Acentos descentrados
Acentos descentrados
Autor: Willi Noack
Publicado: SECCION 100, 20.03.1990
El socio comercial más importante de Latinoamérica en la Comunidad Europea (CE) es la RFA, en la que recayó en 1987 cerca del 26% de las importaciones de la CE desde LA, y caso el 36% de las exportaciones de la CE hacia LA.
Aparte del hecho de que los cambios para nosotros, en consecuencia del funcionamiento del mercado interno europeo, que debe hacerse realidad el 31.12.1992, formando un mercado de unos 320 millones de consumidores, no son muy favorables. Nuestra situación aún será más difícil por la aparición de nuevos competidores del “Tercer Mundo”, que presentan mucho mejor que nosotros, excelentes condiciones para captar inversiones (sobre todo capital privado: ¿chao a los joint-ventures con LA?) y ayuda al desarrollo, por sus mercados sedientos de bienes de consumo y capital, cercanos, ubicados en Europa mismo, con existencia de un elevado nivel científico y cultural, además de disciplina y calificación de mano de obra barata, el fin, son “hermanos”, sin olvidarse de razones geopolíticas.
Todos estos argumentos se aplican en alto grado a la situación entre la RFA y Alemania Oriental.
Actualmente, en los discursos oficialistas es escuchan muchas palabras tranquilizantes, por ej., el jefe de gobierno de la RFA, Kohl, con el presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari, un poco al estilo de un joven que está cambiando de novia (“No te preocupes”, “todo saldrá bien”, etc.). Lo que descubre, sin embargo, cuál será la realidad: es la pequeña palabra “debe”. Europa no debe fortalecer tendencias proteccionistas, más bien, Europa debe practicar una política económica exterior abierta. Europa debe oponerse al intento de resolver conflictos de intereses por medio de la vía sencilla del aislamiento económico externo”. (Opinión de un político europeo)
Eso por un lado: las palabras.
Por otro lado: la Política Agraria Común, PAC. Un hecho ejemplificador: esta PAC es el prototipo de un sistema proteccionista sin frenos y limitaciones y se sigue incrementando hasta fines de 1992 a través de pagos de subvenciones. Los beneficiados: el sector agropecuario (valga la aclaración: europeo), considerado como clientela política que sabía siempre, desde el inicio, defender sus privilegios con uñas y dientes – ¿ya no?
Un banquero, conocedor íntimo del panorama, enfatizó últimamente en un discurso: “Quien no se pueda adaptar al desarrollo que se espera en Europa, corre el peligro de perder viejos mercados o de no encontrar jamás el acceso a estos mercados.”
Seguimos citando: “También la competencia por el capital privado extranjero se agudizará con la creación del mercado común interno. … Los países latinoamericanos interesados en inversiones directas extranjeras, se tendrán que esforzar en el futuro más que en el pasado, para ofrecer premisas seguras e interesantes a aquellos que pueden colocar recursos.”
¿Dónde está la Ley de Inversiones?
¿Dónde las “premisas seguras e interesantes”?
En un artículo titulado “El sueño de la exportación”, publicado el 6 de junio 1987 en “El Mundo”, hemos citado a un reputado exministro de economía argentino y prestigioso banquero: “Argentina no interesa a nadie, tenemos que vivir en lo nuestro”. En el caso nuestro, es demasiado poco este “lo nuestro boliviano”, pero “exportar o morir” es un lema difícil, y aún más en el futuro.
Exportar a los mercados de países en vías de desarrollo ha sido un concepto de gran éxito. Ciertas marcas de automóviles, por ej. de Corea o de Polonia, los he visto por primera vez en Bolivia, en un mercado menos exigente, “fácil” en comparación con el mercado europeo superexigente.
No cabe duda, en Europa los acentos de intereses se descentran hacia Europa Oriental, y la palabra preocupante de la “Fortaleza Europea” representa una amenaza real.
Buenas intenciones nunca faltan, la “Constitución Política de Europa”, que son los contratos de Roma, es un ejemplo “por excelencia”, pero, a veces, la realidad es otra. Conviene prevenir para no dejarse sorprender, pues las señales están bien claras. La luna de miel entre Este y Oeste puede tener efectos catastróficos sobre el Sur, dice un comentarista.
fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack
