Tenencia de tierras

 

Tenencia de tierras

Autor: Alfonso Moreno Gil

Publicado: Santa Cruz, 21 de noviembre de 1999

 

“Tenencia de tierra” es la denominación que se utiliza para explicar y desnudar un preocupante tema socioeconómico de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Este problema se originó allá por la década del 50. Es producto de la pobreza, la migración masiva, la demagogia, la viveza de muchos, los negociados, la falta de seguridad jurídica, el abuso político, la desesperación de la gente, la falta de visión de algunos líderes, la complicidad y/o permisividad de autoridades. En fin, podemos continuar agregando más causas, pero en definitiva hay un gran problema en la ciudad que se debe resolver para bien de la comunidad.

Es posible que este problema -por las connotaciones que tiene, por todo lo que involucra, por lo que significa para la ciudad -sea el que más urge resolver. Actualmente, según datos estimados, porque aún no se dispone de alguna información exacta, se habla de entre 50% y 60% de terrenos en toda la ciudad sin títulos legítimos de propiedad, terrenos en numerosos casos con viviendas de mucho valor y dotados de todos los servicios básicos. Todos estos inmuebles – problemas no son objeto de tributo, puesto que lo que están en posesión física de ellos no están respaldados por documentos legales que acrediten el respectivo derecho de propiedad, y quienes sí tienen títulos verdaderos no ocupan los terrenos. En consecuencia, a ninguna de las dos partes le interesa tributar, pese a las implicaciones que esto acarrea y los consiguientes daños causados a la ciudad.

Además, y para agravar más esta realidad, hay quienes han loteado áreas verdes e igualmente terrenos destinados a calles y avenidas. Por supuesto que también en estos casos los ocupantes carecen de documentos que justifiquen algún supuesto derecho y, por consiguiente, no tributan. Por añadidura, continúa el interés partidista de determinados dirigentes y militantes políticos que permiten estas agresiones a la ciudad con el solo fin de ser favorecidos con el voto en épocas electorales y para gozar de apoyo incondicional durante su gestión. Con seguridad que hay más casos de ilegalidad.

Sin documentos de propiedad en regla no se puede utilizar tales inmuebles como garantía hipotecaria de créditos que permitan satisfacer necesidades económicas. Asimismo los detentadores de estos inmuebles no los pueden transferir a terceros ni cederlos legalmente a sus herederos. Viven en permanente estado de incertidumbre e inquietud porque siempre habrá demandas judiciales en su contra.

Sin duda, el mayor perjuicio lo sufre el municipio. Y es que el desarrollo de la ciudad resulta afectado por no pagarse ningún tributo al gobierno comunal. Como sabemos, este suele contraer préstamos para invertir recursos en obras de mejoramiento urbano, principalmente el pavimento de calles y avenidas. Gracias a esos trabajos los inmuebles obtienen una plusvalía que la municipalidad debería recuperar a través de los impuestos catastrales, y de esta forma obtener ingresos suficientes para pagar sus obligaciones crediticias, conseguir nuevos financiamientos y continuar impulsando las obras urbanas, en beneficio de toda la ciudad. Sensiblemente, este círculo constructivo no es posible proyectarlo como una constante porque la Comuna no puede recuperar sin demoras la cuantía de las inversiones iniciales, lo cual genera íliquidez, dificultades y perjuicios a toda la ciudad.

Por todo lo expuesto, debería aplicarse en nuestra capital un procedimiento idóneo para solucionar definitivamente el problema de la tenencia irregular de la tierra urbana. Si no se toman decisiones al respecto, nunca habrá recursos que alcancen para llevar adelante nuestro desarrollo urbano, que necesariamente tiene que ser encarado con una visión integral de nuestra realidad.

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