El olvido caprichoso de una tesis cruceña — Carlos Dabdoub Arrien, 03.10.03

 

El olvido caprichoso de una tesis cruceña — Carlos Dabdoub Arrien, 03.10.03

Autor: Carlos Dabdoub Arrien

Publicado: El Deber, 03.10.03

 

El olvido caprichoso de una tesis cruceña

Carlos Dabdoub Arrien

El acceso al océano Atlántico ya se vislumbra como una realidad. Con una inversión cercana a los 235 millones de dólares, se pretende construir un ramal ferroviario hasta Puerto Busch y habilitar carreteras en el tramo Motacucito-Puerto Busch, además de contar con una infraestructura portuaria que permitirá transportar más de 2 millones de toneladas a corto plazo. Sin embargo, este proyecto no es nuevo para los cruceños, aunque con cien años de atraso, recién goce del total ‘reconocimiento’ del gobierno andinocentrista.
En efecto, durante el Congreso de 1861, los parlamentarios cruceños presionaron al gobierno por la construcción de caminos de Santa Cruz hacia el río Paraguay, haciendo suyos los planteamientos de Mariano Reyes Cardona, prefecto de Santa Cruz, de “dar la espalda al Pacífico y proyectar a Bolivia como una nación del Atlántico”. Luego, Tristán Roca, el creador de la bandera cruceña, en 1863 organizó una expedición con destino al ansiado río y llegó hasta Bahía Negra.
Miguel Suárez Arana fue quien proclamó la tesis “Al Atlántico por el Oriente”. En 1874, presentó al gobierno de Tomás Frías la propuesta de crear un puerto en la margen derecha del río Paraguay, organizar una línea de navegación a vapor y abrir dos caminos que, partiendo del puerto a construirse, concluyera en Santa Cruz y en Lagunillas. Fundó Puerto Suárez el 10 de noviembre de 1875 y utilizando sus propios recursos levantó los muelles. Por intereses mezquinos, fue confiscada toda su maquinaria por un decreto supremo firmado por el presidente Pacheco. Este “forjador de la ruta del Atlántico” moriría decepcionado y pobre el 9 de septiembre de 1893 (Ángel Sandoval. Personajes Notables de Santa Cruz. 2003).
Después, la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, en su famoso Memorándum de septiembre de 2004, manifestaba: “Pero no llegamos a comprender por qué los gobiernos, desde la pérdida del litoral, no facilitaron la única salida natural que le quedaba a Bolivia: el Atlántico por la vía del río Paraguay”. Desgraciadamente “¡los hombres que han dirigido los destinos de la República, con poquísimas excepciones, han sido muy miopes, por no decir otra cosa, y todos ellos de la privilegiada raza del Altiplano!”. Estas afirmaciones seguramente hicieron que en la época fueran tildados de regionalistas o separatistas los firmantes de dicho manifiesto.
En las Jornadas Santa Cruz 2000 de septiembre de 1986, decíamos: “Casi siempre ignoramos el Atlántico. Hasta el día de hoy nuestros diplomáticos son más andinos que amazónicos o platenses (…). Lancemos nuestras ferrovías y carreteras hacia aquellos vientos. Nada más normal; la agropecuaria y el desarrollo estarán aquí, en el Oriente. Abramos la navegación fluvial y acerquémonos más al (río) Paraguay (…). Valoricemos esta geografía privilegiada que es la nuestra y potenciemos esta inmensa frontera cruceña, con la conciencia plena de que en el año 2000 ella estará comunicada con el Atlántico”. Entre las recomendaciones del subsector fluvial en este magno encuentro, se estableció realizar un estudio final de los puertos Busch (río Paraguay) y Piso Firme (Bajo Paraná) y considerar el régimen de incentivos para la creación de flotas de transporte fluvial.

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.