De MAS a menos

Caballero Pregunta

Julio César Caballero M.*

No hay duda, una cosa es con Evo y otra sin él.  Los resultados en las elecciones para elegir gobernadores y alcaldes demuestran que el partido necesita de su caudillo para consolidar su presencia electoral de la forma en que lo hizo en las pasadas elecciones a presidente.  Puede que estos resultados se interpreten como la confirmación de lo imprescindible que es para su proyecto de “cambio”, pero difícilmente Morales podrá zafarse de los resultados negativos en el oriente del país, y la derrota en las votaciones para la alcaldía de La Paz y Oruro, porque personalmente acompañó a los candidatos a quienes apuntaló desde los medios de comunicación del estado y apoyó con sus encendidos discursos. En definitiva, la media luna sigue brillando en el horizonte del país con bastiones de la oposición que confirman la pluralidad de ideas con la que está compuesto el pensamiento de la sociedad civil boliviana.  Esta claro, el discurso del partido de gobierno no convenció al electorado conservador del oriente que puso su confianza en quienes liderizaron los movimientos cívicos y consiguieron que la autonomía forme parte de la agenda prioritaria para los próximos años, de la propuesta a la praxis.  En el occidente surge otro proyecto alternativo al MAS, el Movimiento Sin Miedo como segunda fuerza nacional que deberá recorrer un camino de mayor independencia para consolidarse como alternativa a la hegemonía masista. Para esto tendrá alejarse de la tentación de aliarse con el oficialismo, como lo hiciera durante cuatro años que terminaron en ruptura abrupta al haber probado en carne propia la mordida venenosa de quienes le ofrecieron  un espacio en la cárcel de Chonchocoro a su líder Juan Del Granado.

En suma, la composición política surgida de las urnas el pasado domingo,  nos muestra a un país diverso que interpreta que sus poderes departamentales y locales servirán de contrapeso a la administración del poder central, y al mismo tiempo servirán para poner a prueba las vocaciones democráticas y la calidad de consenso que puedan desarrollarse a partir de la voluntad popular.

El gran desafío, lograr que los estatutos autonómicos cruceños sean respetados al haber pasado por el soberano y encontrar la forma para que la constitución política los contenga, abriendo la posibilidad de encontrarnos a medio camino demostrando con esto que la madurez puede más que la intolerancia, en la búsqueda de la construcción de un proyecto donde cabemos todos. Esta debiera ser la base para desarrollar un país con mayores oportunidades, con un estado fuerte que respete la iniciativa individual de los ciudadanos y nos conduzca al estado de bienestar moderno, participativo y autónomo.

Pasaron las campañas, las arengas políticas y el discurso de tarima se apagó, ahora esperamos la gestión, la lucha contra la pobreza, la inclusión y la renovación de paradigmas que debieran ser asumidos por los ganadores. Asignatura pendiente, abrir aún más las puertas de la participación de  nuevos ciudadanos que se integran a la fuerza de trabajo, que emergen con nuevos pensamientos y exigen mayor participación en la distribución del poder en las grandes urbes, inmensos laboratorios sociales donde se moldea la Bolivia del siglo XXI.

* Periodista y cientista jurídico.

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