NO HAY QUE SER IDIOTA – Carlos Dabdoub Arrien – 13.12.2004

NO HAY QUE SER IDIOTA

 

Carlos Dabdoub Arrien

 

Santa Cruz nunca dudó en construir un Estado que nazca de las regiones o de las llamadas Republiquetas que existieron durante la guerra de la independencia. Sin embargo, desde su propia fundación Bolivia se constituyó en un gobierno “concentrado general y uno para toda la República y sus departamentos”. Según Juan Carlos Urenda (2004), ocurrió así, pues sus creadores eran ex monarquistas y admiradores del enciclopedismo francés, pero además porque la oligarquía de La Plata quiso dominar el naciente país para consolidar su poder político y económico.

 

Desde entonces, actuó el autoritarismo estatal, creando la ficción del Estado-nación, desconociendo la diversidad de los pueblos y excluyendo a los grupos más olvidados. Cualquier reclamo departamental (periferia/provinciano), que criticaba este modelo, fue castigado por fuerzas punitivas (ejército y/o campesinos), o sino, usaron la difamación, enfrentando a toda la comunidad boliviana o internacional contra el pueblo demandante. Una vez, los paceños triunfadores de la mal llamada guerra federal (1899), sólo trasladaron el poder de Sucre a La Paz, continuando el reinado el centralismo. Y cuando ganó el sí por la descentralización en el referéndum del 11 de enero de 1931, esta voluntad fue negada por el Poder Ejecutivo.

 

Los “pseudo autonomistas” y los que creen de verdad en ella, hoy confrontan visiones diferentes respecto a qué es lo mejor: discutir este nuevo modelo recién en la Asamblea Constituyente (AC) o realizar un referéndum vinculante nacional sobre las autonomías departamentales,previo a la AC. La primera opción es apoyada por institucionesy autoridades del gobierno central, del occidente boliviano y de los partidos políticos de raigambreconservadora o centralista. En cambio, Tarija, Pando, Beni y Santa Cruz se inclinan por la segunda opción.

 

Tratase de plantear la democracia directa, vía referéndum, como la expresión más genuina del pueblo, el soberano, versus la democracia indirecta o delegada en la AC. Por tanto, la respuesta es obvia. Igualmente, el resultado de referéndum permitiría saber si la autonomía es una idea de las llamadas “élites empresariales” o del mismo pueblo.

 

También se sabe que al ser Tarija, Pando, Beni y Santa Cruz una minoría nacional, tendrían menos constituyentes, sumándose a ello la actitud de aquellos militantes partidarios que por consigna votarán por el centralismo, aún los representantes de los pueblos que proponen la autonomía. Así nunca habrá autonomía departamental

 

El no hacer el referéndum previo llevaría a la AC al fracaso, que según Luis Verdesoto (2004) “debilitará aun más a la conformación de la autoridad (alejar a la estabilidad económica y política); incrementar la conflictividad sin implantar un modelo institucional coherente; y, dejar inconclusa la transición institucional, lo que significa desacreditar aun más a la política”, perdiéndose la gran oportunidad de alcanzar la real unidad de Bolivia que toda la gentereclama.


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