La realidad social del país

La brújula económica (La realidad social del país)

Autor: Willi Noack

Publicado: SECCION 100, Separata de El Deber, 18.04.1989

Hace poco, se llevó a cabo un seminario en nuestra ciudad sobre el tema titular.

Sin un análisis auténtico de la situación real, no se pueden identificar causas y orígenes de fallas que obstaculizan nuestro desarrollo.

Sin conocimientos de estos factores perjudiciales, no se sabe apuntar a los males que atacan nuestra realidad social, ya sean parte del ser humano en forma de sus atributos personales, normas éticas y morales, leyes y costumbres de la sociedad, ya sea el quehacer de cada uno como individuo o como miembro de un grupo, para no olvidarse de los factores “tiempo” y “espacio”, que definen el escenario de una sociedad.

En el mencionado seminario, unas treinta personas de diferentes cargos, profesiones, edades, sexos, etc., analizaron nuestra realidad social, para descubrir por qué no se logran en mayor grado objetivos como ser subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación y libertad, representando en este catálogo una sumatoria de necesidades humanas fundamentales.

Según el criterio en voto mayoritario de los participantes del seminario, existe “clarininísima” evidencia sobre causalidades, por qué, por ejemplo, en Bolivia es tan difícil lograr la subsistencia individual. La ignorancia ha sido identificada como causa primordial del hombre boliviano; además la corrupción como norma habitual de su comportamiento es también culpable. Se explota demasiado en Bolivia y, por ende, falta infraestructura en general y existe una mala distribución poblacional.

Tenemos que explicar cómo se llegó a tales descubrimientos. Se aplicó en el seminario una matriz de necesidades existenciales y axiológicas y sus satisfactores que, supuestamente, una vez llenada la matriz por el grupo, sirve de auto-diagnóstico, es decir, el grupo puede identificar sus características. El resultado de este ejercicio, supuestamente, permite al grupo tomar conciencia de sus carencias y potencialidades más profunda. El ejercicio tiene, supuestamente, dos virtudes. En primer lugar, operacionalizar una estrategia de desarrollo orientada hacia la satisfacción de las necesidades humanas, en segundo término resulta educador, creativo, participativo y generador de conciencia crítica, creando efectos sinérgicos.

¿Qué tal? ¿Tan fácil es el (auto)diagnóstico? Ahora que se conoce la “enfermedad”, hay que aplicar la medicina. ¡Fácil!, pero, ¿será que es tan fácil curar nuestra realidad social?

El método aplicado tiene graves defectos resultantes del auto-diagnósctico.

En vez de mencionar la ignorancia – ¿por qué no se habla de los pocos esfuerzos individuales para superarla? ¡La ignorancia no es un estado permanente!

En vez de lamentar la corrupción, – ¿por qué no se lamenta la predisposición de una gran mayoría a aceptarla, e inclusivo fomentarla?

Existe explotación, pero, ¿no será que ella existe porque el individuo se deja fácilmente explotar? O sea, el factor causante es un cierto sometimiento.

Y, por ende, nuestro vasto espacio físico siempre es una explicación justificativa para el subdesarrollo, o para la dificultad en lograr la subsistencia.

¿Por qué no sirve el auto-diagnóstico? ¡Es por el predominio de clichés y tabús! La ignorancia, siendo la explicación del cliché, se puede deplorar pública y mayoritariamente, en cambio, mencionar la co-culpabilidad personal por ser ignorante, debido a pereza y holganza, sería la violación de un tabú.

Por los fallos en nuestra realidad social somos todos y cada uno co-culpables, y no podemos pretender que se impongan fuerzas anónimas omnipoderosas invisibles.

¿Para qué sirve esta sutileza expresada en esta observación?

Perdón, no se trata de sutileza, sino de la futura Realidad Social del País, pues si se echa la culpa, por deficiencias, a causas anónimas, a los terceros, a la ignorancia en general, se puede obtener calma sin sentimiento de culpa, pues la culpa la tienen otros. Las consecuencias y medidas a tomar no afectan personalmente, hay que luchar fuertemente contra la ignorancia, la corrupción, la explotación, la dispersión demográfica y la insuficiencia de la infraestructura; conscientes que se tratará de una lucha sin victoria.

En cambio, si se asume corresponsabilidad por los fallos, cada uno se ve obligado en persona s ser estudioso (para superar su ignorancia), en vez de desperdiciar su tiempo o renunciar personalmente a la coima, pues para que exista corrupción, se precisa uno que pida y otro que pague. Cuán cómodo es, en cambio, quejarse de la corrupción en general como si fuera un hecho impersonal, cayendo en el fatalismo y resignación.

En el mencionado seminario se ha identificado, entre otros, el atributo humano “Dominación” como causante de la pérdida de identidad cultural. ¿Por qué no se puede defender la identidad? ¿Por qué hay que someterse a la dominación? ¿Acaso no tenemos el derecho de apagar el televisor?

¿Perdemos nuestra identidad cultural por ser dominados por fuerzas foráneas o, más bien, porque nos falta cariño y valentía para defenderla?

Dominación, como cliché, mientras la causa de ser demasiado débil para defenderse, no se menciona, siendo ésta explicación de un tabú.

No se pueden autodiagnosticar “defectos sociales”, pues el auto-diagnóstico cae en una reconfirmación de los clichés, aprobada por los encuestados. Los tabús – ¡por ser tabús! – no se tocan.

Por lo tanto, el resultado del auto-diagnóstico es erróneo, conclusiones y recomendaciones para medidas a tomar no sirven, pues no han sido identificadas las verdaderas causas, sino sólo algunas pseudo-causas.

Según el auto-diagnóstico realizado, el ser boliviano tiende a discriminar, por lo tanto no hay participación. ¡Por Dios! – ¿y por qué no se defienden con uñas y dientes a los que quieren participar contra los que discriminan?

El colmo: ¿Cómo puede la alienación inhibir la creación (o creatividad)? Si no hacemos caso al mundo exterior, ¡no hay alienación!

Más interesante nos parecía identificar los verdaderos factores que determinan nuestra Realidad Social, distinguiéndolos en controlables e incontrolables, ¡pero distinguir sin caer en la trampa de los clichés y tabús!

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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