No puedo callarme sobre el Plan de Mesa – Willi Noack – 6.2.2004

Santa Cruz de la Sierra – Bolivia, Viernes 06, Febrero de 2004
No puedo callarme sobre el Plan de Mesa


Willi Noack

La base del presente artículo son mis apuntes hechos durante el discurso del Presidente Mesa; la separata del Programa Económico y muchos comentarios encontrados en la prensa digital. Además, la lista de los 23 decretos y tres leyes.

¡Tantas ideas nuevas y prometedoras (¡si se cumplen!) merecen un fuerte aplauso (que no escucho). Escucho más bien crítica mediocre, no fundamentada y sin ofrecimiento de alternativas, cuyo motivo es no querer aportar al éxito del plan con el sacrificio financiero propuesto. Pero ¿necesitamos reformas? ¡Por supuesto que sí! , pero que no sea yo quien pague…
Estos son comentarios preliminares pues hay que estudiar los decretos supremos sabiendo que el diablo no duerme. Juzgando con criterio de economista, sobre la base del discurso escuchado, se trata de ideas inteligentes, coherentes, factibles, socialmente equilibradas. Muchas ideas son programas de grupos que hoy no aplauden.

Es totalmente irresponsable cuando en la misma noche y sin haber analizado mínimamente el plan ya se anuncian movilizaciones (COB, COD, sindicatos). Esta actitud confirma lo que mucha gente opina: algunos quieren producir anarquía y caos, sea el plan que sea. Ahora es el momento de rechazar la amenaza de causar nuevamente estallidos, como muchos paceños rechazaron últimamente una marcha de protesta. No es democracia cuando una minoría aterroriza a una mayoría silenciosa.

Para que el caos y la anarquía no sucedan nuevamente es imprescindible que todos los grupos que opten por la evolución en vez de la revolución, digan que están de acuerdo con el plan del Presidente y a regañadientes traguen el ‘sapo feo’ que el plan prevé para ellos y es pagando impuestos y precios algo más caros. No es sólo ingenuo sino peligroso rechazar el sacrificio que el Plan Económico exige a cada grupo, pues la alternativa es, sin duda, el caos, los muertos y las bancarrotas. La paz social cuesta, pero la guerra social cuesta mucho más.

Es ahora que los grupos deben domar su egoísmo y mostrar que pueden superar la vergonzosa brecha entre pobres y ricos; superar ‘la exclusión’, y ‘las injusticias sociales’, no es un mero enunciado, sino un compromiso para con Bolivia.

¡Ideas nuevas y prometedoras! Algunas han sido reclamadas durante años. Ahora que se vislumbra que los sueños pueden convertirse en realidad, falta el aplauso fuerte. Un amigo boliviano me explicó que en el ‘modo de ser boliviano’ prevalece la mezquindad.
Es ahora que el pueblo debe escuchar a los líderes entendidos en la materia un claro sí al Plan Económico exigiendo que todos aquellos temas todavía no tocados (difícil en la actual delicada situación política del gobierno sin mayoría en el Parlamento) sean sujeto de una ampliación del plan en la próxima fase, por ejemplo, ampliar el universo de contribuyentes, luchar contra el contrabando, formalizar a los informales y los muchos temas que en esta primera fase no fueron tocados.
Finalmente, dudo que la empresa estatal sea una buena solución, y dudo que se pueda manosear, en nombre de la soberanía, impunemente contratos internacionales, sin dañar la solvencia crediticia.

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fecha: 2004-03-02 22:58:23

autor: Willi Noack

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