El sólo dinero no basta

El sólo dinero no basta

Autor: Willi Noack

Publicado: SECCION 100, 11.07.1989

La inflación de conferencias, foros, simposios, debates, talleres de trabajo, mesas redondas o cuadradas me causan una cierta preocupación. Todos ellos sobresalen y se destacan individualmente, son por lo menos, según pretenden, internacionales y trascendentales, superando en su importancia a todo lo anterior y futuro. Consecuentemente, los titulares en los medios de información atribuyen una importancia equitativa equivocada, sin darse cuento de que todos los acontecimientos no revisten igual trascendencia e importancia, como se intenta hacer ver. ¿Cómo logramos entonces definir lo que es una verdadera mesa redondo internacional que cumpla con los requisitos anteriormente citados?

La semana pasada hubo una reunión con representantes de organizaciones e instituciones internacionales y altos representantes de países amigos, con el fin de discutir el PLAN DE ACCION PARA El DESARROLLO FORESTAL DE BOLIVIA 1990 -1995, que es, ¡de verdad!, existencial para el país y para los países donadores, pues se trata de una base vital de desarrollo y subsistencia humana. Anualmente, las naciones ricas invierten Mil MILLONES DE DOLARES en medidas de protección y conservación, considerando la necesidad de duplicar el monto asignado.

Bolivia va a recibir generosamente, para el financiamiento de su plan quinquenal, muchos millares de dólares para proyectos útiles y necesarios.

El problema, sin embargo, es otro, mejor dicho, son dos:

Por una parte, es necesario la concertaci6n de intereses políticos de sectores tan dispares como los madereros, los ecologistas, los colonos, los agropecuarios, el gobierno… La resolución de los entredichos se logra sin plata, con mucho trabajo para igualar criterios y buena voluntad, ya que el asunto es bastante delicado y su “desenlace” en el teatro político desatará mucha polémica por parte de grupos de fuerte presión. Se precisará una mano dura de gobierno, respaldado por una sólida mayoría en el parlamento, para aprobar leyes que garanticen un equilibrio armónico entre todas los postulados presentes, incluyéndolos ecológicos, pues sin ellas los proyectos son una llanta mientras la carretera sigue sembrada de clavos. Mano dura, pero complementada con viveza criolla, para lograr esta concertación, que es tan difícilmente, sólo existe una política tácita basada en el statu quo , cada uno, a su modo, sin concertación alguna y un gobierno que prefiere abstenerse de actuar y lavarse las manos. Para que los proyectos puedan traer beneficios, se precisan políticas claras que pongan fin al caos existente. ¡Ojalá que existiera voluntad y fortaleza para unirse¡

El segundo problema no es menos difícil. Con una triquiñuela al estilo de un prestidigitador experto, fue escamoteado. Se ha dicho que Bolivia necesita mercados internos y externos para nuevos productos madereros. Es sencillo hablar de que deben existir, lo que falta a es que nos digan cómo. dónde y cuándo. Ya lo dice el refrán: “una cosa es predicar y otra dar trigo”.

Implícitamente, se ha comentado que siempre, de una u otra manera, habrá mercados, como si fuese algo real y concreto, una condición cumplida, cuando todos sabemos que el cuello de botella es la comercialización de los productos.

Existen condiciones que son, en gran medida, controlables por nosotros, y otras casi incontrolables, es decir, que no podemos dominar los factores que determinan estas condiciones.

El conquistar mercados, al igual que captar capitales de riesgo en inversionistas privados extranjeros depende de condiciones bastante incontables, pues el comprador o inversionista domina la decisión y, solamente. cuando todos los requerimientos que él define están cumplidos, compra o invierte en nuestro país. Nunca vamos a olvidar que existe mundialmente un sinnúmero de alternativas, y para que la alternativa que nosotros ofrecemos sea la más atractiva ¡hay que cambiar mucho!

¿Será que pronto podemos aumentar nuestra atractividad (calidad de mercadería, buenos precios de venta, presentación, garantías para un abastecimiento a perpetuidad, cabal cumplimiento de las obligaciones contraídas, etc., etc.). Caso contrario no seríamos competitivos y no podríamos vender ni captar capital privado.

Necesitamos ventas, pero esta constatación manifiesta nada más que la tarea, sin solución “incorporada”.

Sin contar con la venta, no tiene sentido el producir. ¿Tal vez existe más factibilidad en el fomento del mercado interno, por más que se sature rápido, que en el soñar con la exportación?

Exportar madera de construcción es un sueño, pero fabricar viviendas utilizando esta madera es una alternativa real.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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