(PLAN ECONÓMICO): Desandando las farsas del poder – 4.2.2004

El país que tenemos

 

Desandando las farsas del poder

 

Gabriela Ichaso Elcuaz (*)

 

Sin aplausos que extrañar y sin rechiflas que recordar, conocimos el principio del plan económico que aprobó un ciudadano común en ejercicio de la Presidencia de la República.No hubo analistas –al llamado inmediato del show de la tele- que se animen el minuto después a interpretar los veintitrés decretos supremos que pusieron en marcha otra forma de ver las cuentas en rojo de miles de familias bolivianas y las igualmente rojas del Estado.

Los petardos y dinamitazos tendrán que esperar la próxima marcha universitaria como las hoy vacías conferencias de prensa después de los conciliábulos empresariales.No hubo gasolinazo, no hubo impuestazo, no hubo el consabido “apretón de cinturones” que dio para todo y no resolvió nada.

Los derechos humanos nos enseñan que todos somos iguales pero no lo somos.La riqueza y la pobreza, acá como en todas partes, no son universales.Yo no te castigo porque tengas más cosas que yo, sino que como no tuve las mismas oportunidades tuyas quiero que me ayudes a que mis hijos las tengan.

Por eso, queremos desandar las farsas de poder.Hasta octubre, para ser gobernante no se requería idoneidad sino que se exigía un sueldazo por debajo de la mesa, vehículos, combustible, celulares y otras superficialidades, varias decenas de cupos funcionarios y consultores para militancia y allegados.Y no le hablo de “políticos tradicionales” oportunistas de toda laya, desde empresarios sacrificados por la patria, zurditos de café y trigos limpios sin corbata. Por eso se acabó con privilegios que no debieron existir jamás.

Son medidas de devolución de ciudadanía a la gente:simplificar los trámites en la administración pública con plazos máximos de atención al ciudadano, dar toda pero toda la información que el ciudadano pida, comprar boliviano porque queremos producir mejor y que el 80% de las compras que hace el Estado se quede en casa, exportar todo lo que se pueda y traer todas las fábricas e industrias que quieran venir de fuera, posibilitar la casa propia para quien era sólo un sueño, fortalecer las empresas que lo precisan, establecer una red de protección social para la población excluida ejecutando obras y proyectos sociales de alto impacto con la legitimidad del sistema municipal y comunitario, invertir los cien millones del Fondo de Capitalización Colectiva en bonos para infraestructura vial, mejorar la ley de hidrocarburos, conectar el gas a nuestros hogares y, después de treinta años de olvido, abrir las puertas del Mutún al mundo con un puerto soberano en Santa Cruz.

Para mi gusto, faltó mirar las Universidades, las Fuerzas Armadas, las Superintendencias.A su tiempo, espero que ellos entiendan también la obligación histórica de bajar de sus laureles de oropel y que aislados de la gente van al muere.

A decir de la Agencia de Noticia FIDES, desde que el Presidente ofreció la medalla y la banda a los que mueren por ella y se dedicó a escuchar y pensar cómo construir país con la gente que quiere hacerlo, el 79% trabaja junto a Carlos Mesa mientras los que aplauden y los que rechiflan siguen a pan y circo con las viejas farsas de poder.

 

(*)Concejal de Santa Cruz y Viceministra de Participación Popular,

e-mail:gabrielaichaso@municipio.gov.bo

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