Contemplaciones al fin del año 1991.

Autor: Willi Noack

Publicado: SECCION 100, El Deber, 07.01.1992

Contemplaciones al fin del año
Willi Noack
SECCION 100, El Deber, 07.01.1992

Cuando escribo esta nota (domingo, 29 de diciembre de 1991), es oportuno desearle, apreciado lector, quien, quizás, haya seguido mis preocupaciones y críticas constructivas durante el año pasado, felices pascuas y un feliz año 1992. Prefiero decir feliz y no próspero, pues la prosperidad no es sinónimo de felicidad. Todos necesitamos paz, tanto personal como en las convivencias nacionales e internacionales.

En esta pascana mental de hoy, recorriendo los sucesos del año saliente y, por lo tanto, considerando lo que nos afecta en forma directa e indirecta, surge una serie de deseos.

Necesitamos más protagonistas visionarios, con valor cívico, que rompan los muchos tabúes y desencadenen una discusión abierta y franca. Romper un tabú es como destruir una cadena que nos amarra al brazo. Romper un tabú es como empezar a visionar un futuro diferente y mejor. Iniciar una discusión es imprescindible para someter objetivos, actuaciones, políticas y conceptos a una nueva evaluación que puede resultar confirmando la actual situación, como también proponiendo cambios graduales hasta en una abolición total. Existe un sinnúmero de tabúes, como, por ej., el papel del ejercito o la política para tener acceso al mar, la democratización de la familia, de las escuelas y los colegios, la privatización, etc. Sin la fuerza de cuestionar, una nación no se desarrolla. Teóricamente no existe ningún asunto que no pueda ser sometido a una evaluación. En la práctica, existe un sinnúmero de tabúes, pues las fuerzas conservadoras, los privilegiados, los conformistas, los despreocupados, obstruyen frecuentemente los intentos de renovación, utilizando argumentos válidos, pero también ilícitos como mentiras, amenazas, distorsiones, difamaciones, intimidaciones, etc.

Este análisis, esta evaluación debe efectuarse sin hipocresía. Se debe llegar a un resultado real que sea el fiel reflejo de la situación actual, identificando causas y orígenes de fondo, sin quedarse en la descripción de síntomas. Existiendo muchas causas en nosotros mismos, esta evaluación es incómoda, pues obliga a identificar falencias propias. Es por eso que la hipocresía perjudica para llegar a conclusiones acertadas y, consecuentemente, a recomendaciones adecuadas. ¡Es tan cómodo echar la culpa o moros y cristianos sin asumir responsabilidades propias y todavía con excusas baratas! Necesitamos menos “cortesía falsa”, menos respeto por “autoridades no idóneas”; menos miedo con la expresión de ideas es preciso, en vez de sólo pensarlo, pero sin expresarlo.

Necesitamos un poder judicial, mejor e imparcial, un verdadero pilar democrático, que garantice el gozo del ejercicio de los derechos fundamentales constitucionales. Existiendo este pilar, recién sería factible implementar políticas contra la corrupción (SAFCO…), contra la picardía y la viveza criolla (palabras minimizadas de actuaciones ilícitas).

Necesitamos un poderoso Cuarto Poder (comunicación social) audaz que no tema denunciar a los corruptos y los corruptores, y que colabore en la tarea difícil, hasta peligrosa, de romper tabúes y corregir los clichés.

Necesitamos confianza. Tenemos que fijar objetivos personales y nacionales factibles, pero confiando en las virtudes, habilidades y esfuerzos de cada uno. El futuro nuestro no es exclusivamente el resultado de omnipoderosas e incontrolables fuerzas externas y, a lo mejor, mistificadas, sino también fruto de esfuerzos propios. Trabajar, repartir capitales e invertirlos, tener confianza en sí mismo en vez de “llorar para mamar”, así podemos forjar un futuro mejor.

Estos son mis deseos puntuales y, por supuesto, les deseo a todos Uds. La realización de sus pequeños anhelos de “EKEKO”.

¡Feliz 1992!

P.D.: Mientras existe el problema de la presión ecologista exagerada sobre la economía, sigue este tema en vigencia y voy a seguir concientizando con más artículos de opinión sobre el particular para detectar los límites de la política ambientalista.

fecha: 2002-05-26 02:11:05
autor: Willi Noack

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