QUEBRANTAMIENTO DE LA INSTITUCIONALIDAD – Carlos Dabdoub A. – 21.10.2003

 

QUEBRANTAMIENTO DE LA INSTITUCIONALIDAD – Carlos Dabdoub A. – 21.10.2003

Autor: Carlos Dabdoub A.

Publicado: Enviado a eforobolivia 21.10.2003

 

QUEBRANTAMIENTO DE LA INSTITUCIONALIDAD

Carlos Dabdoub Arrien

Hace pocos días Bolivia pasó los momentos más difíciles de su reciente historia democrática. Un rompimiento de la paz y la tranquilidad conllevó numerosos muertos que hoy claman justicia. Las organizaciones civiles, los partidos políticos y la gente, otra vez reconocen los motivos que llevó a esta eclosión social. Y el análisis no puede ser más claro, el país había llegado al fin de una crisis económica, institucional y del propio estado.

En efecto, el modelo económico neoliberal ejecutado a ultranza por todos los gobiernos de Bolivia desde 1985 sólo acrecentó la pobreza y la marginalidad. La mal llamada capitalización de las empresas públicas enajenó el patrimonio nacional acumulado y sus recursos naturales. En consecuencia, el desempleo, el hambre y la miseria aumentaron. En lo institucional, la denominada “democracia pactada” ejercida por los partidos políticos gobernantes en los últimos 18 años, sólo fue fiel reflejo del cuoteo de la administración pública y de la visión de un estado como un simple negocio, dejando al mismo tiempo ser los interlocutores válidos de las demandas del ciudadano que reclamaba mayor participación en las decisiones. En este campo, la salud sobre todo, fue escarnio de los más viles atropellos donde se retiraron profesionales que ingresaron por Concurso de Méritos, para dar cabida a militantes políticos, muchos de ellos sin siquiera estudios universitarios, poniendo en vilo al mismo SUMI. Finalmente, los resabios de un estado centralista, autoritario, ineficiente y corrupto por excelencia, quebró el falso equilibrio con diferentes regiones. ¿Qué viene después?.

Si seguimos la lógica del análisis anterior, habrá que buscar a la brevedad acciones imaginativas para crear empleos; flexibilizar la política del libre mercado y exigir del Estado medidas paliativas a la crisis económica. Aquí se incluye la revisión de leyes como la de capitalización e hidrocarburos y crear normas que fortalezcan aún más el área social. En lo institucional, gobernar sin ingerencia de los partidos ha sido bien vista. Bajo esta premisa, sólo queda convocar a las personas más idóneas que en el área de salud sus hojas de vida no sea sólo el carné del partido gobernante. Habrá que promulgar leyes que garanticen la estabilidad funcionaria y la puesta en marcha de políticas estatales que venzan la temporalidad de los gobiernos. Por último, la reforma del estado implica la refundación del país en todo el sentido de la palabra, es decir, cambiar el unitarismo secante por las autonomías regionales con mayor participación de los departamentos, no sólo a través de la elección democrática de sus autoridades, como también mediante la implementación de competencias decididas en los gobiernos subnacionales, el fortalecimiento de los Municipios, además del referéndum o el plebiscito y la revocatoria de los cargos elegibles, entre otros cambios que exige el pueblo boliviano.

La integridad del país sólo se mantendrá si todos –partidos, organizaciones de base, movimientos sociales, etc.– hacen una inequívoca lectura de la realidad. Todavía somos una República con muchas limitaciones y en consecuencia, todo planteamiento o demanda debe considerar esta triste verdad. La tolerancia y un ambiente de convivencia pacífica sin rencores ni exclusiones pueden ser las primeras condiciones para repensar el futuro.

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