Ayer y hoy

Ayer y hoy

Autor: Willi Noack

Publicado: La Gaceta del Norte, No. 2, 3era semana de noviembre de 1991

Desde hace tiempo, tengo in mi biblioteca un librito sumamente interesante al que le falta su tapa y contratapa, por lo tanto, no sé ni el nombre del autor ni el título.

En la página 177 dice: “Don Nicolás Suárez tiene 72 años. Está fresco y lozano, al frente de sus negocios, con el mismo entusiasmo y método del año 80 (1880, por supuesto, WN) y es la historia regional vivente”.

Don Nicolás nació en el año 1851, por lo tanto, mi librito querido fue escrito en el año 1923.

En adelante y en ediciones venideras de la Gaceta del Norte vamos a transcribir algunas partes y comentarlas, pues no ha perdido la vigencia lo que el autor desconocido por mi persona constató tantos años atrás.

Citamos entonces de la tercera parte “Aspectos económicos”:

“La razón suprema: Del conjunto heterogéneo de esa zona, su historia y su distribución geográfica resalta el derecho innegable, supremo pudiéramos decir, de que precisa ser atendida con esmero.

Un esfuerzo de alto patriotismo y de alta confraternidad debe guiarnos a todos los bolivianos para abolir, primero la colonia, y crear la verdadera nacionalidad.

Venimos a puntualizar el aspecto económico, que de por sí habla elocuentemente. El valor positivo de la zona, su riqueza estable y su comercio local e internacional, es la razón suprema que nos induce en el noble empeño de abogar por ella.

Ese pedazo de soberanía efectiva ha llegado a su mayoridad y no puede resignarse al estancamiento. Un renuevo del estado, como legítima aspiración, quiere esa zona, para impulsar sus industrias y vigorizar su alma.

El dorado boliviano es el porvenir de la patria.

La economía:

En la vida de los pueblos, como en la de los individuos, hay periodos que requieren energía, actividad, trabajo e inteligencia.

El Territorio de Colonias del Noroeste y toda su hidrografía han abordado un problema: la igualdad de la vida dentro de la nacionalidad, por el poder se su progreso material e intelectual.

Económicamente hablando, el Estado no cumplirá con su deber, si dejase que una inmensa zona de su territorio sea el campo de explotación propicia para los más ricos y uno páramo para los numerosos. Más explícito: el Estado sabe que tiene riquezas en esa zona, riquezas valiosas y naturales, y que su gran misión es imponer su alma, su idiosincrasia y distribuir su riqueza proporcionalmente.

Allí donde el derecho está garantizado, allí hay trabajo y, por supuesto, hay riqueza. No podemos esperar renovación de nuestro poder económico, si continuamos viviendo y haciendo en la choza y la cabaña primitiva de nuestros antepasados bárbaros.” (fin de cita)

A mi manera de interpretar estas observaciones parece que hemos citado una parte de un discurso de un dirigente regional de nuestros días, pues casi en nada ha perdido vigencia. Notamos con sorpresa, tomando en cuenta el año de la publicación, una inquietud por la justicia social, digna de un pensador moderno.

Vale subrayar que se requieren energía, actividad, trabajo e inteligencia.

¡Esos son el afán y reto de nuestros días!

Cuando nos preguntamos sinceramente y sin engañarnos a nosotros mismos acerca de las causas del subdesarrollo, tenemos que admitir que no sólo existen causas externas incontrolables por nosotros, como por ejemplo la desventajosa geografía periférica de la región, sino existen bastantes causas totalmente controlables por nosotros y que son, por ejemplo, una mentalidad y un comportamiento en el desempeño económico que, lastimosamente, no siempre está caracterizado por “energía, actividad, trabajo e inteligencia”.

Seamos más concretos aún, dando un ejemplo muy actual: Como se sabe, ha llegado una comisión conformada por importantes personajes nacionales e internacionales para estudiar la posibilidad de promover la economía regional a través de la fundación de empresas tipo “joint-ventures”, palabra inglesa que significa: los socios de la empresa entran en sociedad por el hecho de cada uno aporta con algo, lo que el uno no tiene (o no lo suficiente) lo tiene el otro, compartiendo los riesgos: es decir: repartir las eventuales ganancias y también pérdidas entre los socios. Ahora bien, la oferta es identificar rubros de bienes que tienen mercados internacionales y que se pueden producir en la región en cantidades y cualidades aceptables y a perpetuidad.

Lo que ahora se precisa más que todo es la inteligencia de entender bien esta oferta y mostrar una mentalidad abierta moderna, para no perder esta gran oportunidad de avanzar a pasos grandes hacia un desarrollo económico.

Debe existir plena conciencia de que semejante oferta de cooperación, todavía en sociedad, significa transferencia de conocimientos, establecer nuevos contactos, contar con mercados atractivos asegurados y tener acceso al financiamiento, entre otros.

Pero, para aprovechar tal oferta, la región y sus actores sociales y económicos, tienen que mostrarse más atractivos que las muchas alternativas que existen en el mundo de negocios para estos inversores.

fecha: 2001-07-28 23:42:23
autor: Willi Noack

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