El sueño de la exportación

El sueño de la exportación

Autor: Willi Noack

Publicado: El Mundo, 06.06.1987

“Exportar o morir” – el lema existe.

Le meta es: las exportaciones no tradicionales deben ser suficientes para cumplir con los requerimientos del país, con las cuales se generarán divisas en un orden de, por lo menos, 500 millones de dólares.

Para lograr esta meta, se ha desarrollado mucha actividad: por ej., la fundación de la Cámara Departamental de Comercio Exterior y una Cámara Nacional de Comercio Exterior; el llamamiento de los líderes empresariales y cívicos hacia una concientización exportadora. A raíz de ello podemos citar un grupo de empresarios cruceños que visita una feria de muebles en Alemania para averiguar las posibilidades de exportación.

Pero, ¿después del estaño y el gas – qué?, es una pregunta clave para el porvenir de nuestro país. Ya se escuchan voces de aquellos que dudan sobre nuestra competitividad exportadora actual; el alto costo de la producción y exportación es la mayor preocupación.

Todos estos argumentos que definen el marco del tema, son por demás conocidos y explicados a fondo, por lo tanto, no los trataremos nuevamente en esta exposición. Estos nos muestran la existencia de dudas en la posibilidad de considerar la exportación como salvación.

Pero, hay más.

Los países importadores con la capacidad y fuerza que tienen para imponerse en el negocio con un país como Bolivia, ponen sus condiciones:

· Exigen garantías para el cumplimiento de un contrato, porque no cabe duda que la imagen de los países del Tercer Mundo en el exterior no es de las mejores.

· Exigen calidad, empaque, condiciones de envío muy altas y estipulan las mismas sin dar lugar a negociaciones.

· Piden como “condicio sine que non” las garantías de continuidad para establecer relaciones comerciales a mediano o largo plazo.

Imaginándonos que sabemos bajar el precio CIF, puesto puerto país importador, ¿estaremos en condiciones de garantizar los demás requerimientos mencionados?

Todavía no hemos tocado nuestra preocupación más grande, pensando en la exportación.

Es este el panorama económico mundial y cómo se presenta actualmente.

Para describir este entorno, citamos las conocidas amenazas, lo que nos pinta un cuadro realmente alarmante, pues solo en su conjunto muestran que la economía mundial en estos tiempos – ¡y, quién sabe, por muchos años más! – sufre de problemas para los que aún ni siquiera se conocen soluciones.

Del 8 al 10 de junio se reunirán en Venecia los jefes de Estado de los países más industrializados para llevar a cabo su 13° reunión cumbre. No se espera grandes soluciones, pues existen profundos desacuerdos en la interpretación de la coyuntura económica mundial.

Entre el 6 y el 31 de julio del presente año, se reunirá en Génova la 7° asamblea de UNCTAD (United Nations Conference on Trade and Development, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo). Las perspectivas son pésimas. No se prevé un acuerdo entre países industrializados y los del Tercer Mundo. Algunos expertos pronostican posiciones muy egoístas.

¿Cuáles son las raíces / razones de los problemas?

Las más importantes son las siguientes:

· Descenso de la tasa de desarrollo en muchos países, sobre todo en los industrializados con alarmantes consecuencias; solamente en estos países existen 33 millones de desocupados. En el año 1933, cuando Adolfo Hitler asumió el poder, había alrededor de siete millones de desocupados en Alemania.

· El déficit del Presupuesto Federal de los EE.UU. llega a 220.000 millones de dólares.

· El déficit de los EE.UU. en el comercio con Japón llega a 60.000 millones de dólares de superávit a favor del Japón, algunos comentan sobre la posibilidad de una “guerra” entre ambos países. El Presidente Reagan lo llama “la competencia desleal”.

· El endeudamiento del Tercer Mundo figura con una suma de alrededor de 1.100.000 millones de dólares.

· Entre 1980 y 1986, los precios de la materia prima bajaron en términos reales en un 30%, para el futuro, los “terms of trade” van a bajar más.

· Sigue el proteccionismo en muchos países industrializados. El sector agropecuario en la CEE no solamente prohíbe importaciones, sino que exporta sus excedentes de alimentos, aprovechando de su fuerza económica para subvencionar las ventas o entregar en forma de “donaciones” (PL 480).

· Existe una alarmante tendencia a buscar egoísticamente soluciones mediante mayor proteccionismo: un actual candidato por la presidencia en los Estados Unidos, Richard Gephardt, es uno de los protagonistas.

· En el Tercer Mundo, el crecimiento de la población es más alto que el crecimiento económico, se acrecienta más y más la brecha entre ricos y pobres (más conocidos como el declive entre el Cono Norte y el Cono Sur).

Existe mucho nerviosismo en los mercados mundiales financieros. Es una ley fundamental de la política económica que la pérdida de confianza monetaria puede desencadenar procesos poco controlables. La reacción por la renuncia de Volcker, presidente del Banco Central de los EE.UU., en la bolsa y la nueva caída del dólar, muestran claramente esta sensibilidad de los mercados financieros.

Se siente temor ante una nueva recesión económica mundial, sabiendo que las “recetas de cocina” del pasado han dejado de ser efectivas. Se habla de la necesidad de aplicar nuevos instrumentos, sin saber cuáles son.

La caída del dólar y la alta tasa de intereses provoca a Peter F. Drucker a contestar que los EE.UU. actualmente no cumplen con su rol de país líder en materia económica financiera.

Además, hay terribles amenazas para la humanidad, los conflictos bélicos (Golfo Pérsico), el armamiento de los bloques, el terrorismo, incluso el SIDA.

Considerando este escenario de horror, se plantea la siguiente pregunta:

La exportación para nuestro país, ¿realmente representa una salvación?

Pensamos en la situación de Bolivia frente a este entorno e imaginándonos que la disponibilidad de divisas de fuentes ilícitas expirara, nos debemos preguntar: ¿Qué pasará en el futuro?

No cabe duda que se precisa de una reestructuración económica, lo más pronto posible, y para ellos existen tres posibilidades:

1. Podemos orientarnos en el mercado interno.

Sin embargo, se ha citado últimamente la opinión de un reputado ex ministro de economía argentino y prestigioso banquero, quien expresó que: “Argentina no interesa a nadie, tenemos que vivir en lo nuestro.” Esta consideración se respalda en una corriente de ideas en auge en Europa, que dice que el éxito económico de los países del Tercer Mundo, depende en gran escala de sus esfuerzos propios. Además consta que las transferencias privadas hacia estos están disminuyendo. (Hay que leer entre líneas.)

La orientación hacia el mercado interno es difícil por la deficiente infraestructura boliviana, ¡quién puede negar esta realidad! Pero, tomando en cuenta nuestro potencial económico y pensando en el relativo éxito de la economía informal del Perú (Hernando de Soto, “El otro Sendero”, libro que merece ser estudiado), estamos convencidos que este modelo debe ser analizado con más seriedad y detalle. Sabemos que el ejemplo exitoso en la orientación hacia el mercado interno de la India, con sus 732 millones de habitantes, no nos sirve para ser copiado, pero acaso, ¿no podemos sacar algo aplicable, estudiándolo?

2. Existe la solución en forma de “exportación”

Por los argumentos ofrecidos anteriormente, estamos seguros que dentro de muy poco, o sea, en los próximos años, nos cuesta ser un país exportador. Actualmente hay en Santa Cruz unas 50 empresas en total que podrían exportar.

Nos vemos en compañía de otras personas preocupadas en esta evaluación: “Ya es sabido que por la vía de las exportaciones no cabe esperar mucho; supuesta la crisis de los mercados internacionales” (José Gramunt de Moragas). Crear una mentalidad exportadora no es factible en pocos años. Durante mucho tiempo más, el transporte representará un obstáculo sumamente grande para la exportación, mientras el Banco Mundial considere prioritario disminuir los costos de éste para las exportaciones, lo que es muy cierto.

Además, los productos no tradicionales son granos de soya, harina de soya, azúcar, tortas de soya, maderas simplemente aserradas e hilo de algodón. No obtendríamos de ninguna manera una posición fuerte en la comercialización de los mismos, por lo tanto, estaremos siempre sujetos a los imprevisto en los mercados internacionales.

País ejemplo en este camino exitoso de la exportación es Singapur, pero por el conocimiento personal, me animo a decir que Bolivia y Singapur son dos mundos totalmente diferentes.

Por lo tanto, no creemos que la exportación es la solución inmediata de la actual crisis de nuestro país.

3. La solución simbiótica entre la orientación hacia el mercado nacional e internacional.

Este camino es obligatorio cuando un país precisa de divisas para importación de productos, insumos vitales, etc. ¿Qué cantidad de divisas necesita realmente Bolivia para sus siete millones de habitantes, para mantener o mejorar su nivel de vida, olvidándose de los bienes de lujo y de poca justificación para el país?

¿Será que es factible generar esta suma con la exportación, sobre todo en los mercados de los países vecinos, dando incentivos para que los ingresos por concepto de ventas sean utilizados en importaciones ineludibles?

Conclusiones y recomendaciones

Investigando en las causas de la riqueza de las naciones (Adam Smith), siempre se descubre que la respuesta es una comunidad libre, con una economía del libre mercado o, a nivel mundial, es el libre comercio, lo que se busca mediante la GATT (General Agreement on Tariffs and Trade – Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio). Pero, también se detecta la utilización de instrumentos económicos para influenciar sobre el desempeño de la economía a fin de lograr las metas. Así se conoce la política de la economía social del libre mercado. Analizando los “enigmas económicos”, se puede encontrar explicaciones muy simples: es la libre iniciativa de todos lo que lleva adelante a un país.

El Estado tiene que proporcionar, mediante sus leyes y la ejecución de las mismas, un marco adecuado y ayudar a los ciudadanos a cumplir su rol como integrantes y agentes del sistema económico del libre mercado.

Existen instrumentos conformes con éste para intervenir en el funcionamiento del libre mercado con la finalidad de lograr sus metas. Ultimamente, los presidentes de las cámaras agropecuarias aportan con sus ideas en este sentido.

Es cierto, que la lucha contra los costos, la excesiva burocracia, la inflación con tasas actuales, es imprescindible; pero también necesitamos una orientación realista de la Nueva Política Económica: La exportación es el gran desafío para nuestro país, pero mientras, hay que garantizar la existencia de la industria y de los sectores vigentes para el autoabastecimiento, pues: ¿quién sabe qué pasará en el mundo de mañana?

¡Luchemos, para que el sueño de la exportación se convierta en una realidad!

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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