Lecciones que debemos aprender — Willi Noack — 10.6.2005

Lecciones que debemos aprender

Willi Noack

La joven democracia boliviana sufrió un golpe a la constitucionalidad casi letal y solamente aparentemente ha sido evitado. Por su rol jugado, el retrato de Mesa será posiblemente colgado a lado de Pando, por más que Mesa afirmó que “…todo mi trabajo ha sido por el bien de Bolivia…”. La historia va a juzgar, no él. (ver anexos, WN)

El guión de la agresión fue copiado de Adolfo Hitler: incrementar al máximo el chantaje hasta que la población –casi- agradece al causante por ya no cometer crímenes.

Paz social duradera habrá recién cuando termina la histeria socialista-comunista.

Es muy preocupante el descuido de la reacción de la comunidad democrática internacional, de la ayuda depende Bolivia – ¡vaya soberanía! El riesgo país no puede ser peor, ningún capitalista invierte en un país como Bolivia.

La democracia exige un Estado fuerte que impone imparcialmente el principio de autoridad sin miedo, por supuesto siempre y sin excepción en el marco legal.

Partidos políticos anticonstitucionales son prohibidos en países con democracia consolidada y instigadores de violar la CPE están en la cárcel.

Sobre las leyes y su aplicación ¡y mucho menos sobre la CPE! No se puede “dialogar” con una permisividad totalmente inaceptable. Gobernar con “mano dura” en base de las leyes es un pedido nacional. Eso significa utilizar el monopolio de la fuerza y a emplear la Policía y las FF.AA. para imponer, sin titubear, la ley. Es menester un reconocimiento a ellos que resistieron cualquier apetito de usurpar el poder, más bien han sido firmes defensores del orden democrático. Aplauso.

El principio de la libertad, pilar fundamental de la democracia, es débil y sus agresores utilizan los privilegios que otorga esta libertad para eliminarla, ver el caso del diputado con inmunidad que lideriza el caos.

Otro principio es el respeto de la minoría por la voluntad de la mayoría. Si el MAS pierde en las próximas elecciones, es de suponer que va nuevamente a la calle y se reeditará el caos que ha sido en este momento superado pero – ¿hasta cuando?

No es el momento que la masa silenciosa cante aleluya. Es muy optimista cuando se consta “Ahora que cese la presión social…” (EL DEBER, Editorial, 10.6.2005).

Un MAS perdedor va a denunciar con mentiras y como sea que el próximo congreso está conformado por representantes de la oligarquía, burguesía, lacayos de las empresas internacionales, etc. y quizás hablar de fraude electoral. De esta manera va a autoproclamarse como la “verdadera fuerza y la voz del pueblo”. Todo eso por demás conocido…., copiado fielmente de Adolfo Hitler, el gran criminal del siglo pasado.

El nuevo Presidente tiene la tarea de pacificar el país. Con mano dura. ¿Es posible cumplir con esta tarea sin reproducir el caos que actualmente pasó – ¡pero ¿por cuanto tiempo!?

“… plantearon la necesidad de que el jefe del MAS, así como todos los demás liderzuelos de la sedición contra la democracia, suspendieran inmediatamente toda medida de presión…”—“Si Evo Morales (…) comete delitos tipificados por el Código Penal (…) tiene necesariamente que ser enjuiciado al igual que todos los demás capitostes del actual desorden.” (el citado editorial). Muy bien dicho, pero ¿es factible considerando la agresividad y el fanatismo de los liderzuelos? Así tiene que ser, pero ¿no significa el “segundo round” de la marcha hacia la revolución? En la misma edición de EL DEBER reafirman estos capitostes no abandonan sus exigencias….. No tienen otro objetivo que la revolución para instalar un sistema socialista. La nacionalización es inviable, pues no hay capital que sale de ahorros internos. Recordémonos del litio.

Siguen las exigencias izquierdistas. El éxito de los anarquistas en Sucre mediante chantaje va a motivarles a seguir con la agresión. Lo que vivimos es un cuarto intermedio – nada más. Lo siento.

www.eforobolivia.org

www.riberalta-bolivia.com

(Artículo de opinión para EL DEBER, edición del 12.6.2005)

Relacionado:
Bolivia: El poder al alcance de los trabajadores y campesinos – EL MILITANTE – 10.6.2005
EL PRESIDENTE MESA, EL KERENSKI BOLIVIANO – Wilson Jaime Villarroel Montaño – 14.6.2004

Anexo:

COLUMNA EN “LA RAZON” DEL 12 DE JUNIO DE 2055

Demasiadas heridas
Humberto Vacaflor*

La peor sospecha de este momento es que algo muy delicado se acaba de romper en el país. No es que se haya ido el presidente Carlos Mesa, que recibió al país en crisis y lo dejó en estado de coma, sino la manera cómo se fue.

Se fue desgarrando al país, agrandando una grieta peligrosa. Él había reclamado para sí mismo el derecho a la sucesión presidencial en octubre del 2003 incluso a costa de habilitarse para ello con una traición. Traicionó a su ídolo.


Pero se fue del cargo traicionando a la Constitución. Él era el único que no podía darse el lujo de recomendar nada en ese momento. Ni decir cómo debía ser la sucesión.


Si Hormando Vaca Díez y Mario Cossío no podían ser presidentes, aunque la Constitución lo ordenaba, porque representan a partidos políticos desprestigiados, había que hacer las cosas con cuidado para no afectar a dos regiones muy importantes, vitales, del país.

¿Cómo decirles ahora a cruceños y tarijeños que la trama armada para evitar la presidencia de Vaca Díez y Cossío no estaba inspirada en afanes regionalistas, paceñistas? Quien debía cuidar ese detalle era, en primer lugar, el Presidente de la República. Tenía que haber manejado las cosas de tal modo que de ninguna manera pudiera surgir esa sospecha. Al contrario: metió la cuchara, se puso de lado de Evo Morales, quien odia también a los cruceños. Perdió una excelente oportunidad para quedarse callado. Contó con la ayuda de Juan del Granado, que decidió hacer huelga de hambre (en La Paz no había comida) contra Vaca Díez, en lugar de hacerla a favor de su ciudad.

Lo demás lo hicieron un grupo de campesinos de Pacajes (La Paz) que llegaron en camiones expresos a Sucre, mineros que llegaron en omnibuses alquilados no se sabe por quién. El combustible para estos vehículos lo hubieran deseado los hospitales para sus ambulancias. Un periodista de “Fides” estaba impresionado por la coordinación con que actuaban los manifestantes que atormentaron a Sucre, usando modernos equipos portátiles de radio.


El país ha quedado herido. El discurso de Vaca Díez hizo alusión al fondo del tema. Dijo que él es cruceño y que para ser boliviano no necesita el permiso de nadie, igual que todos sus paisanos. Mostró que había entendido el sentido de la ofensa. Pero fue muy digno y dio un mensaje de unidad nacional que tendría que tranquilizar a quienes miramos con angustia lo que está ocurriendo.

Ahora, a don Eduardo Rodríguez, inocente de todo esto, le toca hacer algo por restañar las heridas abiertas en estas semanas. Pero sería bien que nadie más, con ningún motivo ni pretexto, vuelva a jugar con estas cosas que afectan a la unidad nacional. Esos sí que son pecados de lesa patria.


El señor Evo Morales le ha hecho a Rodríguez una primera advertencia a los pocos minutos de producido el cambio. Dijo que su partido “vería mal” que designe a Chunca Gutiérrez como ministro de la Presidencia.


Es decir que estos sabuesos no quieren soltar la presa. Ellos pueden decidir ahora quiénes serán los ministros de Rodríguez y quiénes no. ¿Por qué no? Si pueden decidir, contra la Constitución, quiénes pueden ser Presidente y quiénes no, pueden todo. Como en los tiempos de los viejos golpes, ahora la Constitución está en vigencia, salvo en aquello que contradiga los principios de quienes verdaderamente nos gobiernan.

*Humberto Vacaflor G., es periodista.

fecha: 2005-07-25 17:18:42
autor: Willi Noack

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