Separación de poderes

Separación de poderes

Autor: Willi Noack

Publicado: SECCION 100, Separata de El Deber, 22.05.1990

La separación de poderes es un pilar de la democracia y uno de los principios constitucionales, según el cual las tres tareas del estado, que son la legislación, administración-ejecución y jurisdicción, deben ser realizadas por tres órganos, cada uno independiente del otro.

Este principio se basa en los pensamientos de Montesquieu (1689 – 1755) quien con su obra principal “L´esprit des lois” (El espíritu de las leyes, 1749) proporciona las ideas fundamentales para abolir al absolutimso, ideas que influyeron en gran medida la Constitución Política de los EE.UU.

Por su eminente rol en la vigilancia sobre el fiel cumplimiento de los principios demócratas, en nuestros tiempos la comunicación social, a través de la libertad de expresión garantizada, está considera por mucha gente como el Cuarto Poder del Estado.

El otro pilar de la democracia es la soberanía del pueblo, que se basa en las doctrinas de J. J. Rousseau (1712 – 1778). La voluntad del pueblo está orientada al bienestar de todos, incluyendo indirectamente también las intenciones y pretensiones de grupos disidentes de la voluntad general o mayoritaria. Esta voluntad es el máximo soberano e legislador del estado.

Esta voluntad se articula en elecciones libres, otorgando a ciertos grupos (partidos políticos) y sus representantes la facultado del poder legislativo, que es el parlamento nacional, departamental o comunal.

El Poder Ejecutivo, independiente por principio, tiene que ejecutar los normas definidas por el poder legislativo y para este desempeño se precisa alta profesionalidad, pues rige la norma de minimizar costos y maximizar beneficios. El poder ejecutivo, además, es controlado: en qué grado logra sus objetivos y si cumple con disposiciones legales correspondientes al manejo, sobre todo de fondos públicos.

Queda sobreentendido que conviene al pueblo no cambiar frecuentemente su voluntad (ej. pronunciarse a favor de la privatización, para en las próximas elecciones apoyar mayoritariamente la estatización / nacionalización), lo que significa despilfarro de recursos y tiempo.

Queda además sobreentendido que los Ejecutivos, profesionales-expertos en el manejo, en la ejecución de las directivas, deben desempeñarse a continuidad en sus funciones para adquirir un gran conocimiento técnico administrativo en sus puestos de trabajo. Los buenos administradores precisan ser promovidos, recompensados por sus logros de los objetivos, y los deficientes eliminados de la administración pública y castigados por las leyes vigentes.

Uno de los padrones más importantes es, reiterándolo, el grado de logro de los objetivos, los cuales han sido determinados por el poder legislativo y son expresión de la voluntad mayoritaria del pueblo.

Hasta allí la teoría.

En la realidad existe o, por lo menos, hay tendencia hacia una unificación de los poderes en mano de pocos, violando el principio “sine qua non” de la independencia. Esto ocurre cuando el Poder Legislativo interviene arbitrariamente en le ejecución, ejerce presión sobre el poder judicial o se apodera de los medios de comunicación social para reestablecer de tal manera nuevamente el absolutismo de facto, camuflado como democracia.

La tendencia de unificar poderes es muy virulenta en nuestro medio, y se manifiesta – para dar un ejemplo – cuando un miembro del Poder Legislativo obliga al Poder Ejecutivo a emplear a personas (sobrinas, hinchas políticos, cumpas, etc.) que no están capacitados para un trabajo determinado, o cuando obliga al poder ejecutivo a comprar bienes y servicios a ciertas empresas, violando la norma de buscar la optimización entre costo y beneficio.

Lo que parece clase de cátedra, en realidad es un problema de fondo en nuestro Santa Cruz, me explico:

La “Propuesta de un Nuevo Modelo Municipal Cruceño” postula que el Gobierno Municipal respete la separación de poderes y en forma coherente y pragmática asigna funciones a los poderes, independientes el uno del otro y que correspondan a cada uno: Determina las facultades del Poder Legislativo, que es en nuestra urbe el Concejo Municipal, y postula que el Poder Ejecutivo, que es el Alcalde Municipal con su Gabinete (oficiales mayores y directores generales) sea dotado con la independencia imprescindible y los poderes necesarios para poder cumplir con sus tareas.

Lo que se circunscirbe como “problema de voluntad política” es, en el fondo, lograr una separación de poderes, la cual es como ya sabemos, el pilar de la democratización de nuestra convivencia. En términos más claros: si se diluye este principio por tácticas, conveniencias, acuerdos partidiarios, etc., el proyecto fracasará sin duda alguna y muy bonitamente camuflado como democracia.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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