Bolivia a través de los ojos de un gringo (alemán de visita por el país)

Autor: Willi Noack

Publicado: SECCION 100, Separata de El Deber, 28.11.1989

Tuve la oportunidad de acompañar en las semanas pasadas a un industrial alemán, yugoslavo de nacimiento, en una gira por varios lugares del país. Había venido para averiguar sobre las posibilidades de invertir en Bolivia.

Mucho se habla (y felizmente se hace) de convencer a inversionistas extranjeros a que coadyuven en el desarrollo del país a través de actividades empresariales extranjeras, en forma de inversiones directas o de “joint-ventures”, es decir, cooperación entre bolivianos y extranjeros.

Lo importante es aplicar una política activa y agresiva en la búsqueda de esta colaboración. De nada sirve esperar sentado, aguardando a que aparezca, tal vez, algún inversionista, hecho que es bastante improbable por la pésima información sobre Bolivia que llega al exterior, formando una imagen totalmente distorsionada, falta y nada tentadora para animarse a invertir en un país supuestamente caótico, narcótico, inestable, etc. etc.

Aplauso para cualquier actividad que abra caminos en este sentido. Recientes viajes de personalidades del sector empresarial cruceño a países limítrofes o ultramarinos merecen respaldo total.

¿Cuáles son los obstáculos ara que un extranjero invierta en Bolivia?

1. En primer lugar, muchos no vienen, directamente, asustados por los “clichés” falsos, semi-falsos o correctos que existen sobre Bolivia. Cada empresario que no venga a visitarnos, representa una posibilidad perdida. Existe mucha omisión al respeto por parte del gobierno (trabajo insuficiente de las Relaciones Públicas de las Embajadas y Consulados, y poca agresividad en los entes dedicados a la conquista de nuevos mercados).

2. Cualquier inversionista busca rentabilidad atractiva sobre su capital invertido, corriendo riesgos más o menos calculables. Por más que la rentabilidad sea muy atractiva, no va a arriesgar su capital si las garantías para ella son insatisfactorias. ¡Bolivia necesita una Ley de Inversiones urgentemente!

3. Presentación de proyectos de factibilidad debidamente elaborados, según los requerimientos del extranjero y no según la rutina nacional. Una determinante fundamental es el análisis del mercado futuro, para bienes y servicios que se pretendan producir. Otra exigencia son los planes operativos y presupuestos financieros que reflejan la calidad gerencial de la contraparte boliviana.

4. El inversionista no sólo nos “sirve” como financista, dejando “plata”, sino también es un valioso aliado en la transferencia de “know-how”, es decir, transferencia de conocimientos técnicos, administrativos, mercadeo, flujos de trabajo, etc. A este inversionista hay que darle la bienvenida.

5. El inversionista extranjero nos abre puertas para llegar a mercados, difícilmente penetrables sin esta cooperación, que tal vez es un valor que debería ser valorizado como más importante que su capital de riesgo, que comúnmente, al aparecer, tanto nos gusta recibir. Como ejemplo, citamos a la empresa cruceña que, hace poco, firmó un contrato de cooperación con un grupo italiano.

6. El marco macroeconómico debe inspirar confianza en el futuro (¡mencionábamos la Ley de Inversiones!), pues durante toda la vida de la inversión deben existir las condiciones iniciales que animen al inversionista a arriesgar su capital. Si el ministro alemán de cooperación, Sr. Jürgen Warnke, visitante y conocedor del país, subrayó que Bolivia recibirá con preferencia ayuda alemana, será siempre y cuando siga con su política NPE de estabilidad y crecimiento, fortaleciendo al sector privado”. Mucho más aún, esta condición representa una “condicio sine qua non” para un inversionista privado.

Las recientes nubes negras en el cielo económico-político-social del país, que pretende tener el cielo más puro de América, deben preocupar mucho más aún cuando se piensa en la captación eventual de cooperación extranjera. Diez o mil pruebas positivas de crear un ambiente favorable, se echan a perder por un solo ejemplo de que la inversión privada sigue siendo sujeto a caprichos imprevistos.

7. El país debe ofrecer respuestas satisfactorias, válidas para años venideros, a las preguntas claves que figuran en un catálogo de criterios (“check-list”) que cualquier inversionista aplicará, “asignando notas buenas y malas”.

· Estabilidad política.

· Actitud frente al inversionista extranjero y la transferencia libre de sus ganancias (convertibilidad de la moneda nacional en moneda extranjera).

· Riesgo de estatización de la empresa privada.

· Estabilidad financiera.

· Balanza de pagos equilibrada.

· Existencia de la burocracia (¿en qué grado?).

· Crecimiento demográfico y económico.

· Confianza en la aplicación de contratos (“hecha la ley, hecha la trampa”…).

· Productividad en general y sobre todo rendimiento de los recursos humanos.

· Disponibilidad de servicios, expertos y mano de obra calificada.

· Comunicación y transporte.

· Calificación del “management” local y de los socios.

· Disponibilidad de financiamiento a corto plazo.

· Disponibilidad de créditos a largo plazo y patrimonio.

Además, importa la protección de la economía nacional en su fase de desarrollo (subvenciones, aranceles, restricciones, contrabando, etc.) y no se debe olvidar las barreras de mentalidad e idiomáticas.

El inversionista encuentra siempre un sinnúmero de alternativas y escoge libremente aquella que le ofrece un máximo de ventajas ponderadas.

¡Hay todavía mucho por hacer!

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.