DOS VISIONES DE BOLIVIA – C. DABDOUB ARRIEN – EL ECONOMISTA/es – 25.7.2006




DOS VISIONES DE BOLIVIA


“Si no se otorga autonomía a algunos departamentos, puede llegar a producirse una confrontación”

C. DABDOUB ARRIEN, Director Departamental de Autonomia y Constituyente, Prefectura de Santa Cruz.

En las pasadas elecciones para la Asamblea Constituyente y el
Referéndum autonómico realizadas en Bolivia, en cuatro departamentos
–situados en las tierras bajas que representan el 65% del territorio
nacional–, ganó el sí por la autonomía, mientras que en los otros cinco
departamentos que
ocupan el altiplano y los valles altos, donde se encuentra la ciudad de
La Paz, sede de gobierno, venció el no. Los resultados nacionales a
favor del sí alcanzaron el 42,4%, cifra estimada muy satisfactoria,
pese a la posición del presidente Evo Morales en contra de las
autonomías que obtuvieron el 57,6%.

Pero hay algo más. En los departamentos de la llamada Bolivia Tropical,
el porcentaje de indígenas no sobrepasa el 15%, en tanto que en la
Bolivia andina, dicha participación alcanza más del 70%.
Sin embargo, según analistas políticos, las cifras alcanzadas no deben
interpretarse como una confrontación entre oriente (llamados cambas) y
occidente (conocidos como collas), ya que en los primeros, el voto por
el sí alcanzó 635.000 votos y en los segundos llegó a 601.000,
aproximadamente.

Esto demuestra que el debate no tuvo un carácter regional o cultural. Fue más de orden ideológico,
político y económico, y sobre cómo debe ser el nuevo modelo de estado.
La gente que votó por la autonomía, sostiene que así se profundizará la
democracia y se evitará cualquier intento de hegemonía o totalitarismo,
sea éste político, cultural o económico. Habrá mejor control social y
más producción y fuentes de trabajo. No apoyan la economía planificada
o el capitalismo estatal, sí apoyan una economía de tipo mixta y
reclaman mayor inversión, exigiendo además respeto a la propiedad
privada y a la libertad de culto. En su propuesta promueven una
autonomía “integradora y solidaria”, de ahí que se haya propuesto crear
fondos de compensación, destinados a aquellos departamentos menos
desarrollados y toman como ejemplo a las autonomías españolas.

Los que votaron por el no, estarían conforme con la concentración del poder y apoyando la actual
política gubernamental como es el rechazo a capitales extranjeros y la
eliminación de la religión en los colegios y escuelas, tal como lo ha
planteado el actual ministro de educación boliviano. Además, sostenían
que apoyar al sí era dar curso a un proyecto de la oligarquía de Santa
Cruz –la región más próspera de Bolivia–. Incluso el presidente Morales
habló que la autonomía iba a dividir a las fuerzas armadas, que el país
se desintegraría o que se pedirían pasaportes a los mismos bolivianos
cuando viajen de un lugar a otro, dentro del propio país, que fueron
siempre desmentidas por los autonomistas. Santa Cruz, actualmente, es
el segundo departamento más poblado, después de La Paz. Su PIB es
superior al 30% del nacional y sus exportaciones
alcanzan casi al 50% de las de Bolivia. Poco más del 25% de la
población que vive en Santa Cruz ha emigrado de otras ciudades del
país, habiéndose desarrollado un grado de interculturalidad respetuosa,
ya que los cruceños se caracterizan por ser hospitalarios y alegres.

Su lucha histórica por la autonomía deviene por el olvido ancestral del estado boliviano hasta
hace unos cuarenta años, cuando su ciudad capital –Santa Cruz de la
Sierra, nombre dado por su fundador, el extremeño Ñuflo de Chávez en
honor a su ciudad natal–, no contaba con servicios básicos. Sólo
después de una lucha por regalías petroleras contra el gobierno central
(1957-1959), donde hubo derramamiento de sangre, empezaron a percibir
recursos que fueron
bien invertidos en infraestructura, energía eléctrica y telecomunicaciones.

Hoy es la ciudad más grande de Bolivia, con una población de casi 1.400.000 habitantes. Una
concentración de cerca de medio millón de personas –la más grande en la
historia boliviana– convocada para el 28 de junio para apoyar el Sí,
demuestra la gran aceptación que tiene esta propuesta, y que en las
elecciones pasadas alcanzó poco más del 71%.

En todo caso, el debate apenas se ha iniciado. De acuerdo a la
convocatoria al referéndum “autonómico vinculante departamental” y a la
propia pregunta del mismo, en aquellos lugares donde ganó el sí habrá
autonomía departamental, tan pronto como la Asamblea Constituyente
escriba la nueva Constitución. Este mes de agosto en Sucre, capital de
Bolivia, comienzan
sus labores y, al parecer, el tema autonómico será el asunto más importante a debatir.

Seguramente, su aprobación será concertada, pues para aprobarla se
requerirá dos tercios de los votos de esta Asamblea, algo que ninguna
fuerza política tiene, a pesar de la intensa campaña oficialista que
realizó el gobierno a la cabeza del presidente Evo Morales y su
partido, el Movimiento al Socialismo (MAS). El asunto es delicado pues
se comenta que si no se otorga autonomía a los departamentos que
votaron por el sí, tal como dicen las leyes, podría fracasar la
Constituyente, pues ya han amenazado con retirarse las representaciones
de los departamentos autonomistas, pudiendo llegar hasta una
confrontación interregional.

Fuente: EL ECONOMISTA, MARTES, 25 DE JULIO DE 2006

Enviado a eforobolivia por Romulo Ruiz Hurtado [romuloruizh@hotmail.com]

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