Feliz viaje

Feliz viaje

Autor: Willi Noack

Publicado: SECCION 100, 17.04.1990

El otro día tuve en mis manos la revista Newsweek del 28 de noviembre de 1983, una edición para conmemorar el vigésimo aniversario del asesinato de John F. Kennedy.

En esta revista encontré un artículo del reconocido científico Lester C. Thurow sobre la sociedad norteamericana donde, según él, “se puede comprar casi cualquier cosa sin la necesidad de ahorrar anteriormente”.

Otra afirmación de Thurow, hecha casi 7 años atrás, vale ser citada: “Ningún país puede competir y crecer cuando tiene una tasa negativa de ahorro, tanto del gobierno como de los privados, del 2,4%. Eso es, simplemente, el camino hacia el fracaso económico a largo plazo.”

Ha ocurrido un milagro: está totalmente en lo correcto lo que advierte Thurow, quien es uno de los pocos profetas preocupados, pero sin audiencia, sin embargo no se ha producido el fracaso económico hasta la fecha.

Había un crash (mejor dicho: un casi-crash de la Nueva York Stock Exchange, NYSE, el 17.10.1987), pero casi nadie lo quiso interpretar como in primer “infarto cardíaco”, más bien a ratos se escucharon explicaciones ingeniosas, por ejemplo querer hacernos creer que era ocasionado por las computadoras…

En el fondo, desde 1983, no ha cambiado esencialmente nada, sigue en EE.UU. el déficit presupuestario estatal y del balance del comercio exterior, del dólar mantiene, pese a eso, un valor relativamente alto frente a las divisas fuertes (yen, marco alemán) y no ha fracasado la economía estadounidense. ¡Qué tal!

La explicación es fácil, no se trata de ningún milagro, hay intereses altos, hay solvencia, hay estabilidad política, hay, a veces, “tendencias” de que la situación, por lo menos, no va a empeorarse, y es cuando el déficit en un balance trimestral demuestra un saldo algo menos negativo de lo que fue pronosticado (¡cómo fuese la cosa más normal del mundo tener un déficit en el comercio internacional durante casi una década!), en fin, poco importan estos y otros motivos, el hecho es que existe un chorro de capitales inagotable hacia este país, con el cual se puede financiar cualquier gasto deficitario.

¿O sea que estoy equivocado y se trata de un verdadero milagro? ¿Cómo puede ser que una autoridad de prestigio internacional como Thurow puede equivocarse tanto?

Les estoy escuchando: ¿qué tiene que ver este fenómeno con nosotros?

El chorro es mágico pues racionalmente, tal como lo enseña la teoría macro-económica, estas transferencias de capitales no tienen una justificación, por eso lo de “mágico”. Llega a los EE.UU. y les permite, al parecer, gastar a perpetuidad más de lo que tienen: los déficits no causan ningún dolor de cabeza, los prestamistas se apuran en tapar los huecos y así puede seguir la gran fiesta.

¡Qué nadie sea tan ingenuo en esperar que esta brujería se repita en otro país! y, mucho menos, en nuestro caso.

Los países menos afortunados recurren por costumbre cuando se trata de cubrir gastos excesivos y no hay ni capitales ni líneas de créditos disponibles “fresh money” a otra triquiñuela: la emisión de billetes, reactivando la “maquinita”.

Fue aprobado el presupuesto nacional boliviano 2.36 veces más alto que en la gestión anterior, equilibrado por supuestas captaciones de cuantiosos créditos.

El reto de nuestros máximos viajeros es procurar un chorro mágico.

¡Feliz viaje!

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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