¿Quo vadis, BOLIVIA? — Willi Noack – 27.5.2005

¿Quo vadis, BOLIVIA?

Willi Noack

¿Es posible en el día de hoy, 26 de mayo de 2005, pronosticar a donde irá el país?

Probablemente no. Como nadie tiene la famosa bola de cristal, el intento de responder a la pregunta resulta mera adivinanza o especulación. La incertidumbre radica en la falta de información precisa sobre las intenciones de los principales actores en la confrontación que convulsiona actualmente la sociedad. ¿Cuáles son las verdaderas intenciones, las declaradas, pero también las ocultas? ¿Cuál es el grado de insistencia en perseguir planes políticos, y cuán grande es la obstinación de unos pocos cabecillas de imponer su dogma? ¿Cuán determinante es la defensa del orden constitucional a cargo de las autoridades que han jurado garantizar este orden lo que incluye utilizar el monopolio de la fuerza, léase: emplear las fuerzas del orden?

La minoría radical extrema tiene en jaque a la gran mayoría, abandonada por las instituciones que no cumplen con firmeza, y con la Ley en la mano, la obligación de garantizar el goce de los derechos fundamentales otorgados en la CPE.

El futuro del país depende de la obstinación de algunos grupos minoritarios (vaya “movimiento social” – muchos son radicales criminales) que actúan con una enorme agresividad,frente a un ejecutivo que reiteradamente ha confirmado su rechazo al empleo de la fuerza contra agitadores. Los últimos días han revelado que la ambición de los radicales agitadores de tumbar el actual orden constitucional no tiene limites. Su fanática agresividad debe tomarse en serio, pese a su número reducido, pues cuenta con un botín de guerra lleno, con logística moderna, con asesoramiento experto, con medios de comunicación (que engañan a la opinión pública internacional), con experiencia adquirida por grupos en otros países. Con el dinero se compra la “militancia” de personas que no tienen nada que perder. Si no acatan por recibir algunos pesos y la comida, se las obliga mediante amenazas y castigos,al mejor estílo de regímenes fascistas.

Con bastante probabilidad se puede excluir que un golpe militar prospere, pues no están dadas las condiciones. No obstante, el temor existe por la tradición y experiencia históricas, ya que situaciones de extrema convulsión favorecieron en el pasado el surgimiento de dictaduras.Con similar probabilidad, para no decir seguridad,se puede asumir que una revolución socialista-comunista no tendrá futuro, dado quela dependencia de la ayuda internacionalenseñaría alos soñadores que la soberanía de Bolivia tiene estrechos límites. Además, puede llegar el momento que la masa silenciosa que hoy todavía mira desde palco, agote su paciencia y se organice para frenar a los extremistas en su afán destructivo. Todavía no ha llegado este momento, todavía se trata de guardar la paz social.¿Hasta cuándo?Cuando los estallidos sociales escapen del controly ganen una autodinámica que lance a esa masa silenciosa a enfrentarse. Entonces sería nefasto. Sería la confrontación al estilo de los Balcanes.

¿Cuán grande es la irresponsabilidad de los “últras” de llevar la confrontación de ideologías –entre izquierdistas y demócratas constitucionales- a un extremo que hace explotar la sociedad? Es de temerla ambición de ganar la batalla por el socialismo bien camuflado, vistiéndose el lobo de oveja. Esa estrategia no reconoce limites.

Los quepiensen que esta dramática descripción de la situación,el 26.5.2005, sale de la pluma de un apologistadel Apocalipsis,corren el riesgo de autoengañarse con un pensamiento guiado por anhelos (“wishfull thinking”). Hay muy poca gente que juega con dinamita para producir el colapso del orden constitucional. La gran mayoría está mirando indiferente,hasta que sus intereses personales seanafectados.

Deseo sinceramente estar equivocado.

www.eforobolivia.org

www.riberalta-bolivia.com
(Este artículo de opinión será publicado en EL DEBER, en fecha 29.5.2005, ver:
http://www.eldeber.com.bo/20050529/opinion_5.html )

fecha: 2005-07-12 16:47:16
autor: Willi Noack

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