Por ejemplo: El Garimpo (Río Madre de Dios, Beni)

Por ejemplo: El Garimpo (Río Madre de Dios, Beni)

Autor: Willi Noack

Publicado: SECCION 100, Separata de El Deber, 19.12.1989

Tengo la suerte de vivir una gran aventura y nueva experiencia: conocer de cerca el garimpo (la mayoría de mis amigos me ha declarado insano de mente: ¿Será?, no lo creo).

¿Por qué el título: Por ejemplo: El Garimpo?

Porque las similitudes son muy grandes entre actividades empresariales (grandes o pequeñas; en cualquier rubro, sea madera, ganadería u otra actividad), cuando se trata de un desempeño lejos de las ciudades, en regiones sin infraestructura y sin respaldo logístico. Guardando la distancia, el ejemplo que relatamos puede ser generalizado en parte y tomado como ejemplo.

Hace algunos años, visité Java, la isla principal de Indonesia, y me quedé impresionado por la disciplina con que se cultiva arroz en terrazas pegadas a una colina, una por encima de la otra. De esta manera, todos los campesinos están aprovechando el mismo agua para la irrigación, constituyendo una demostración convincente de un espíritu altamente desarrollado de mancomunidad: sólo con trabajo en conjunto logran el objetivo de cada uno.

Cuando, comparando esta muestra de solidaridad con el garimpo boliviano, veo las muchas balsas y dragas trabajando en conjunto para abrir juntos un “pozo de servicio”, recuerdo la disciplina social en Indonesia, que es la condición para el éxito de todos. ¿Existe entre los garimperos este espíritu?, pues no son competidores como los empresarios. No producen bienes o servicios para su posterior venta en mercados combatidos, sino que se produce oro, sinónimo de dinero en efectivo. No se precisa “marketing”, ningún mercado puede saturarse, ni el bajo poder adquisitivo de la población afecta el volumen de ventas.

Si es verdad lo que estiman los expertos, es decir, que el valor de la producción total de oro en Bolivia ha ascendido en 1988 a unos 200 millones de dólares, esta actividad en el nordeste del país no sólo justifica sino hace imprescindible, bajo el enfoque macroeconómico, una mayor atención por parte del gobierno.

En un simposio en Cobija el mes pasado, fue discutido el tema ampliamente, ahora sólo falta actuar, sin demora. Se debe fomentar esta relativamente nueva actividad económica del país, la cual puede dejar importantes divisas, respaldándola mediante mejoras en la infraestructura. Lo que falta es garantizar la seguridad, con un marco legal coherente que se pueda aplicar, facilitar abastecimiento de toda clase, proporcionar atención médica, etc., etc.

Es impresionante con qué pocos recursos se mantienen balsas y dragas, recurriendo inteligentemente a la improvisación y adaptación. Cuando hace poco, un empresario europeo visitó la zona, no se cansaba de admirar esta habilidad. “Los ingenieros de los países industrializado”, afirmó, “no pueden defenderse aquí, pues ellos se han especializado de tal manera y a tal extremo que son verdaderos sabios en el muy pequeño rubro de su especialidad, mientras que en Bolivia se precisa la versatilidad y la habilidad de adaptar y aplicar tecnología sencilla”. ¡Lo que es verdad! Sin contar con todos los integrantes de una industria moderna, caracterizada por una división total del trabajo, sin un entorno que procure todos los servicios imaginables para que esta funcione como un reloj, siendo cada uno nada más que una minúscula rueda de ello, no funciona nada en Europa. Existen condiciones de trabajo en un garimpo muy parecidas a las de una guerra, cuando la maquinaria bélica tiene que funcionar, sea como sea, sin contar con talleres ni repuestos.

Si eso de la especialización es correcto, tenemos que hacer un paréntesis: La capacitación profesional en países industrializados garantiza una profunda especialización, mientras el trabajo en nuestro país todavía exige amplios conocimientos sólidos de un generalista (de toda materia, algo por lo menos, pero con criterio). La “fuga de cerebros”, lamentablemente, resulta, entre otros aspectos, poco útil para nuestro país, pues el experto “demasiado” especializado no encuentra fácilmente un campo para su desempeño y emigra o regresa a un país industrializado donde se desempeñará con más oportunidades. Admito que los tiempos están cambiando, pero por ahora muchas técnicas modernas no son aplicables en Bolivia.

Por supuesto, muchos garimperos apagan la luz con el martillo por ignorancia; pero la vida es un instructor sin clemencia: cada error se paga muy caro, aprender aquí no es lujo sino sobrevivencia: aprendizaje a palos. Muchas veces, en gran medida, la relativamente baja calidad de máquinas y equipos origina una baja productividad. El mencionado ingeniero alemán estaba sorprendido por la tecnología rústica y atrasada que se utiliza. Hay muchos sueños y frustraciones, mucha gente conoce tecnología avanzada y, por supuesto, de mejor rendimiento, pero su alto costo es inalcanzable. ¿Cómo entonces romper este círculo vicioso?, que consiste en métodos primitivos con máquinas de bajo rendimiento que lleva a:

· Alto costo operativo y baja productividad, que resulta en:

· baja generación de capital (ganancias), por lo tanto:

· no se puede ocupar maquinaria sofisticada y métodos modernos.

¿Por qué no ponen una maquinaria gigante y potente para explotar yacimientos auríferos tan ricos? ¡Hay estas maquinarias! “¿Cuánto?” – “Bueno, algunos millones de dólares”. – “¿Por qué?” – “¡Por eso!”

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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