Santa Cruz de la Sierra – Bolivia, Domingo 26, Junio de 2005

Willi Noack ®® desde Bruselas

Parece que esta palabra puede describir el sentir colectivo actual en Europa. Para sorpresa de muchos se ha manifestado con fuerza con el ‘non’ francés y el ‘nee’ holandés, además del fracaso sobre el financiamiento de la UE, que muchos ‘supuestos’, que muchos factores importantes han sido equivocados. De pronto, esta nueva revelación obliga a cuestionar las bases del proceso iniciado hace cinco décadas con miras a la unión política europea, con la delegación de importantes derechos soberanos nacionales a un gobierno federal de 25 países. Parece que la creación de un supergobierno es temida por la pérdida de autonomía nacional, subestimándose así los resultados positivos. Existen paralelos interesantes con el clamor cruceño por la autonomía.
La perplejidad está acompañada de fuertes temores. Son temores amorfos, no muy explícitos, no muy reales hoy, pero -¡quizás!- una amenaza mañana. Es un tiempo de supersticiones y no de racionalidad. No hay confianza en un futuro mejor.

Hay temores de perder el mando en la propia casa, usurpada por la superburocracia europea, temores por la inmigración, por la ampliación de la UE de los 25 actuales miembros y a sociedades sentidas como ajenas, por ejemplo la turca. Otros temores, y son más reales, se refieren al futuro económico, el miedo a perder la competitividad en un mundo donde el ‘dumping’ social y el ‘dumping’ ecológico hacen que haya competidores que amenazan el bienestar. Hay cinco millones de desempleados en Alemania y todas las promesas de los políticos de que sus medidas iban a crear empleo no dieron resultado. El miedo económico refleja que la competencia es aceptable por parte de los jugadores globales fuertes, pero los muchos débiles prefieren la protección del Estado contra los vientos fuertes y fríos de la competencia global. China está aterrorizando. La globalización es una realidad, pero puede transformarse en un monstruo.
Perplejidad, pues hay tantas situaciones adversas y no hay una respuesta que inspire confianza. ¿Europa en una crisis profunda? Cierto, pues los procesos de construir la Unión Europea han sido demasiado rápidos y obligan al ciudadano común y corriente a vivir en su rutina diaria como no desearía vivir, cambiando costumbres importantes para su felicidad. El papel del factor ‘bienestar psicológico’ no ha sido respetado por los constructores de la Unión Europea. Pero ya hay líderes que consideran la crisis favorable por su obligación de repensar el proyecto. Podemos confiar en la robustez del proceso. La crisis será superada.

En esta situación de perplejidad rebotan dogmas cual momias políticas, argumentando con la muerte del sistema para instalar un sistema definitivamente inviable: el socialismo. En las urnas, los izquierdistas europeos han captado sólo un 5% de los votos. En Bolivia, los partidos izquierdistas -todos juntos- también tuvieron que conformarse con un 10%; quizás les sirva hoy el financiamiento de padrinos y otras ayudas para mejorar este resultado en las urnas. Lo que marca la gran diferencia es el acatamiento europeo del principio de autoridad, también en estos tiempos difíciles, cuando en Bolivia después de perder en el Parlamento, se lleva la disputa política a la calle.
La situación de Bolivia en los medios se basa en evaluaciones desde la óptica izquierdista. Las críticas bolivianas en torno a la condonación del 41% de su deuda externa caen mal aquí. Ella está claramente condicionada, lo que en Bolivia no se informa con seriedad.
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