La prensa informó recientemente: “… esta mañana se realizó el lanzamiento del Diálogo departamental 2003-2004 como antesala del Diálogo Nacional 2004, denominado Bolivia Productiva.” Sigue: ”En el diálogo 2004, el tema fundamental será el análisis de la situación económica y especialmente la realización de propuestas y alternativas que cambien las estructuras del aparato productivo excluyente que existe actualmente.” Y consta: “… la secretaría técnica del Diálogo Nacional realizó una revisión histórica de los anteriores diálogos, 1997 y 2000, en los cuales se aprendió mucho y se logró institucionalizar esta alternativa de participación ciudadana.” Para saberlo: “El diálogo nacional 2004 tiene 4 fases, el pre-diálogo con organizaciones sociales mediante diagnósticos participativos; posteriormente las mesas municipales en los 314 municipios; la tercera fase serán las mesas departamentales en coordinación con los consejos departamentales, y como cuarta y última fase la Mesa de Diálogo Nacional para diseñar una estrategia productiva nacional.”

No cabe duda: se debe consultar cada tres años, por condicionamiento ineludible de los condonantes, a la población boliviana si el dinero condonado en el marco de HIPC ha logrado su propósito, léase: para medir si la Estrategia Boliviana de Reducción de la Pobreza, la “EBRP”, ha realmente podido reducir los escandalosos niveles de pobreza en el país.

El programa HIPC (sigla en inglés; en español “país pobre altamente endeudado” – característica que lamentablemente describe Bolivia acertadamente) tiene una duración de 15 años. Bajo una serie de condiciones está previsto condonar unos 1.600 millones de dólares. En vez de pagar a los acreedores, este dinero debe servir para reducir la pobreza.

Para escuchar la voluntad de la población se organizaron, en 2000, las llamadas “mesas municipales” y “mesas departamentales”. La mesa final, la nacional, no se realizó. Los resultados están documentados en forma contundente en un libro del gobierno. No puede sorprender que en el Diálogo se exigió realizar profundas reformas del Estado, para garantizar que el dinero efectivamente logre el propósito. La EBRP recoge muchos, ¡pero no todos!, reclamos de las mesas., que han sido congruentes en gran medida con la consulta realizada por la Iglesia, bajo le denominación “Jubileo 2000” y con una consulta (1997) del Comité pro Santa Cruz entre 185.000 personas, sin olvidarse de las incontables consultas en seminarios-talleres FODA, organizados por los Fondos nacionales.

Los reclamos tajantemente exigidos eran los de siempre: Descentralización para dar autonomía a las regiones, elección directa de las autoridades, eliminar la impunidad de los parlamentarios, garantizar una verdadera división de los tres poderes, despartidarizar, funcionario público de carrera, etc.
No fueron cumplidas estas exigencias. El aparato del Estado sigue siendo ineficiente, sigue la corrupción. No hubo ‘voluntad política’. El diagnóstico identificó el cáncer, pero no reformaron las instituciones, sino crearon “paliativos” para emborrachar la perdiz: controles sociales en vez de fiscalización rigorosa.
DN 2004: ¿diagnosticar nuevamente lo que se re-sabe, sin que exista voluntad política para reformar? Gracias.
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fuente: http://www.el-deber.net/20040125/opinion_5.html