El problema con las minorías — Willi Noack 04.09.2004

El problema con las minorías

Willi Noack

La minoría perdedora en votaciones democráticas no acepta la voluntad de la mayoría.

La minoría que se constituye en la oposición debe convencer al pueblo que maneja mejores opciones para ser elegida democráticamente en los próximos comicios.

El caso de Venezuela es patético, pese al aval de que no hubo fraude en el referéndum que ganó Chávez con el… 59 % versus. 41 %: los perdederos no ceden.

No menos patéticos son muchos casos en Bolivia. Conocemos tantos casos en los que el pueblo se pronunció, sea en comicios, en Diálogos Nacionales, en encuestas y consultas, y ni el parlamento, ni el ejecutivo hicieron caso. Ultimo ejemplo: el Referéndum vinculante sobre hidrocarburos. Hubo un voto vinculante pero, ¿qué pasará? ¿Qué pasará si los resultados de un próximo referéndum sobre la descentralización resulten en autonomía regional y forzosamente en un federalismo, bajo subsidiaridad? ¿Obligará, de manera vinculante, al Gobierno y al Parlamento a otorgar la autonomía regional?

El principio de que la minoría respeta la mayoría representa uno de los pilares de la democracia, pero la práctica cotidiana muestra y nos enseña que si los grupos no se pueden imponer en las urnas, poco les importa, pues van a la calle, al bloqueo, a la huelga de hambre, al paro indefinido, a la crucificación, siempre “hasta la última consecuencia”.

Esto va con la constatación de PNUD, en su Informe sobre el Desarrollo Humano 2004, donde denuncia que el grado de intolerancia en Bolivia llega a un alarmante 80%, con muy poca variación entre bolivianos urbanos y rurales, entre bolivianos ricos y pobres, entre bolivianos de auto-identificación indígena o mestiza. Es la expresión de un alto grado de predisposición a la pelea, y se manifiesta lamentablemente a diario en los matutinos que testimonian la veracidad de esta característica nacional.

Cuando se habla de la falta de respeto por la institucionalidad, o por la ley, ni siquiera hablo de respeto por la CPE, y cuando los fallos de las máximas instancias jurídicas se desobedecen, todos estos casos tienen en el fondo un denominador común: la poca disciplina, pero imprescindible, para aceptar un orden legal, lo que conlleva a una permanente ingobernabilidad. ¡La ley es necesaria y debe ser acatada, pero no por mi persona sino por todos los demás! Y así se producen “luchas” sin reglas, y se pierden dinero y esfuerzos de trabajo en peleas que perjudican al país, irresponsablemente dedicados a protestas y contraprotestas y dejando de trabajar y progresar.

La minoría violenta y agresiva, sobre todo cuando su impacto convencedor es débil y su arrastre en el votante es bajo, provoca consecuencias desastrosas. Ceder ante el chantaje de una minoría y sacrificar el sano criterio, “dialogando”, es el mecanismo que se emplea con preferencia, a sabiendas de que mañana se venga la irracionalidad de haber cedido y prometido algo que no es factible porque la lógica ha sido violada. No hacen lo necesario pero imprescindible -por más que sea mal visto- y hoy producen situaciones que en el futuro fácilmente escapen del control. Congelar el precio del combustible (o del pan) es la garantía de que habrá un verdadero gasolinazo. Prohibir la importación de ropa usada será una medida que por necesidades sentidas será revocada en el futuro, igual que la prohibición de importar “transformers” fur revocada.

¿Qué hacer para invertir esta situación? No lo sé, quizás con determinación imponer la Ley, hacer prevalecer el Estado de derecho, pero seguramente no negociar para salir del apuro del momento, pues no es ninguna salida.

www.eforobolivia.org – 3 años en Internet

www.bolivia-riberalta.com

fecha: 2004-09-30 19:07:19
autor: Willi Noack

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