BENI, PANDO Y SANTA CRUZ: MAS UNIDOS QUE NUNCA

 

BENI, PANDO Y SANTA CRUZ: MAS UNIDOS QUE NUNCA

Autor: Carlos Dabdoub Arrien

Publicado: enviado a www.eforobolivia en diciembre de 2001

 

BENI, PANDO Y SANTA CRUZ: MAS UNIDOS QUE NUNCA

Carlos Dabdoub Arrien

Al inaugurarse este 18 de Noviembre la carretera Santa Cruz-Trinidad, ha quedado sellado un nuevo capítulo del hermanamiento entre esos pueblos que existen desde que Dios creó estas ubérrimas llanuras dotadas de serpenteantes ríos que bañan a la tierra madre para que de su entraña broten árboles y frutos y calmen la sed de la fauna desparramada en sus suelos. Posiblemente, “hace 2.500 años, bajando por el Orinoco y luego siguiendo las afluentes del Amazonas se asentaron gente de lengua Arawak”, construyendo la “grandiosidad de las culturas hidraúlicas y agrícolas que existieron en Mojos 1.000 años antes de nuestra era”. Luego, “llegarían a la tierra de los Chané, oleadas de guaranís (llamados Chiriguanos en lengua Quechua)”, desarrollando “un tipo particular de vida asociativa conocida actualmente como Chiriguano-Chané” (Quienes son los originarios. Ovidio Roca A. El Nuevo Día 1/11/01). Más tarde, vendrían otras razas para conformar un enmarañado mestizaje, cuya tipología hoy se identifica como “camba”.

Desde la fundación de Bolivia, la política del olvido fue siempre el hilo conductor de los gobiernos de turno. Su regionalismo perverso hizo que sólo les importe el territorio andino y sus riquezas naturales extractivas. Esa miopía fue determinante para perder el Litoral, el Acre y el Chaco bolivianos. Sin embargo, ahora surgen en estos llanos y pampas la esperanza de un nuevo desarrollo; empero la discriminación del modelo andinocentrista hacia Beni, Pando y Santa Cruz continua, al extremo de asumir actitudes injustas, como la postergación de los resultados del Censo 2001, para que no aumente el número de parlamentarios cruceños y que no llegue el monto correspondiente a coparticipación, manteniendo además una distribución inequitativa de recursos económicos para las universidades de los departamentos orientales, a lo que se suma el peligroso e irresponsable reparto de tierras en este jirón patrio a manos de la burocracia del gobierno central o la intención de usurpar territorio al pueblo beniano.

Beni, Pando y Santa Cruz tienen ante sí iguales desafíos a vencer que sólo la unidad de los tres departamentos podrá derrotarlos. El primer enemigo es el modelo estatal que ha consolidado el “Estado-negocio, prebendal, centralista y ajeno” a todos los ciudadanos, que hace y deshace cuánto quiere en todas las regiones del país. Segundo, es la defensa de su territorio y tercero, preservar y enriquecer una cultura común. El análisis de cada uno de estos factores, llevó al Movimiento “Nación Camba” a establecer algunos principios. Veamos.

Desde 1825, el sistema de gobierno fue unitario, cuya base era el centralismo. Después, todas las Constituciones siguieron el mismo curso. Este “modelo político, económico e institucional impuesto al país, ha agigantado los desequilibrios regionales, la desigualdad, la corrupción y la marginalidad social”. En este mismo ámbito, “el monopolio de la representación pública de los partidos políticos nacionales anuló las iniciativas y los liderazgos regionales, generando la lógica del adulo y el autoritarismo”. Por último, la última propuesta de reforma constitucional presentada al Parlamento es simplemente un remiendo al mismo modelo, pero eso sí, añadiendo su resabio centralizador al plantear que “el Poder Legislativo tiene su sede en la ciudad de La Paz” (art. 46. Concejo Ciudadano para la Reforma Constitucional). Por tanto, surge la urgente necesidad de crear en Bolivia el Estado de la Autonomías Departamentales, perfeccionando, “la institución estatal y democratizando el poder en sus instancias nacionales, departamentales y municipales”. En este sentido, precisamos la unidad de un bloque parlamentario para que en el debate de la reforma constitucional, imponga el cambio del actual modelo centralizador.

En cuanto al que fuera territorio de Mojos y Chiquitos, siempre hubo un apetito desenfrenado para dividirlo y fragmentarlo. En la actualidad preocupa el diferendo limítrofe en Isiboro-Sécure que “es y seguirá siendo beniano”, y por el otro lado, la repartición de tierras en el Oriente boliviano por los burócratas de la sede de gobierno. A este respecto, “entendemos a nuestro extenso territorio como la patria común de todos los cambas; es indivisible y se extiende hasta donde llega nuestra cultura”. “Como no somos colonia de nadie, rechazamos enfáticamente cualquier política que a título de “colonización” depredadora involucre inconsultos asentamientos humanos, sean estos de bolivianos o extranjeros y/o que conspiren en contra de los equilibrios geopolíticos internos y externos”. En este caso, al igual que el anterior, cualquier despropósito al respecto, deberá enfrentarse con tres pueblos unidos por su gente, sus instituciones y sus parlamentarios.

En cuanto a la sistemática negación de nuestra identidad cultural, hemos declarado el derecho a la diferencia, pero siendo democráticos y reconociendo nuestro apego a Bolivia, ratificamos una vocación integracionista, al igual que el respeto al pluralismo cultural. Reconocemos que el nacionalismo regional y su identidad “deben ser parte de nuestra esencia, el impulsor del desarrollo y el factor cohesionador de nuestra voluntad de ser libres”. En este doble proceso de construcción cultural y soberanía cultural “camba”, necesitamos actuar en tres frentes: “la defensa del espacio político, la formulación de reglas para el juego cultural y la toma de acciones tendientes a indicar modelos, a corregir desequilibrios o a estructurar canales de comunicación” en el territorio donde se extiende la cultura de la nación “camba” (Ver Eduardo Delgado. En Cultura y Región. 2000).

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