Desigualdad social – Willi Noack – 8.9.2005

Desigualdad social

Willi Noack

El disparador de este artículo es el titular de The Miami Herald del 8.9.2005: “ONU: desigualdad social pone en riesgo la democracia en Bolivia”. Cita: “El ingreso del 10% que posee mayores ingresos supera en 90 veces el ingreso del 10% de los más pobres”, dice el informe y agrega que “las diferencias basadas en la riqueza son el primer eslabón de un ciclo de desigualdad que persigue a la gente durante toda su vida”. El informe 2005 del PNUD revela estos datos escalofriantes.

Esta enorme brecha es denunciada como exclusión, como falta de oportunidades. Todos los gobiernos después de 1982 han incluido en sus Planes PGDES la imperiosa lucha contra la pobreza. Pero los resultados concretos han sido pobres. La distribución no es percibida -¡y efectivamente no lo es!- como socialmente justa. Es por eso que es fácil organizar violentas protestas pues se reduce cada vez más la paciencia y la fe en las promesas de que habrán días mejores. Este descontento está siendo instrumentalizado para protestas callejeras que resultaron y resultarán en crisis de la gobernabilidad.

Una concentración de las bonanzas del orden económico es un fenómeno inherente pues se basa en la iniciativa privada y es obvio que los individuos tengan diferentes posibilidades y ambiciones de producir y ocupar sitios rentables en la economía. El orden del libre mercado es favorable, quizás excesivamente (¿?),para los fuertes y castiga a los débiles (de bajos niveles de instrucción, de poca iniciativa empresarial, de mentalidad pre-moderna, de poca iniciativa individual, etc.). Es la razón por la cual se reconoce la función del Estado de redistribuir en lo social. Y aquí tenemos en el caso concreto de Bolivia un mayor problema: el Estado permite que el egoísmo individual o grupal de los sectores se imponga en desmedro de los intereses colectivos. Este egoísmo de hacerse rico sea como sea, inclusive con actos criminales, es la causa de fondo de la corrupción. Es un egoísmo tonto porque genera crisis permanentes y fomenta el peligro de estallidos sociales que pueden resultar en la pérdida de la democracia si se constituye un sistema dictatorial de la calle, irrespetuoso por el orden constitucional.

Propuestas de populistas de que se debe fundar una sociedad de hojotas, es decir nivelar hacia abajo, para distribuir igualitariamente la pobreza entre todos es una perversión de la idea de la justicia social. No, el afán debe ser construir una sociedad próspera con la participación de la mayoría de la población en los frutos, es decir buscar la nivelación hacia arriba. Además, desde George Orwell y su Granja de Animales sabemos que todos son iguales, sin embargo siempre algunos son más iguales, también en el socialismo o comunismo. Una sociedad sin privilegiados es una utopía.

El hecho que las 500 personas más ricas del mundo son tan ricas como los 416 millones más pobres ilustra la concentración (El Mundo/Es, del 8.9.2005). Miremos el caso de Bill Gates. Dicen que tiene una fortuna de 50.000.000.000 (cincuenta mil millones) de dólares, “Bill Gates, de ‘niño prodigio’ a la mayor fortuna personal del mundo” ha sido el título de una nota de El Mundo/Es. ¿Quién no puede pensar que eso ya es absurdo? – la envidia es una característica bastante común. Pero los que observan esta increíble concentración y desean que también Gates ande en hojotas tienen que pedir orientación a sus ex camaradas chinos en la materia de la macroeconomía, pues China está desde 1978 con el capitalismo y el libre mercado y les va bien sin el comunismo. Gates empezó en el proverbial garaje. Ha sido sobresaliente. Vende un producto que el consumidor está dispuesto a comprar a precios altos permitiendo alta ganancia, pese a que haya competencia — y hasta gratis (LINUX). Lo que es indispensable: que los super ricos paguen sin evasión los impuestos sobre este éxito anhelado, expresión visible de su éxito empresarial, socialmente deseable, individualmente motivador, etc. En otras palabras, es de desear que muchos bolivianos competitivos tengan un gran éxito en sus actividades formales y lícitas. Y llenen las arcas del TGN con muchos impuestos. El flagelo de Bolivia es justamente la informalidad, la evasión del pago de tributos, y la “merma” en la inversión pública.

El Estado debe invertir estas recaudaciones “sin merma” (corrupción). Un Gates exitoso es generador de fuentes de trabajo; con sus impuestos es financiador de obras sociales, es un agente del progreso. Las obras sociales financiadas con sus impuestos de empresario fuerte vienen a favor de los débiles. El Estado con orden de economía SOCIAL de mercado ofrece protección contra adversidades del individuo, pero lamentablemente hay aprovechadores de esta solidaridad. La corrupción es un acto criminal contra la solidaridad, pero en la realidad boliviana casi impune, altamente rentable y aumenta el estatus social. El principio consiste en ayuda para autoayuda, no en subsidios para flojos. Es una verdad silenciada de que la pobreza anda a veces en pareja con la pereza.

Todos estos comentarios no son novedosos.Todos sabemos qué es lo que debe mejorarse – pero no sucede. Hasta que el cántaro se quiebra….

www.eforobolivia.org

www.riberalta-bolivia.com

(Una versión corta de este artículo de opinión será publicado en EL DEBER, en fecha 11.9.2005)

fecha: 2005-11-07 17:34:17
autor: Willi Noack

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