Comicios nacionales

recientes (en %)

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3,4

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LCR

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3,3

del Norte

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3,7

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6,4

Los deseos de Willi Noack

Pablo Ruiz Petit

En su columna de opinión (Europa rechaza a socialistas y comunistas, El Deber 28 de Julio), Noack intenta explicar el rechazo de los partidos socialistas y comunistas en la Europa de hoy. Nos bombarda de datos y siglas que requieren de una minuciosa investigación sobre partidos políticos en Europa. Su intención final es hacernos entender que Bolivia debería seguir el paso de aquellos países “civilizados” y abandonar toda idea de izquierda.

Para empezar el debate, definiremos rápidamente el concepto “ser de izquierda”. Podemos ponernos de acuerdo que estas posición politica se enfocan en los ideales de equidad social, economía moral (como explica el mexicano J. Boltvinik: aquella que convoca a existir como resistencia a la economía del “libre mercado”: la ley de la oferta y de la demanda puede estar en equilibrio pero no resuelve el hambre de la gente), y aquellas ideas progresistas que llaman a luchar contra las discriminaciones raciales, sexuales y otras.

Demostraremos por un ejercicio parecido al de Noack, que la tendencia en Europa está lejos de una desaparición de las ideas de izquierda y de sus movimientos.

Primero, el editor de Eforo Bolivia olvida en su artículo los partidos socialistas europeos sin explicarnos si los excluye porque los considera como de centro derecha. En este análisis incluiremos estos partidos visto que el claro ejemplo del PSOE con su retirada de Iraq y la ley sobre el matrimonio homosexual los coloca dentro de una tendencia progresista.

En Portugal, como fue el caso del PSOE en España, el partido socialista ganó las últimas elecciones nacionales conquistando en este caso la mayoría absoluta. Durante las mismas elecciones, la tercera fuerza política en este país ibérico resultó ser el partido comunista, información que omite el autor del artículo de El Deber. En Bélgica, el PS también hace parte de la coalición del gobierno siendo la primera fuerza política (país donde por ejemplo también el PS jugó el principal rol en la legislación sobre el matrimonio homosexual y la incorporación del voto a extranjeros en elecciónes para alcaldes). En Francia, las fuerzas de izquierda impidieron que se apruebe el referéndum francés sobre la constitución Europa, movilizadas particularmente por la rama progresista del PS francés. El miedo a perder los logros sociales y una constitución considerada demasiado neoliberal puso en jaque a la derecha, partidaria del Sí. Durante las elecciones presidenciales del 2002, las fuerzas “radicales” de izquierda (no cuenta con el PS francés de centro izquierda) y partidarias en el referendum del No ganador obtuvieron 16% del voto general, resultados que no indican una extinción de estas tendencias políticas. Finalmente, en Alemania, el partido de Oskar Lafontaine, anclado fuertemente a la izquierda del mapa político, se perfila como tercera fuerza del pais, particularmente en la ex – República Democratica Alemana.

Noack analiza 15 países de la Unión Europa, donde en realidad son 25. En efecto, este año llegaron 10 nuevos países, la mayoría ex países socialistas. Uno de los más conservadores y aliado cercano a EE.UU. por razones históricas, Polonia, está gobernado por el partido socialista. En la República Checa, quizás el país estrella de los ex-países socialistas, tuvo en sus elecciones del 2002 como ganador también el partido socialista, con un discurso de campaña inclinado fuertemente a la izquierda. Sorpresivamente, la tercera fuerza política es el partido Comunista, con un total de 18% de la votación. Se observa una situación parecida en Bulgaria y otros países del ex bloque sovietico.

¿Cuáles son las propuestas de estos partidos de la izquierda europea? Más allá de las políticas progresistas – regulación de ilegales por ejemplo- ofrecen principalmente mejorar aún más las condiciones de trabajo, (perfecto ejemplo es la propuesta de las 35 horas de trabajo por semana en Francia) y mantener la protección social que existe en esos países.

Y este es el punto principal que Noack olvida: lo fundamental no está en la situación de la izquierda en Europa; está en lo que Europa debe históricamente a la izquierda. La mayoría de la nueva Unión Europea (25 países), gozan de lo que podríamos llamar un “paraíso social”: fuertes leyes de protección al trabajador, buena calidad de educación, seguridad en salud, desempleo y medio ambiente; sociedades seculares, lucha contra las discriminaciones y una casi perfecta igualdad entre hombres y mujeres, entre otras cosas.

En Europa occidental, los logros sociales que ahora disfruta la sociedad fueron adquiridos gracias al miedo de las élites a los partidos Comunistas y otros movimientos de izquierda que pertenecían a la arena política nacional. En materia de igualdad entre hombres y mujeres, P. Anderson de la Universidad de California explica en su último libro (Between Sex and Power: Family in the World, 1900 – 2000) la importancia de la revolución rusa de 1917 para romper con el patriarcado familial y cambiar las leyes fuertemente pro-masculinas del código napoleoniano regentes en los países de Europa. Ese continente también le debe a la izquierda la fuerte tradición de sindicalización de sus trabajadores en contraste con el triste 13% en EE.UU. (tan solo 8% en el sector privado). Sindicalización que permite hoy en dia frenar las políticas neoliberales que intentan imponer las élites financieras europeas para romper con el sistema de protección social.

Del mismo modo, el autor del artículo de El Deber, no rescata nada bueno de la experiencia “socialista” en los países de Europa del Este y sentencia esta experiencia como un “fracaso del socialismo-comunismo”. Le recordaremos los grandes logros en educación, salud y principalmente los logros en equidad social.

Hoy en día, los niveles de educación en aquellos países se mantienen muy altos, ofreciendo grandes posibilidades laborales a la hora de unirse con los ricos países de la UE. En términos del IDH (Indice del Desarrollo Humano), estos países se mantienen por encima de países “exitosos” como es por ejemplo Chile.

Pero para los “izquierdistas”, una de las principales tareas es el de la equidad social. Los logros de la experiencia socialista – y su alcance a sus vecinos – son indiscutibles. El índice GINI de las Naciones Unidas indica el nivel de inequidad en ingresos o consumo (más bajo el puntaje mayor equidad; más alto el puntaje, mayor inequidad social). El campeón mundial de la inequidad no deja de ser Brasil con 59.1 puntos. Otros países como Chile (57 puntos) y México (51 puntos) muestran la alta injusticia social que existen en nuestros países latinoamericanos. ¿Donde están los países que experimentaron diferentes políticas de izquierda durante décadas? Primero Europa occidental: Bélgica 25 puntos, Francia 32 puntos, España 32 puntos, Noruega (primero en el IDH) 25.8 puntos. Segundo, aquellos de la Europa ex “comunista”: Polonia 31 puntos, Bulgaria 28 puntos, la República Checa 25, Hungría 24 puntos. En este grupo de países encontramos al campeón mundial de la equidad social: Eslovaquia con 19 puntos.

¿Donde estamos los bolivianos? No muy lejos de los EE.UU.: tenemos 44 puntos cuando la rica potencia del norte tiene 41 puntos.

Noack tiene razón en ver a Europa como un modelo. Pero desafortunadamente para nosotros, no podemos compararnos con ellos, porque no vivimos en la Europa post moderna del siglo XXI, si no en la Europa de fines del siglo XIX.

fuente: http://www.bolpress.com/opinion.php?Cod=2005002671