Insulza en la cuerda floja

Caballero Pregunta.

Julio César Caballero M.*

Corría el mes de Abril del 2006, cuando con muchos apuros llegábamos a la esquina de la calle 17 y la avenida Constitución  en  Washington D.C., casi quince minutos antes de lo programado, para instalar nuestros equipos de grabación del programa de televisión “Caballero Pregunta”. En el área de recepción del edificio nos esperaba  Patricia Esquinazi  la eficiente secretaria privada del secretario general de la  OEA.

Desde el principio José Miguel Insulza nos trató con amabilidad, aunque en la entrevista empezó a tomar conservadora distancia a medida que avanzaban las preguntas que lo incomodaron, porque lo inducíamos a tomar posición sobre temas relacionados con los derechos humanos en Venezuela y las maniobras políticas que ya realizaba por aquel entonces el gobierno de Morales en Bolivia.  El diplomático chileno muy escurridizo en sus respuestas, no fue lo suficientemente explícito sobre el papel que más adelante jugaría en un complicado ajedrez político con fuerte influencia venezolana, negada por él de forma insistente.

Para el influyente periódico Washington Post, Insulza “ha servido descaradamente a los líderes de izquierda de la región, lo que con frecuencia significó ignorar la Carta Democrática” que los miembros de la OEA firmaron en 2001.  Es más, en su editorial pide directamente al gobierno del presidente Barack Obama que ejerza presión para que la OEA cambie. Aunque es  reconocida la tendencia conservadora del periódico norteamericano, también es reconocida su influencia en las decisiones de las administraciones que han pasado por la Casa Blanca.

No es poco el aporte económico de Estados Unidos a la OEA, que solventa el 60% de su presupuesto, unos 47 millones de dólares al año de aporte  proveniente del Tesoro Estadounidense, que según el Washington Post, debiera pesar lo suficiente para sustituirlo con alguien que defienda la democracia.

En temas referidos a Bolivia la participación de José Miguel Insulza ha sido muy ambivalente. Un silencio absoluto sobre temas relacionados a las violaciones del debido proceso a los acusados por diversos delitos no probados, marcó su conducta.  La indiferencia frente a los reclamos internacionales por los casos de hombres y mujeres que están con asilo político en Brasil y Estados Unidos, no mereció comentario alguno de su representación diplomática.

El sesgo en sus decisiones sobre los apoyos a los procesos revolucionarios es notorio, cuando a pesar de las presiones debió mantener la ecuanimidad y profundizar el conocimiento  de la realidad que viven nuestros países.

El 24 de marzo de este año, La OEA debe elegir nuevo secretario general, e Insulza, en el cargo desde 2005, es el único candidato por el momento. Falta conocer si el derechista Sebastian Piñera promoverá o no la candidatura de su connacional, definiendo así los apoyos o las resistencias a la reelección. Por ahora a Panamá, Colombia, Canadá, y México podrían unírsele Chile y Estados Unidos en una eventual votación que acentuaría aún más el giro a la derecha que estaría experimentando el continente.

* Periodista y cientista jurídico.

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