Demagogia interesada en la descentralización – Willi Noack — 1 .8.2004

Santa Cruz de la Sierra – Bolivia, Domingo 01, Agosto de 2004

Demagogia interesada en la descentralización


Willi Noack

En la agenda del país está con prioridad la reforma estructural. Mediante la descentralización hace falta otorgar autonomía regional y lograr la convivencia de estas regiones autónomas mediante una confederación. La protesta contra el centralismo data de décadas atrás. Hasta la fecha se han impuesto las fuerzas centralistas. Las manifestaciones a favor de una descentralización son masivas: los diálogos nacionales de 1997 y de 2000, y con 300.000 personas consultadas por el Comité pro Santa Cruz, en 1997, reclamaron con insistencia esta descentralización como una demanda mayoritaria. La descentralización a través de lamunicipalización representa un avance y merece una consolidación. El principio para repartir, en un Estado moderno democrático, las competencias entre sus tres niveles se llama

subsidiariadad, y postula que se deben resolver los problemas en el nivel más bajo y recién pasar la tarea al nivel inmediatamente superior cuando sobrepasa la capacidad del nivel inferior. Por supuesto deben repartirse las asignaciones de los fondos públicos conforme a las funciones de cada nivel.
Esta argumentación fue utilizada para promover la Ley de Participación Popular, hace diez años, y hoy es una realidad que, aunque inconclusa, deja sus frutos ampliamente reconocidos. Lo que hace falta cambiar es la Ley de Descentralización Administrativa, que de descentralización no tiene nada. La discusión pública sobre el ‘sistema perverso’ legalizado con la engañadora Ley de Descentralización Administrativa (EBRO) se adormeció, y ha vuelto a la palestra en forma del reclamo por la ‘autonomía regional’, protagonizado principalmente por Santa Cruz.

Aparentemente hay ciertas confusiones sobre los cuatro conceptos que conforman las reformas necesarias y que son descentralización, autonomía regional, federalismo y subsidiaridad. Estas confusiones permiten a los adversarios de la descentralización utilizar argumentos falsos e inválidos. Lo que más confunde a la población que no dispone de mayores conocimientos de la materia, es la mentira de que la descentralización exigida conlleva a la división del país, a la desmembración, a la sedición. ¿Acaso la descentralización a través de la municipalización ha producido tales resultados? ¡Dejemos de especular sobre los motivos para mentir a los bolivianos referente a las consecuencias de reformar el Estado respetando la autodeterminación sobre asuntos que afectan a los ciudadanos que habitan en una determinada región! Nadie sabe mejor cuál es su problema que el mismo afectado. Este argumento fue utilizado acertadamente en la propagación de la Participación Popular, y es un argumento válido cuando ahora se trata de la descentralización regional, que debe incluir forzosamente la modificación de las modalidades de elección de las autoridades, donde radica un mal que produce muchas fallas en la organización del Estado, fomentando la corrupción.
Acabo de aprender que en 1931 hubo en Bolivia un referéndum que apoyó la descentralización, H.C.F. Mansilla hace recordar en una reflexión sobre el tema del Referéndum, de las autonomías regionales y de un recuerdo histórico (publicado en Eforobolivia) que “El plebiscito aprobado por el pueblo boliviano el 11 de enero de 1931 … constaba de nueve preguntas, todas ellas de gran relevancia político–institucional. Mediante la aprobación del plebiscito por una amplia mayoría se decidió … establecer autonomías departamentales con atribuciones muy importantes…”

www.eforobolivia.org
http://www.bolivia-riberalta.com

fuente: http://www.eldeber.com.bo/20040801/opinion_4.html

fecha: 2004-08-25 15:41:05
autor: Willi Noack

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