Las nacionalizaciones conducen al caos – Willi Noack / EL DEBER – 8.6.2006/11.6.2006
Las nacionalizaciones conducen al caos
Willi Noack
Esta afirmación es aparentemente falsa. No lo es. Veamos.
Bolivia tiene una larga tradición nacionalizadora, como subrayó eufóricamente en estos días un comentarista alabando la política del MAS en un matutino paceño. El comentarista está equivocado con su alegato.
La pregunta del millón es: si con las muchas nacionalizaciones ya experimentadas no se han eliminado la pobreza y la desigualdad, ¿con qué justificación racional se pretende que la actual ola de nacionalizaciones tendrá el resultado prometido? Recién están empezando con la transferencia de los “medios de producción” al Estado, y ya se habla de nacionalizar colegios y universidades privados.
Por otro lado, países que han privatizado sectores anteriormente en manos del Estado han obtenido gran rédito; por supuesto y sobreentendido que estas privatizaciones fueron llevadas a cabo de manera transparente, exenta de fraudes y con profesionalismo. Terminaron con una descabellada ineficiencia de las empresas estatales para convertirlas en empresas competitivas. ¿Serán YPBF, COMIBOL, FF.CC. y otras empresas del Estado a partir de hoy eficientes cuando ayer eran un fango de corrupción e ineficiencia? Ver para creer.
El problema ha sido y sigue siéndolo que la torta grande (es decir la ganancia) no se reparte de manera satisfactoria. El Estado debe conseguir una participación en la torta a través de regalías e impuestos, severamente fiscalizando, para financiar con estas recaudaciones obras sociales. No hace falta nacionalizar.
Aprendemos haciendo. Esta verdad la conocemos todos. Cuando hemos intentado resolver un problema con una acción que no resultó sabemos de allí en mas que no sirve esa manera. Grabamos en nuestra memoria el experimento fracasado que es parte del método didáctico para tener éxito pues eliminamos soluciones inservibles.
De una experiencia negativa y propia de Bolivia se saca la conclusión que nacionalizar no sirve para combatir la pobreza y la desigualdad. Además, se debe estudiar cómo otros países resuelven el mismo problema y qué resultados obtienen con sus políticas para aprovechar copiando de aquellas políticas con buenos resultados y descartar las que no resultan.
Si aplicamos lo dicho a la situación concreta de Bolivia, con un mega problema que es su pobreza y la brecha entre muchos muy pobres y relativamente pocos económicamente relativamente bien, tenemos que concluir que las nacionalizaciones del pasado no han podido eliminar o por lo menos significativamente reducir la pobreza. Las nacionalizaciones del pasado han fracasado. No obstante se pretende repetir recetas que no han servido como si no existiera esta experiencia. Tampoco se analiza con objetividad a qué se debe que varios países en pocos años lograron salir de su estado tercer mundista y se convirtieron en tigrecillos o inclusive en tigres en la competencia internacional. Ningún país lo consiguió a través de nacionalizaciones sino todo lo contrario, mediante iniciativas privadas y políticas que incentivaron el desempeño empresarial. Una condición imprescindible es la garantía de la propiedad privada. Santa Cruz es un ejemplo (si bien todavía con serios defectos), y Chile es el ejemplo “ejemplar” en Latinoamérica. La época de la UDP es el anti-ejemplo, con empresas estatales en bancarrota y la economía en ruinas. Todo indica que la actual administración del Presidente Morales va a reeditar la tragedia de la UDP, pero en una edición aún peor.
Cuando se elegirán los asambleístas el 2 de julio, el elector debe ser consciente que con su voto o facilita la marcha hacia el caos del socialismo o contribuye a la consolidación del “modelo Santa Cruz” que es tan atractivo que anualmente alrededor de 100.000 migrantes optan por participar en él. Necesitamos conocer el Plan de nacionalizaciones del Gobierno socialista para poder elegir entre caos y progreso.
NOTA: Este artículo de opinión será publicado en EL DEBER en fecha 11.6.2006
fecha: 2006-07-12 17:01:07
autor: Willi Noack
