Esperamos del Presidente lo que no ponemos – Gabriela Ichaso Elcuaz – 16.1.2004

El país que tenemos

 

Esperamos del Presidente lo que no ponemos

 

Gabriela Ichaso Elcuaz (*)

 

O sea, más bien, ¿por qué no hacer las cosas como se debe y dejar de mirarnos el ombligo?A varios sectores con intereses particulares no les gustó el discurso del Presidente sencillamente porque les importa un bledo lo que les pase a los demás si no son ellos y porque les dijeron la verdad sin decorado de crema:a los demás, a los que extrañamos una autoridad sincera, lúcida, transparente y que desde la pantalla de la tele nos ponga el dedo en el pecho para decirnos que estamos así porque somos así y porque yo, vos, él, ella, nosotros, ustedes, ellos y ellas somos tan responsables unos y otros, nos pareció un Presidente decente que no sólo sabe hablar, sino que sabe lo que quiere decir y cómo, para que lo entienda yo y para que lo entienda cada boliviano y boliviana que lo vio y escuchó.

Lo de octubre sucedió en este país y cambió una forma de hacer política y plata desde el Gobierno.Pero la gente de antes, durante y de después de octubre, seguimos siendo la misma gentecita que tiene este país:gente que trabaja, otra que no tiene dónde, otra que no le da la gana, otra que conspira, otra que vive de tumbar al Estado y al prójimo, otra que se hace la pobre y esconde camiones y dientes de oro, otra que no tiene donde caerse muerta, otra que es millonaria pero con declaración jurada sin nada a su nombre, otra que quiere tierra regalada mientras otra se desloma veinte años para pagar un lote de doce por treinta, otra que lotea para enriquecerse, otra que cobra sueldo por rascarse, otra que no se le mueve un pelo al quedarse con la casa de quien se prestó cinco reales y debe millones de usura.Somos de todos los colores y raleas, vaya gentecita.¿Es posible un Estado, socialista, capitalista, neoliberal, comunista, cualquier Estado con una sociedad como la nuestra?

Queremos todo:más salario, más fuentes de trabajo, más salud, más educación, más exportación, más inversión, más caminos, más mercado, más justicia, más seguridad.Todos derechos, ninguna obligación.

Se ha quebrado la relación entre el Estado y la sociedad, dijo el Presidente.Y nos pidió ciudadanía responsable y cumplimiento de la ley.Casi peras al olmo, diría yo.Pero como el Presidente, yo pienso que no nos queda otra que creer que podemos cambiar.Ojalá se hubiera roto lo suficiente la relación perversa de complicidad encubierta que ha venido existiendo entre el Estado y la sociedad.Un Estado que se sirvió de favores cortesanos para encumbrar avivados y avivados que acomodaron políticos en el Estado para arreglar su economía particular.Y el Estado no va a cambiar porque seamos otro gobierno, sino porque queremos ser un gobierno distinto respondiendo a una sociedad que también acepta ser distinta.

Estamos acostumbrados no sólo a evadir impuestos sino a evadir todo lo que nos supone un deber ciudadano:estacionar donde corresponde, pedir factura, hacer fila, esperar nuestro turno, respetar el semáforo, no vender trago a menores.De todo, por donde se lo mire.

Si además de pedir, pusiéramos lo que nos toca, la Constituyente sería lo que debería ser:un hecho que sucedió en 1825 cuando fundaron Bolivia.

 

(*)Concejal de Santa Cruz y Viceministra de Participación Popular,

e-mail:gabrielaichaso@municipio.gov.bo

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