¿Santa Cruz de los Bloqueos? — Ismael Serrate — 28.7.2004

¿Santa Cruz de los Bloqueos?

 

Ismael Serrate Cuéllar

 

 

El presidente del Comité pro Santa Cruz dijo en el Encuentro por la Autonomía y el Trabajo que la agenda de la nueva Bolivia, la agenda de junio, era la agenda de la producción. Exigió que se cambie la agenda de octubre, identificándola con la del bloqueo. Preguntó si era Bolivia aquél que, teniendo el poder de la ley en las manos, no lo ejerce.

 

A los pocos días de esa espectacular manifestación de voluntad popular, varias veces mayor y más responsable que la famosa “poblada” de octubre, esa que nos tiene y seguirá teniendo entrampados, la que dio origen a la agenda de El Alto, comenzaron a reventar diversos conflictos en Santa Cruz. La situación generada llevó a algunos medios y políticos a preguntar a qué nueva Bolivia se refería Rubén Costa en su discurso del 22 de junio.

 

¿Santa Cruz es diferente del resto del país? ¿Nuestros bloqueos son iguales a los del altiplano? ¿Nuestra gente actúa de la misma manera? ¿Nuestra sociedad tiene la misma forma de convivir con el Estado? ¿Dónde está la nueva Bolivia?

 

He leído diversas veces el discurso del presidente del Comité para intentar encontrar el lugar en el que el podía haber dicho o insinuado que Santa Cruz es una región sin conflictos. No lo encontré. Y no podía ser de otra manera. No creo que nadie, al menos nadie responsable, pueda pensar que acá no existen. Por supuesto que los hay. Y muchos. También hay mucha pobreza. Talvez demasiada para lo que nos merecemos. La gran diferencia es cómo intentamos resolver conflictos y quiénes quieren crearlos o los rechazan. En Santa Cruz la economía depende esencialmente de lo que producimos. Si se paralizan las actividades económicas no tenemos al gobierno para que pague sueldos a fin de mes. Bajos, pero sueldos al fin. Simplemente no comemos.

 

La lógica cruceña es más positiva, busca soluciones, se las arregla. Por eso es que se exigió que se aplique la ley en el país. Dialogar y concertar para solucionar conflictos es la manera más sana y democrática de resolverlos. Pero todo tiene un límite. La carretera a Camiri no se ha terminado y ya tiene dos bloqueos en su haber, con razón o sin ella. Pero hay gente que también tiene derecho a viajar o a comercializar sus productos para vivir. Por eso es que el límite de los derechos es el lugar donde comienza el derecho del otro, expresión que tanto repetimos pero no obedecemos.

 

Para eso se hacen leyes. Para evitar que el más fuerte se coma al más débil. Para definir reglas de convivencia social. Para evitar que la violencia genere más violencia. Para poner en manos del Estado el monopolio de esa violencia. Si no se aplican las reglas y normas aprobadas por quienes corresponde, la policía va a terminar dialogando con el asaltante y el asaltado. Su justificación será que está concertando el lugar del cuerpo de la víctima donde el bandido puede disparar, a cambio de llevar solamente la mitad de la billetera. Y todos irán felices a sus casas, porque así se solucionó un nuevo conflicto.

 

La nueva Bolivia, la Bolivia productiva, la que tiene que nacer de la agenda de junio, seguirá teniendo conflictos. Bienvenidos sean ellos porque nos impulsarán a crecer y son signos normales de una sociedad viva, dinámica. Una sociedad que debe resolver sus problemas en el marco de la ley. Una ley previsible, estable, transparente, igual para todos y que sea cumplida por gobernantes y gobernados.

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