Para que conste en acta – Cuatro años y cien días sin Alcalde y sin planes (III)

 

Para que conste en acta – Cuatro años y cien días sin Alcalde y sin planes (III)

Autor: Gabriela Ichaso Elcuaz

Publicado: El Deber, 27 de mayo de 2000

 

Si no hay Plan de Desarrollo Municipal Sostenible hasta la fecha, tampoco hay planes sectoriales. En lugar de un alcalde, los últimos cuatro años y cien días Santa Cruz ha tenido un jefe de bomberos. Apagando incendios, unas veces con recursos municipales, otras veces con convenios firmados que nunca se cumplen, Johnny ha sorteado como ha podido huelgas del sector de la salud, paros de los vecinos de las zonas más populosas y alejadas, basura por todos lados menos en la puerta de su casa.

En esas condiciones, pedir peras al olmo parece imposible. Y si el jefe no comprende o no quiere entender que los problemas no están en los organigramas, sino en la falta de planes, proyectos y programas y, lógicamente, en los responsables que teóricamente deberían diseñarlos y ejecutarlos. Los problemas son estructurales y no de la estructura: además de la inexistencia de acciones e inversiones, la gravedad del estado financiero y operativo de la Municipalidad está en la arbitrariedad con que ha sido llevada adelante la administración municipal los últimos cuatro años, haciendo caso omiso a las normas de control básico y al desvío a otras actividades de los recursos percibidos por conceptos de Participación Popular, Alumbrado Público, etc.

Sabemos que toda actividad requiere de planificación y que ésta es la que más se ha extrañado en los últimos cuatro años y cien días. Sin embargo, lo que más nos preocupa es que a sola recomendación de la Coopers & Lybrand, se haya procedido la disolución de la Oficina Técnica del Plan Regulador, sin más trámite ni respaldo que un borrón y un dibujito, cuando tenemos en esa institución uno de los brazos estratégicos del Gobierno Municipal. Dos puntos y aparte son las muy malas condiciones de infraestructura en que funciona y la insuficiente cobertura de servicios a la ciudadanía, además de las innumerables quejas de arquitectos y vecinos por las “trabas” y “obstáculos” a sus trámites particulares o barriales.

Otra arbitrariedad es la supuesta desaparición de un plumazo de la unidad desconcentrada de la Casa Municipal de Cultura. Pero sobre ella y los “cultos” que la merodean, me extenderé en un artículo posterior.

El desacierto mayor en este rosario de desafortunadas decisiones es que tanto retroceso nos aleja cada vez más del camino positivo recorrido hasta 1995. La premisa aquella de “La Alcaldía a los Barrios… con Alcalde y todo” -que cumpliera la puesta en marcha de los planes de pavimentación, de drenaje, de iluminación pública, de canchas de fútbol y polifuncionales, de reestructuración ordenada y coherente de 120 barrios dentro del Plano Director, del diseño del plan prioritario de construcción del equipamiento comunitario distrital, entre otros- se acabó el 15 de diciembre de 1995, con la creación del distrito 12 y sus veinte nuevas unidades vecinales. Desde entonces hasta ahora, los parches han suplantado la visión completa de la ciudad.

Es más. Aquella olvidada decisión municipal de enfrentar las necesidades de los barrios de manera total, hoy es un mandato de la Ley. El Plan de los Vecinos 2000-2004, de Percy Fernández, proponía desconcentrar las grandes Oficialías y -en principio- las acciones más urgentes hacia los distritos. Desde el Concejo, lo propusimos reiteradas veces en los últimos cien días y particularmente en las sesiones distritales: tan simple como un/a subalcalde/sa al mando de un equipo de profesionales, como un ingeniero/a civil, un arquitecto/a, un abogado/a y un trabajador/a social, en cada distrito para comenzar a trabajar junto a los vecinos y poner en movimiento toda la ciudad desde sus barrios.

El artículo 54º de la Ley de Municipalidades define con amplitud las atribuciones de los subalcaldes municipales, quienes ahora son una obligación del Gobierno Municipal. Ya los doce distritos urbanos y los tres cantones de nuestra jurisdicción deberían estar exigiendo cada uno su subalcalde con todas las prerrogativas de ley. La estructura planteada por la Coopers & Lybrand no los tuvo en cuenta, como tampoco los consideró Johnny Fernández aún cuando ya la Villa Primero de Mayo ha iniciado un proceso “independentista”, que puede ser imitado por otros grandes distritos postergados.

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