Conciliación

 

Conciliación

Autor: Alfonso Moreno Gil

Publicado: Santa Cruz, 31 de octubre de 1999

 

En el Comité pro Santa Cruz recibimos permanentemente opiniones y sugerencias sobre cómo debería ser el accionar de la máxima institución del movimiento cívico cruceño. Todas esas expresiones son válidas, porque entendemos que se hacen de buena fe, con real intención de contribuir a nuestras actividades en lo que se considera necesario. Sin embargo, no siempre hay coincidencia de criterios en cuanto a lo que podría hacerse, por lo que le corresponde a nuestro Directorio la delicada tarea de definir la línea a seguir de acuerdo a lo que determina el Estatuto y, complementariamente, según las enseñanzas del pasado, o sea, conforme a los principios de la tradición cívica departamental.

Indudablemente no todos podemos pensar de la misma manera en temas que prestan al debate. Incluso entre los miembros de una familia hay diferencias y lo prudente y racional es respetarse mutuamente. Las experiencias personales, que nunca son idénticas para todos, ocasionan que las opiniones y la forma de tratar cada situación respondan a ópticas distintas, lo cual -como es natural- genera acciones peculiares.

En temas controversiales el Comité hace recurrir a fórmulas justas y equitativas, que tengan en cuenta el interés general y el bien común, y es sobre casos de esa naturaleza abundan las opiniones.

En lo que concierne a conflictos entre entidades afiliadas al Comité pro Santa Cruz, nuestro Estatuto señala textualmente en el artículo 68º: “El Comité podrá actuar como conciliador o mediador a pedido de cualquier de las partes, cuando se produjera un conflicto entre instituciones afiliadas, pero no podrá pronunciarse en contra o favor de una de ellas”. Atendiendo lo indicado en esta norma, los problemas de ese tipo suelen ser tratados generalmente en forma reservada y discreta, buscando su solución por las vías del diálogo y con sujeción al marco legal y ético. Por cierto, un deber de la dirigencia cívica es cuidar, en casos de esa índole, que las instituciones no resulten dañadas y afectado el principio de la unión social.

Hay quienes, por desconocer o no aceptar la filosofía que rige el desenvolvimiento de las entidades cívicas, critican al Comité por no manifestarse en forma abierta y radical contra aspectos que cuestionan de determinadas organizaciones de nuestro medio. Sobre ello es importante recordar que existen disposiciones y reglamentos que regulan el accionar de las instituciones públicas y privadas, e instancias y organismos oficiales encargados de fiscalizar su funcionamiento. Lo que corresponde al respecto es velar por el correcto desempeño de esas responsabilidades.

Cuando el problema o reclamo es de carácter regional y no hay conflictos directos entre instituciones afiliadas es fácil asumir posiciones y esto nos da mayor libertad de opinión. Pero en todos los casos la posición del Comité pro Santa Cruz siempre deberá estar sustentada en los valores de la Ley, el derecho y el más amplio concepto de la justicia.

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