Para que conste en acta – Me juego por la Revolución (I)

 

Para que conste en acta – Me juego por la Revolución (I)

Autor: Gabriela Ichaso Elcuaz

Publicado: El Deber, 22 de septiembre de 2000

 

Dijo José Vázquez Machicao, hace sesenta y dos años, que el 24 de septiembre no fue sino una consecuencia del fermento de agosto de 1809, cuando un alzamiento organizado por negros esclavos reclamó por el ocultamiento de la Real Orden recibida en Santa Cruz, que los declaraba libres de servidumbre y a los tributarios, de tributo. (**)

El 24 de septiembre de 1810, los doctores que habían estudiado en Charcas, se levantaron y proclamaron un nuevo gobierno, siguiendo el ejemplo de la Junta de Buenos Aires. Retomada por los realistas en 1811, el Cnl. Antonio Suárez dirigió la recuperación por los patriotas en 1813. Warnes y Arenales vencieron en Florida y Santa Bárbara liberando la entonces provincia de Santa Cruz de la Sierra. El “Feroz” Aguilera sería quien en El Pari derrotaría a Warnes y asumiría la gobernación realista de la provincia. Un compañero de Warnes, el Colorao José Manuel Mercado y sus montoneros, hostigaron a Aguilera constantentemente desde Cordillera, tratando de recuperar la plaza cruceña. La noticia del triunfo patriota en Junín y Ayacucho llevó a que Mercado tomase finalmente Santa Cruz y proclamase la independencia el 14 de febrero de 1825. (***)

“Nuestra choza es pobre, nuestra choza es triste

más por sus hendijas se miran las estrellas…

Todas las mejoras que tus ojos vean

están porque quiso la naturaleza

Nuestra puerta nunca se encontró cerrada….

… Y de aquí, es tan lejos a cualquier ciudad…” (*)

Hoy Santa Cruz cumple 190 años y cuando repaso en mis apuntes de historia a Seoane, Suárez, Warnes, el Colorao Mercado y tantos otros que con la pluma o con la bala pelearon por una Santa Cruz libre, me digo que también podríamos recuperar esa ciudad que una vez fue nuestra. Esa ciudad que ya perdió La Recova, Correos y Telégrafos, la casa de Zacarías Salmón, la Iglesia del Sagrario y dentro de poco el Altillo de la Sucre, esa ciudad tuvo hasta hace poco voluntad y recursos para hacerse cargo de los problemas que nadie más que ella misma había tenido capacidad de resolver. Hoy, 190 años después, tengo tristeza y espanto de encontrar la ciudad de mis ancestros hecha un fantasma a la vuelta de una esquina.

“Por eso nuestra gente, ya ves de qué laya.

Hija de la tierra, es igual su alma.

Pero no te engañe nuestro aire risueño y festivo.

Nuestra risa eterna es cuestión de cría…

Somos una raza que sufre y que calla

porque en el momento no se puede nada

pero que se guardó toditas sus cuentas.

¡No porque no sabe sumar! ¡Tuvo escuela!

Sino porque espera cobrar el doble

en la bárbara cuenta de muchas traiciones… ” (*)

No será con marchas de punta en blanco, sombrero de saó, pantalón arrollao, camisa anudada a la altura de la barriga, tipoi y danzas escolares, como alcanzaremos nuestras reivindicaciones y haremos realidad el rescate de nuestro pasado. No será con discursos ni con juramentos en falso que recogeremos los blasones… (****)

“El cruceño siente

tal vez las ofensas más rudas, mas fuertes…

Es tipo llanero, es bravo y sencillo

por eso no esconde, ni miente, ni finge.” (*)

No podemos conformarnos con mascullar en los pasillos, no podemos permitir que nos sigan quitando lo que es nuestro: ni los recursos de Participación Popular que son para salud, educación, cultura, saneamiento básico y caminos vecinales y no para la Doble Vía o para que se la roben; ni la plata de la tasa de alumbrado público que es para alumbrado público y no para otra cosa como la basura o para que desaparezca. No pueden seguir quitándonos la posibilidad de tener un Alcalde de verdad en lugar de ese mal vecino, que no paga impuestos de su empresa como lo hacen los cruceños; que no paga los impuestos de su lujoso automóvil como lo exige a los cruceños; que no valora ni respeta la pobreza digna de la que surgieron generaciones completas de cruceños y ahora, a las nuevas generaciones, les patea pelotas en la cara, les lanza al voleo juguetes y les refriega un desayuno escolar que no es de su propiedad. Un mal vecino que no duda en construirse una autopista familiar a costa de las aulas, baños y bardas que a gritos necesitan medio millón de cruceños. Un mal vecino que no responde por los 100 millones de dólares por los que hipotecó los próximos 5 años de los cruceños. Un mal vecino que no responde por los otros 100 millones de dólares que recibió en estos últimos cuatro años por Participación Popular en nombre de los cruceños. Un mal vecino que miente que la ciudad está limpia gratis y los cruceños seguimos comiendo y pagando basura. Un mal vecino que engaña por quinto año obras que no hace, mientras los cruceños mendigan ladrillos, arena y cal para proteger a los niños que juegan y escriben sobre la tierra y bajo los árboles. Un mal vecino al que le importó un bledo el plano de la ciudad, mientras a punta de buena voluntad, insistencia y hasta palo, los cruceños peregrinan buscando ayuda para que no les roben las áreas verdes.

“Los otros, sin sangre, fingieron ser amigos

y se llevaron grandes y ricos girones….

Y la cruel codicia del Conquistador

siempre victoriosa nos sacrificó.

Pero sí se recuerda cuántos enemigos

lanzando alaridos mordieron la tierra y

no se recuerda que el Quijote aquí

dejó su locura, rebelde y viril…

Hoy sólo tenemos un tercio de aquello

que fue nuestra herencia.” (*)

Yo no veo otra salida que una revolución. Una revolución de los vecinos blandiendo la Constitución y las leyes. Una revolución en cada casa, en cada calle, en cada barrio, en cada escuela, en cada mercado, en cada empresa, en todo lugar. Hay que dejar de estar mudos, de callar por miedo o por flojera. Hay que decirle mentiroso a quien haya que decirlo, hay que denunciar sobreprecio donde haya una obra encarecida, hay que rechazar a gritos cualquier acción que no haya sido pedida por los vecinos, hay que anotar la placa y la línea del micro que atropella, que no alza niños o embiste vecinos, hay que hacer escuela en cada colegio y denunciar que la caja chica les llega cuando acaba el año escolar, que los pupitres son un sueño, que los baños dan asco, que la infancia está insegura sin barda ni enmallado; hay que acabar con los diezmos/veintezmos de los contratos y sólo pueden hacerlo las empresas, solidarizándose ante cualquier irregularidad y negándose a participar en cada invitación si no existen garantías.

Todos tenemos que ayudar y responsabilizarnos de que si no sale de cada uno/una de nosotros al menos una expresión de protesta, seguiremos hundiéndonos en este descalabro.

Esta propuesta espero merezca sus inquietudes, sus mejoras, sus críticas y sus sugerencias, las cuales quiero de todo corazón tomar en cuenta.

Por favor, no quede indiferente.

Eomail: cuentoconvos@hotmail.com

Casilla Postal: 2373

Dirección: calle Sucre esquina Chuquisaca, último escritorio del último rincón de la casona del Cabildo de la Ciudad.

(*) Fragmentos de “Desde el umbral”, del poeta Rómulo Gómez hijo (†)

(**) Publicado el 24 de septiembre de 1938, en El Diario.

(***) Paula Peña, historiadora. Publicado el 20 de septiembre de 1998, en El Deber Extra.

(****) Pedro Rivero Mercado, periodista, escritor y abogado. Publicado en “1900-1999: El Espíritu de Un Siglo”, enero de 2000.

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