Para que conste en acta

 

Para que conste en acta

Autor: Gabriela Ichaso Elcuaz

Publicado: Prensa cruceña, diciembre de 2001

 

Para que conste en acta

¿Apología de Johnny o
la estrategia del “yo no fui”?

Gabriela Ichaso Elcuaz

No hizo falta leer las respuestas a las preguntas que por espacio de tres
páginas este prestigioso matutino le dedicó a Johnny Fernández un domingo
atrás. Son las páginas más baratas de la historia de Johnny Fernández y las
más caras para el sentido común del menos letrado ciudadano.

Seguramente la gente estaba desesperada -la prensa es el termómetro de la
inquietud social (¿?)- por preguntarle a Johnny Fernández si la herencia de
los Fernández había disminuido, si había invertido en la Bolsa de Valores,
si quisiera tener el mismo ritmo de antes (¿?), si la crisis afectó sus
gastos, si recogió o no sus cosas personales de su despacho, si su licencia
depende más del asunto político o familiar, si aconseja a Gina Méndez, si
hubo algún error que no volvería a cometer en la comuna…

Seguramente a nadie le interesa preguntarle cuándo Johnny Fernández va a
pagar sus impuestos de una buena vez, si cuando se metió a Alcalde tenía
previsto meter tanto las cuarenta, si le parece gracioso no renunciar y
continuar manteniendo en coma al enfermo municipal, si está esperando que a
Gina Méndez le vaya peor que a él para volver, si cree haber resarcido a la
administración municipal o a la ciudadanía una sola de las irregularidades
cometidas como Alcalde…

“Johnny anuncia para el 2002 golpe de timón en la Alcaldía”, titula la nota
de tres semanas atrás. ¿Otro golpe? ¿Qué otro golpe nos puede asestar?

El 3 de enero de 2001 -este año, once meses atrás- Johnny Fernández pagó en
El Deber una página solicitada que prometía 329 millones de bolivianos
destinados a nuevos proyectos y nuevas obras a ejecutarse el Año Nuevo.
También entonces su propuesta de “cuatro pilares de su nueva gestión:
productivo, participativo, humano y eficiente” fue comentada en nota
periodística de tres páginas. Como Johnny Fernández se fue y hasta entonces
en el Concejo Municipal se lució no respondiendo, evadiendo o riéndose con
su “yo no fui”, como periodistas podríamos refrescarle la memoria
confrontándole no lo que dice la Concejal Ichaso -que a algunos no les
gusta- sino algunos hechos reproducidos por la propia prensa local:

• Propuestas de Johnny Fernández para el 2001: “…300 microempresas
realizarán las obras faltantes en 112 escuelas, plazas públicas y canales de
desagüe…” y “…No vamos a tolerar ningún acto de corrupción…” (El
Deber, 3 de enero de 2001). Resultado: No se ha creado ni una sola nueva
microempresa en lo que va del año, es más la Microempresa de Aseo Urbano
“Patujú” presentó al Concejo la carta de extorsión con la que el funcionario
Róger Vargas, Jefe Municipal de Servicios Generales y Jefe del Sector Urbano de UCS, les instruía descontar del cheque por prestación del servicio 5% como aporte a la UCS, 5% para los Centros “Cívicos” y 5% para una cuenta particular del Banco Santa Cruz.

• Propuesta de Johnny Fernández para 2001: “Garantizo el desayuno escolar
para 150 mil niños” (El Deber, 3 de enero de 2001). Resultado: Producto de la interpelación que la Concejal Ichaso efectuara en mayo al Dr. Marcelo
Arrázola, Oficial Mayor de Desarrollo Humano, en la que el funcionario
argumentó que por falta del “dato exacto” de población escolar no se había
iniciado el proceso de licitación, recién se procedió a la dotación del
desayuno a media gestión, en vacación de invierno.

• Propuesta de Johnny Fernández para 2001: “Vamos a aplicar el estatuto
del funcionario público y desburocratizar la administración municipal…”.
Resultado: 1500 empleados dejó Johnny Fernández concentrados en una maraña
centralizada y politizada, incumpliendo la obligatoriedad de
institucionalizar la carrera administrativa y de implementar la
desconcentración distrital en subalcaldías, como lo exige la Ley de
Municipalidades y el propio Plan de Readecuación Financiera que acordó
sometiéndose a otro centralismo, el del Ministerio de Hacienda.

• Propuesta de Johnny Fernández para 2001: “No soy candidato en las
elecciones del 2002, he elaborado un programa que realizaré en los próximos
cuatro años” (El Deber, 3 de enero de 2001). Resultado: Siete meses
después, usó un problema familiar para huir de su responsabilidad sobre los
170 millones que adeuda la Municipalidad, los recursos de Participación
Popular en una Doble Vía a su Cervecería y la debacle detectada entre 1997 y 1999 por el Banco Mundial que concluyó con la Capitulación de Santa Cruz de la Sierra, la otrora autónoma, ante el Gobierno central en un Plan de
Readecuación Financiera para pagar deudas a acreedores, contratistas y
proveedores que ni sus propios Concejales se animaron a aprobarle un mes
atrás.

Pero seamos honestos. Una gran verdad se confirma en la entrevista en
cuestión: Johnny Fernández “salió con licencia de la Alcaldía, pero nunca
se alejó de ella” (El Deber, 2 de diciembre de 2001). Frases como:
“(Charlamos con Gina Méndez) una vez por semana. Hablamos de la Alcaldía… Siempre me preocupo… No puedo estar escondido… Tengo experiencia en el manejo municipal y tengo que aportar con mis ideas…”, no pasan desapercibidas en los gestos desesperados de una Alcaldesa que re/inaugura cinco Servicios Legales Integrales que ya fueron inaugurados en 1999; que vuelve a crear la Mancomunidad Metropolitana que ya fue creada mediante Ordenanza Municipal Nº 34/99 y que ejecuta limpieza de áreas verdes con recursos del Plan Nacional de Emergencia de Empleo (PLANE) confundida entre las gorras y banderas celestes del jefe nacional de UCS mimetizado en las rotondas entre jardineros y carpidores.

¿Algún otro “golpe” (El Deber, 2 de diciembre de 2001) tiene previsto Johnny Fernández? “Tengo ganas de seguir siendo Alcalde” (El Deber, 2 de
diciembre de 2001) podría ser el golpe de gracia de Johnny Fernández a una
ciudad cansada, sitiada, saqueada y abandonada, a expensas del próximo
capítulo de tan ordinaria y repetitiva telenovela.

(*) Si etimológicamente apología significa discurso de palabra o por
escrito, en defensa o alabanza de personas o cosas, la del crimen o delito
consistirá en defender o alabar hechos delictivos. (Manuel Ossorio,
Diccionario de Ciencias Jurídicas, Buenos Aires, 1996, 23a. Edición)

E•mail: paraqueconste@hotmail.com
Sitio relacionado: www.eforobolivia.org

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