El administrador de la morgue — Ismael Serrate Cu?llar — 6.5.2005

El administrador de la morgue

 

Ismael Serrate Cu?llar

 

Aunque sea repetitivo, hay que seguir destacando que Bolivia vive un conflicto entre dos visiones. La que intenta ver el futuro con ojos integradores. Vinculada al mundo, a la tecnolog?a y a los mercados. Abierta a los desaf?os y oportunidades del crecimiento. Y la otra, que quiere volver al pasado. Que se siente autosuficiente y cree que el mundo exterior quiere saquearnos. Claramente endogenista. Populista. Es falso que el conflicto sea entre izquierda y derecha. Salvo que los obreros de El Alto, que necesitan un ALCA bien negociado, sean exponentes de la derecha. O que los izquierdistas de Potos? quieran exportar las riquezas de San Crist?bal por el puerto de Ilo.

 

El retropopulismo ya comenz? a imponerse en Bolivia. Consigui? con el gobierno actual logros que no hubiera alcanzado con Evo presidente. Las inversiones se acabaron. Est?n hibernando, dicen algunos, en espera de una primavera que alg?n d?a llegar?. Las inversiones de ayer generan empleos ahora y las de ahora generan trabajo reci?n ma?ana. Por eso todav?a no sentimos la gravedad de la situaci?n econ?mica. Todav?a nos estamos comiendo las inversiones pasadas.

 

Primero fueron los hidrocarburos. Ahora es el turno a la miner?a. Adversarios f?ciles. Al menos, as? creen los retropopulistas. F?ciles porque son extranjeros. Porque son empresas grandes. Y son pocas, en n?mero. Adem?s, no crearon redes locales de protecci?n. Saben ellos que la par?lisis de esas actividades afecta el ingreso del estado y complica la econom?a. Con la agudizaci?n de la crisis econ?mica se dar?n las condiciones objetivas, piensan ellos, para avanzar cualitativamente en la guerra.

 

Una vez expulsados los ?nefastos imperialistas? le tocar? el turno a la tierra. Tierra para todos. Para los sin tierra. Pero no cualquier tierra. La teor?a del espacio vital, aplicada brutalmente por Hitler, es la base conceptual de lo que se quiere hacer. 60 a?os y decenas de millones de muertos despu?s. La tierra que interesa es la que tiene inversiones. La que produce. La que genera empleo. Hitler tambi?n fue un populista. Y ofreci? tierras nuevas, al este, a sus seguidores. La diferencia con los hidrocarburos y minerales, es que la tierra pertenece y es trabajada por miles. Decenas de miles.

 

Santa Cruz vive de la tierra. Directa o indirectamente. Un ataque al coraz?n productivo departamental producir? un efecto similar al tsunami de la Navidad pasada. Con la diferencia que no tendremos a la cooperaci?n internacional para apoyarnos. Afectar? a transportistas, comerciantes, gremialistas, obreros. Afectar? a ingenieros, arquitectos, abogados. Vaciar? restaurantes, hoteles y centros de diversi?n. La banca no podr? cobrar, con todo lo que ello implica. Aumentar? a?n m?s la criminalidad y la marginalidad.

 

?Catastrofismo? ?Alarmismo? Talvez, pero con fuerte dosis de realismo. Los cruce?os, nacidos o llegados, no aceptar?n que se afecte su forma de vida. Luchar?n por su futuro. Si algo puede generar enfrentamientos es la tierra. Lo ocurrido hasta ahora han sido apenas globos de ensayo.

 

En ese escenario, las pr?ximas elecciones presidenciales talvez no requerir?n de un pol?tico ducho. Talvez no sea necesario alguien que sepa concertar y dialogar. Tampoco un estadista o diplom?tico que arregle los entuertos dejados por la pol?tica de gas por mar. Lo m?s probable, es que se requiera de un buen administrador de la morgue, para poder organizar los traslados de los cad?veres que seguramente vendr?n, por culpa de quienes ahora tienen miedo de aplicar la ley.

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