa regiones autónomas. Rubén Costas recordó que un 86% de personas consultadas en 1997 se pronunció a favor de la descentralización, la cual emboca en regiones autónomas. Los resultados de los diálogos nacionales 1997 y 2000 confirmaron esta demanda social. La coyuntura es favorable porque el opositor centralista Goni no pudo obstaculizar la exigencia con argumentos desubicados como el de la ‘sedición’.

La gran tarea entonces consiste en socializar el concepto, demostrar sus virtudes, y buscar una amplia mayoría para esta reforma imprescindible. He aquí unas ideas sueltas (por falta de espacio) que tienen relación importante con este cometido.
El de la diversidad hacia adentro y la unidad hacia afuera representa uno de los argumentos más valiosos, sobre todo cuando Bolivia multiétnica y pluricultural busca soluciones a problemas que surgen de esta realidad.

La democracia en su versión boliviana precisa ajustes, sobre todo en cuanto a la modalidad de elegir autoridades. De paso hay que eliminar la inmunidad léase impunidad.
¡Cuán complicada es la creación y la reforma de la Ley de Leyes! Se puede estudiar este ‘parto’ en el caso de la Constitución para la Unión Europea. El meollo del problema es el equilibrio entre intereses grupales e intereses del conjunto. Sin la sabiduría de los ‘negociadores’ de este acuerdo, no saldrá un proyecto que sirva para construir la paz social en una Bolivia moderna, competitiva, de derecho, con una visión de futuro compartida por la gran mayoría de su población. Pensando en el litio o el gas, y la demostrada impotencia de acordar una solución conveniente para el conjunto, está por demás recomendar elegir ‘negociadores’ que no salgan del panópticum de Alcides Arguedas.
Otro tema que no se trata debidamente con detalles pero que tiene importancia fundamental es la repartición de las competencias en un futuro Estado boliviano descentralizado, determinar la competencia de los gobiernos municipales autónomos, la de las mancomunidades constituidas para ‘fines comunes’, la del gobierno departamental y la del gobierno federal nacional. Además tienen ‘gobiernos’ en los TCO’s (que no respetan forzosamente la CPE). Repartición de competencias no quiere decir otra cosa que ¿quién tiene la última palabra sobre asuntos colectivos? En la actualidad, rechazada, se concentra este poder en el gobierno central, y la lucha por la autonomía regional pretende transferir este poder a otros niveles. Favorable, sin duda alguna, sería transferir cuanto más mejor a los gobiernos municipales, y estimular, para ‘fines comunes’, la conformación de mancomunidades. Indudablemente se precisa un poder de nivel intermedio, y son los futuros gobiernos autónomos regionales (departamentales), y por supuesto debe haber un gobierno central. El único principio para guiar esta repartición consiste en la subsidiaridad.

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fecha: 2004-01-11 21:42:10

autor: Willi Noack

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