¡Tengo que frecuentar aún más los “cafeces”! – Willi Noack – 14.10.2005

¡Tengo que frecuentar aún más los “cafeces”!

Willi Noack

Es estos tiempos de incertidumbre no basta ver los canales de TV o leer los matutinos nacionales. Complementando la información que ellos divulgan con navegaciones dirigidas en la Internet y consultar la prensa internacional es de mucha ayuda para conseguir las fichas que en su conjunto permiten obtener una aproximación de un cuadro de la Bolivia polarizada y de las intenciones de los partidos políticos y los protagonistas principales en la presente coyuntura.

El problema no consiste en la falta de información variada e imprescindible sino en la “discreción” con la cual se la maneja. ¡Apuesto a que se sabe mucho más de lo que se difunde! Y es como con el bikini: lo más interesante no se muestra.

En esta necesidad de llegar a información clasificada privada y que no está destinada a la masa de los electores (por velar en mayor grado por las verdaderas intenciones de todos los agentes en la actual lucha por el poder), es de gran utilidad conocer lo que circula en la Internet, en las listas de grupos, en los foros, en los blogs. Ayuda, pues hay más franqueza en hacer conocer las intenciones que delante del público general no se declaran directamente. Hay sitios donde los militantes de una doctrina intercambian sus ideas y donde se proporcionan argumentos para los seguidores de esta doctrina.

En estos rincones cibernéticos, probablemente por sentirse en familia, se utiliza frecuentemente un lenguaje que se distingue por su hormonalidad, agresividad, odio, fanatismo – lejos de una disputa civilizada sobre posiciones opuestas y que nos importan enormemente a sólo pocas semanas de los comicios generales y departamentales. Estas manifestaciones, irracionales en su mayoría, aprovechan del anonimato para poder insultar impunemente sin tener que mostrar la carta. ¡Qué cobardía! – O, más bien, ¿qué precavido? – pues uno nunca sabe si mañana todavía me conviene haberme pronunciado públicamente, con nombre y apellido, en contra o a favor de cierto tema o cierta persona. Un debate público serio sobre las consignas, sobre todo sobre el cómo lograr las ofertas proselitistas, es la excepción.Se fija demasiado en banalidades de los actores políticos en vez de someter -¡sin clemencia!- sus propuestas a las pruebas ácidas, a los rayos X y a las pruebas de fuego para reducir el engaño con mentiras enteras o a medias.

Protegidos por el anonimato, aparte de vulgaridades, circulan muchos chismes, cuya veracidad está – quizás – puesta en duda. Se trata del tema trasversal en la comunicación social: la confianza en la veracidad. Este tema fue enfatizado en días pasados en ocasión del otorgamiento del “Premio Oscar Zambrano” por el Colegio Departamental de Comunicación Social a destacados comunicadores sociales. ¡Un llamamiento oportuno a la conciencia a través del homenaje al ídolo Oscar Zambrano!

Pero todo esfuerzo para informarse a fondo queda corto si uno no accede a los cafés (o similares reuniones sociales entre amigos) donde confluyen los ríos de información no pública. Pues en el país todo se sabe y los secretos son de viva voz. La opinión que escucho con reiteración: prevalece preocupación y (hasta) miedo pues una pacificación urgente del clima social no está a la vista.Prevalece pesimismo en cuanto a la gobernabilidad futura.

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(Artículo de opinión para ser publicado en EL DEBER en fecha 16.10.2005)

fecha: 2005-12-06 17:40:55
autor: Willi Noack

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